Eramos el amanecer y yo, estaba ahí a la espera, me había embarcado a un viaje desconocido dejándome llevar siempre por las nubes. Un vuelo que aterrizo pronto donde mis besos tomaron el toque suave de tus labios embarcandome a otro viaje a mi mente y cuerpo, desconectadome de la realidad dejándome caer poco a poco hacia el deseo, deseo de conocer, de pilotear cada parte de tu piel dejando fluir toda la llama y emcinerando nuestros cuerpos de pasión...
Desde ese momento en las alturas camino a mi realidad desperté preguntándome fue real o estoy loca porque jamás nadie había destado este fuego en mi cuerpo...