Creo que me había sobrepasado con el golpe, comenzó a sangrar de la nariz y tenía una abertura en la nuca.
Temía que se muriera ahogado con su propia sangre, así que saque de la funda del almohadón los guantes y me los puse para luego enderezar y lo acomodar el cuerpo de Joseph, lo posicione sentado en su cama para que la sangre saliera por la nariz y no se atragantara.
Tome del suelo del cuarto mis prendas y comencé a vestirme, también le puse sus bóxer a él y una camiseta.
Había dejado de sangrar así que lo tome de los brazos y lo baje de su cama de un golpe, luego lo arrastré inconsciente hasta las escaleras, en donde cambié de posición, lo sujeté de nuevo pero esta ovación de los tobillos, su cabeza se golpeaba contra los escalones uno a uno, y así hasta que bajamos al segundo piso, en el mismo corredor en donde me encontraba con su cuerpo, estaban las dos escaleras, por la que habíamos bajado y la que llevaba al sótano, una vez más cambié de posición, lo arrastré de nuevo tomándolo de los brazos hasta las escaleras del sótano, abrí la puerta y bajé sin el cuerpo, mismo que se había quedado estacionado en el corredor a la entrada de la cochera.
Baje las escaleras y prendí la luz, avance hasta el auto y abrí la puerta trasera del mismo; regrese donde el cuerpo y lo arrastré por las escaleras hasta bajarlo a el piso de la habitación. Planeaba meterlo en el asiento trasero del auto, pero luego de pensarlo, estaría muy visible en el, así que mejor opte por el maletero, lo abrí e ingenié como meterlo en el.
Cargue a Joseph en mis hombros y lo metí a la cajuela del auto con mucho esfuerzo, no la cerré para que no asfixiara.
Luego regrese a la habitación en donde tome el alcohol y la llave stilson envuelta en la sudadera gris y retorne al auto, abrí la puerta trasera y los coloqué en el suelo del vehículo, cerré la puerta, nuevamente subí al piso de estar, en la cocina tome del refrigerador dos botellas de agua y del frutero central una jugosa manzana verde para comerla en el camino.
Baje nuevamente a donde el auto y acomode los víveres en la guantera; encendí el vehículo.
Presione el botón para abrir la cochera y espere a que terminara de abrir, me adentre en el auto y salí de la casa, la cochera se cerró sola tras de mi. Ya estaba casi completo todo, solo acomode la dirección en mi navegador celular y continué por la avenida principal de su vecindario.
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El deseo de los huesos
Kinh dịEsa delgada línea entre el amor y el deseo, el deseo de poseer a alguien, el deseo de tener a esa persona solo para ti. La necesidad carnal y el miedo combinados dan como resultado una obsesión destructiva por alguien, una obsesión que termina en la...