Él. [Starker]

1.

La fría briza de noviembre se hacía presente en las calles de New York, estremeciendo a los audaces transeúntes que se atrevían a salir en medio de tal clima, en donde el cielo se comenzaba a teñir de nubes oscuras que auguraban una tormenta inminente. El frío comenzaba a calar profundo en el cuerpo del joven de pelo castaño, que caminaba a paso tranquilo por medio de la avenida, mirando hacia ambos lados antes de cruzar la calle para internarse en los conocidos pasajes de su antiguo distrito, pasando entre los grandes edificios residenciales, aquellas antiguas bodegas que los chicos solían utilizar de guaridas para actividades no tan legales, y los inolvidables gimnasios comunales donde pasó sus mejores fines de semana. Sonrió con nostalgia y algo de ternura, ya habían pasado bastantes meses desde la última vez que había tenido oportunidad de visitar su hogar de la infancia, pero es que hacer surgir una empresa desde cero podía ser una labor demandante, y muy difícil, pero infinitamente gratificante al ver los resultados de sus sacrificios.

Actualmente Parker Industries se destaca entre la competencia empresarial por ser una importante fuente de empleos y oportunidades para jóvenes amantes de las ciencias y la ingeniería, siendo estos una gran potencia como fuerza laboral.
Si bien la compañía tiene una trayectoria bastante corta -fue fundada apenas hace un año-, ya cuenta con un renombre importante entre la comunidad médica y tecnológica a nivel mundial. Es ampliamente reconocida por innovar en el área de las prótesis biotecnológicas para devolver la completa movilidad y motricidad a los pacientes, ofreciendo precios accesibles. Cuenta con una infinidad de asociaciones a diversas fundaciones. Sus trabajos se centran en amputaciones de extremidades, paraplejias, llegando incluso a buscar respuestas a las parálisis completas, parciales y aquellas ocasionadas por daño en los tejidos nerviosos del cuerpo.

Peter era consciente de lo ambicioso que eran sus proyectos, pero su motivación siempre sería un impulso poderoso. Habían sido años de sacrificio, de trabajo duro y sin descanso. Muchas veces estuvo al borde de la rendición, y entonces aparecieron sus, actualmente, socios e inversionistas, y luego de cientos de caídas, noches en vela, cientos de prototipos, pruebas fallidas y fracasos, lo logró.
Creó su primera prótesis y con ella, inició la revolución de lo imposible.
Las ofertas de trabajo, oportunidades de compra y las amenazas no se hicieron esperar, pero no dio su brazo a torcer. No se rindió y finalmente, con el incondicional apoyo de su tía y sus amigos, fundó su empresa.

Siete años, eso había tardado en recomponer y encaminar su vida.

Ocho años desde la última vez que le vio frente a frente.

Siete años desde que comenzó a vivir una vida que realmente le pertenecía, porque si bien a todo el mundo, especialmente a las revistas de chismes, les encantaba hablar de sus altos y bajos en la vida, nadie nunca mencionó el Factor Stark. Y era de esperarse, después de todo, había sido completamente suprimido de cualquier posible vinculación a aquella empresa donde sus inicios tuvieron lugar.

Ocho años habían pasado desde la última vez que se sintió completo.

A veces, durante sus noches de insomnio en la soledad de su habitación, se permitía recordarle, y daba rienda suelta a su imaginación, soñando en cómo sería su vida ahora si lo que pasó, no hubiese sido asi.
Y es que el hubiera es un hijo de perra, que bien lo sabía él...

¿Y si hubiera?

¿Hubiese cambiado algo?

No se arrepentía, no podía. La realidad era esa, sin embargo, era imposible no desear saber...
Saber ¿cómo sería sí...?

Durante sus momentos de debilidad solía pensarlo.

Cuando la ciudad callaba y el sol daba paso a una noche estrellada, mientras todos dormían, Peter solía subir hasta lo alto del edificio, en donde había invertido toda su vida y el cuál actualmente llevaba su apellido escrito en cursivas en lo alto, y se sentaba en el borde de la azotea a mirar la distancia, preguntándose una y mil veces eso que durante el día se esforzaba por no pensar: ¿Me extrañará?