-Hace mucho tiempo, los monstruos y los demonios, decidieron que ya no debían ocultarse más de los hombres, y salieron de sus escondites, muy pronto, muchos de ellos atacaron a muchos humanos, quienes nada podían hacer para defenderse.
-Y convirtieron al mundo, en una tierra de miedo y angustia. Entonces un día, un demonio muy herido, huía desesperadamente de los humanos, no encontraba refugio, así que se escondió en las afueras del pueblo.
-Y cuando empezaba a desfallecer, vio una luz, que venía de una lámpara, que estaba en la ventana de una casa, cuando se acercó a la casa, encontró dentro de ella a una hermosa mujer, quien vivía muy sola, en ese lugar tan peligroso.
-El pensó que quizás, si se comía a la mujer, el podría recuperar sus fuerzas y pelear contra sus perseguidores. Pero antes de entrar a la casa, se desvaneció, y por más que intentaba levantarse no podía hacerlo, y muy pronto terminó perdiendo el conocimiento, y cuando despertó, notó que aquella mujer, había curado de cada una de sus heridas, el demonio muy conmovido por lo que la mujer había hecho, le hizo una promesa. Que jamás intentaría comérsela. Por más que el hambre lo ciegue. El jamás haría de ella su presa.
-Todos los días el demonio iba a visitarla, y cada vez que estaba herido, siempre iba donde aquella dulce joven, de hermosos ojos verdes cafeados, cabellera negra, y con un rostro de ángel. Muy pronto aquel demonio lo entendió todo, estaba enamorado de aquella mujer humana.
-Mejor dicho, los dos estaban muy enamorados. Los dos se juraron amor eterno sobre la cima de una colina, pero ella antes de darle el sí, le hizo que prometiera algo, que jamás se comería a un ser humano, menos les quitaría la vida. El demonio muy perturbado, aceptó sin ni siquiera pensarlo. Los dos fueron muy felices por un tiempo, pero los humanos y los demonios, no estaban de acuerdo con esta unión. ¿Y si tenían hijos?, se preguntaban, de seguro seria una maldición, lo que de ellos naciera.
-Una noche, atacaron la casa de la mujer, y mientras ella se consumía en las llamas del fuego, él era atacado por otros demonios, sin poder hacer nada para rescatar a su amada, sin poder hacer nada para calmar ese dolor que cortaba su corazón en pedazos. Sólo se resignó a llorarla.
-El dolor que le embargaba era tal, que se dejó consumir por la furia, mató a todos aquellos demonios que habían conspirado contra él sin tener ni un poco de piedad. Pero cuando iba a ir por aquellos humanos, algo en él se compareció, recordó la promesa hecha a su gran amor, y con mucha resignación, tuvo que cumplir aquella promesa hecha.
-Lloró, y lloró por días, entonces Dios comparecido de él, decidió hacer algo, después de todo aquel demonio había respetado la promesa hecha a su amor. Y los demonios no eran muy confiables, menos se conocía de un demonio que cumpliera con lo decía.
– Si honras por siempre la promesa hecha a aquella mujer, yo te la devolveré – le dijo Dios desde el cielo.
-Entonces ante sus ojos, su amor recobró la vida. El demonio muy agradecido, juró que siempre hondaría su palabra. El demonio muy feliz, se retiró a lo más profundo de la tierra, y ahí se quedó. Se dice que cuando el viento suena muy fuerte, después de golpear las rocas, es en realidad el estomago del demonio, que extraña la carne de los humanos.
-El demonio y la mujer fueron muy felices por siempre, ya que él honró cada día aquella promesa hecha, aún después de la partida de ella. El siguió honrando lo que prometió.
Fin.