Había una vez en una colina alejada del bosque vivían una colonia de conejitos, que hacía años se habían cansado (asustados) de tener que huir por sus vidas debido a todas las criaturas depredadoras que gustaban de ir tras ellos, por lo que se habían separado del mundo animal para poder subsistir viviendo durante años felizmente tranquilos y eternamente ...aunque había cierto conejito que no era feliz
Apesar de haber sido criado por los conejos más pacifistas que pudieran existir, el había sido el único de sus hermanos que consideraba aburrida la colina.... siempre era la misma rutina para ellos
Despertar con las hermosas voces de sus hermanos que se dedicaban a dormir encima suyo en forma cariñosa, salir al campo y tener que cruzarse con cada uno de sus vecinos que de igual modo le saludaba cariñosamente pese a sus intentos fallidos de escape siempre terminaba siendo arrastrado por ellos pues tenían que ir juntos a cosechar las hermosas y sabrosas verduras que tanto les gustaban comer para poder llevarlas a casa para después comerlas y tener que soportar nuevamente el empalagorismo de su familia..... ESO ERA DEMASIADO!!!!
Esa no era la vida que él deseaba tener, algo en su interior siempre le había dicho que más allá de la colina estaba su verdadero hogar, o había algo que realmente le demostrara el porqué estaba ahí....pues por alguna razón había nacido no? Todos tenían algun propósito en la vida, el suyo no podía ser solamente cosechar verduras y tragarlas después, no!! El suyo debía de ser el más fascinante y peligroso pero divertido propósito
Por lo que un día inesperadamente mientras que todos estaban en la cosecha este conejito se había subido en una roca pudiendo observar a todos esos conejos patéticos que tanto odiaba y deseaba con todas sus fuerzas que fueran devorados o atrapados por aquellos estupidos y sucios.... les deseaba un final aburrido; siguiendo con la historia, el conejito lleno sus pulmones de aire, se enderezó lo más que podía y grito algo que había dejado sorprendidos a todos
-nos vemos estupidos!! Espero que mueran de ahogamiento por comer zanahorias!!-
Dicho eso tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro mientras que se marchaba de ahí y se dirigía rumbo al bosque,aquel que sus antepasados tanto les habían prohibido acercarse y les habían advertido de las criaturas peligrosas que habitaban en ese lugar y los males que habían hecho con ellos.... a decir verdad el conejo había empezado a sentir miedo una vez estuvo dentro del bosque su cuerpo había empezado a temblar mientras que sus orejas se movían a todos lados tratando de estar alerta, pues el solo mirar a lo profundo del bosque le daba miedo ya que a su mente venían recuerdos sobre aquellos relatos que contaban las muertes de sus familiares...
-tal vez pueda regresar.... no!! No regresaré! Prefiero ser comida de una bestia a tener que seguir viviendo en ese lugar!!-decidido comenzó aventurarse más en el bosque sujetando fuertemente entre sus manos un palo de madera
Estaba tan embelesado por las nuevas cosas que sus ojos veian, por los nuevos olores que su nariz percibía y por los distintos ruidos que sus orejas escuchaban que no pudo prevenir el ataque de aquella criatura....
-que!?! Qué clase de final es ese!?! No puede ser su fin!- gritaba alterado un pequeño niño que miraba fijamente a su "madre" quien reía disfrutando del "sufrimiento" de su pequeña copia
-claro que ese no es el fin tonto, mamá solo hace eso para que le digamos que queremos saber qué pasó- hablaba otro niño que se acomodaba entre su cama apesar de los reclamos de su hermanito por ser llamado tonto
-es un final razonable! Nunca debes de estar distraído, ese conejo debió de haber sido muy tontito- decia la única niña de esa familia logrando que su madre dejara de sonreír
