7. Ojo por ojo

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- Tantas recomendaciones conmigo: "no mires a esos alfas", "no les sonrías", "te estás volviendo loco", "cuidadito con lo que haces, porque no son más que unos simples obreros". -Niall trataba de imitar la voz de su hermano mayor, dejando al mismo tiempo salir un poco de su molestia. -Pero no pierdes oportunidad para acercarte lo que más puedes a ellos, ¿no? Eres una mosca muerta.

- Niall. -El tono del omega mayor fue firme y amenazante.

- ¿Crees que soy ciego y no me doy cuenta? -Trataba de evitar gritar, pero le era casi imposible. -Ni corto ni perezoso, vuelas a atenderlos.

- Si lo dices porque los invité a pasar a la cocina, estás muy equivocado, Niall. -Explicó el mayor, conteniéndose de no hablarle de la misma forma a su hermano. -Es nuestra obligación.

- Ah, ¿sí?

- ¿Por qué discuten, jovencitos? -La voz de Mason hizo que el rubio se detuviera de seguir con su discurso.

- Por nada. -Niall sonrió hacia su abuelo, para después bajar la mirada al plato con su cena.

- Está ofendido porque... porque les ofrecí comida a los obreros, abuelo. -Liam explicó.

- Ah... ¿qué tontería es esa, Niall? Tenemos que ser amables con las personas que nos sirven. -El alfa terminó de acercarse a la mesa con ayuda de Dominic, que lo había ayudado a llegar hasta el comedor.

- No lo critico. -El omega miró a su abuelo, ya un poco más calmado. -Lo que me parece mal es que lo haga Liam. Eso le corresponder a Eve.

- No, nos corresponde a todos, ¿qué tonterías son esas? Cada día te pareces más a tu madre. -Y eso fue suficiente para dar por terminada la conversación

[...]

- Perdone que la moleste. ¿No es usted la señorita Larisa? -Eve dijo a la nada, creando un escenario en su imaginación. -Hace mucho tiempo que quería hablar con usted, ¿sabe? ¿Me permite unas palabras, por favor? -Se quedó unos segundos en silencio, sintiendo sus ojos humedecerse. -La señorita Larisa... ¿qué me contestaría si un día me le acerco a ella? ¿qué me contestaría?

[...]

- Si te vas a trasnochar, deja la moto. -Doña Helena regañaba a su hijo mayor que estaba montado sobre la moto listo para irse.

- Pero que no voy a tomar. -Repeló Mauro, haciendo un leve puchero. -Oh, mira, mamá. -Con la cabeza, señaló la casa de los Petterson, donde la vieja camioneta se estaba estacionando, viendo después bajar a los tres alfas. -¿Y en qué andarán esos? Desde la muerte de Georgiana andan muy raros.

- Salen tempranísimo, llegan tarde... y no volvieron a trabajar en la panadería. -Enlistó la omega de forma rápida, tratando de sacar conclusiones.

- Cerraron el negocio. Deben dedicarse a otra cosa ¿no?

- ¿Qué les puede producir más? Así me den con la puerta en la narices, tengo unas ganas de ir a preguntar. Porque es que me muero de la curiosidad.

- Ay, mamá, ¿después de todo lo que pasó? -Mauro frunció el ceño en desaprobación. -Es mejor dejarlos en paz y olvidarnos de que existen. -El alfa se acomodó mejor en la moto y la encendió. -No me esperes esta noche.

- ¿Pa' qué alborotar el avispero? -La omega habló para sí misma después de ver a su cachorro irse. -Qué importa lo que hagan o dejen de hacer, pero ¿en qué andarán?

[...]

Niall salió del baño solo en su esponjosa bata, llevaba puesta otra más en su cabello húmedo. Notó a su hermano leyendo y haciendo anotaciones sobre un cuaderno, a lo que solo pudo rodar los ojos con fingido fastidio. Pasó de largo junto a él, hacia su propia cama, donde se sentó para comenzar a secar su cabello.

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⏰ Última actualización: May 02 ⏰

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