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Narra Seoyeon.

Hoy tenía que despertarme más temprano de lo normal, ya que nos iríamos de campamento con la escuela y teníamos un límite de llegada. Me había quedado hasta tarde de la noche anterior para preparar mis cosas y fijarme de que no olvidé nada.

Yuna me había mandado un mensaje diciendo que me esperaría en la entrada del colegio para que vayamos juntas al autobús. Ella se encontraba en la puerta hablando con otra chica de cabello castaño.

—¿Tienes todo?— preguntó papá, con sus manos en mis hombros.

—Sí, papá. Me lo preguntaste más de cinco veces— respondí, riendo.

—Esta bien— suspiró.

—Tengo que irme— avisé, señalando el autobús detrás mío.

—Te quiero mucho, hija. Cuídate— papá se acercó a mí y me rodeó con sus brazos.

No quería dejarme ir.

—Yo también. Adiós, papá— besé su mejilla por última vez y me fui caminando hacia donde estaba Yuna y amiga de cabello castaño

—Hola— las saludé con una sombra.

—Hola— me saludaron con una sonrisa.

Yuna se encontraba con una valija rosa chillón a su lado y su celular en mano. Tenía su cabello atado en una coleta alta. La chica —con la que Yuna estaba hablando, anteriormente— nos miraba con una sonrisa.

—Seoyeon, ella es Yeji. Yeji, ella es Seoyeon— nos presentó Yuna.

—Un gusto— dijimos las dos e hicimos una inclinación con la cabeza.

Mientras ellas hablaban sobre las expectativas de cada una sobre su viaje, yo estaba mirando hacia otra parte, tratando de encontrar la mirada de Jimin. Me di vuelta y vi como Yuna se quietaba la coleta para acomodar su largo cabello rubio. Volví mi vista a Jimin y me guiñó un ojo.

El color no tardó de llegar a mis mejillas.

—Ya vuelvo, chicas— les avisé. Agarré mi valija y caminé hacia el grupo de chicos que estaban mirándome hace un rato.

—Hola, chicos— saludé sonriente.

—Hola, cariño— me saludó Jin.

—Hola, Seo— me saludaron los chicos.

(...)

Mientras miraba mis redes sociales en mi celular, unas manos se posaron en mi cintura y una cabeza en mí hombro haciéndome sobresaltar. Estaba por darme la vuelta y empujar a quien estaba detrás mío. 

—Soy yo— dijo una voz varonil, en mí oído.

Era Jimin.

—Hola— lo saludé un poco sonrojada.

—¿Te sonrojaste?— preguntó, poniendose alfrente mio.

—No— hice mí más grande esfuerzo de mirar para otro lado.

Desde lejos, se pudo escuchar una profesora llamándonos a todos para que vayamos. Avisó que ya nos tendriamos que ir hacia donde ella estaba para fijarse que estemos todos y que no falta nadie.

¡Ya nos iríamos al campamento!

—Seo, ¿te sientas conmigo?— preguntó Jimin, sonriendo.

—Sí— asentí con una sonrisa.

—Vamos— tomó mi mano.

Caminamos juntos hacía el autobús, tomados de las manos y con algunas chicas que nos miraban y susurraban. Les resultaba raro que la nueva esté agarrada de la mano con el popular. Entramos al autobús luego de dejar nuestras valijas y nos sentamos en unos de los asientos del medio.

—Seo— me llamó Yuna.

—¿Qué pasa?— pregunté mirándola.

—Pensé que nos sentaríamos juntas— dijo con una ceja levantada.

—Jimin vino a pedirme que me sentara con él. Lo siento— me disculpé.

Ella le dio una última mirada a Jimin y se fue junto a Yeji. Todos los alumnos ya se habían subido al autobús, incluso los profesores y el autobús arrancó.

Jimin y yo empezamos a hablar de cualquier cosa, pero yo tenía mucho sueño, así que no iba a hablar demasiado. Se sentía bien estar con él: es divertido, gracioso, amable y guapo.

Habían anunciado que el viaje duraría cinco horas, así que teníamos para rato. Mientras Jimin y yo hablábamos, empecé a soltar algunos bostezos, él pareció haberlo notado. Jimin se sentó recto y tocó su hombro, indicándome que podía apoyar mi cabeza, lo cual hice.

Narra Jimin.

Tenía a Seoyeon dormida en mi hombro, en lo que yo miraba mi celular. Dejé el aparato de lado para ver a Seo dormir, corrí un mechón de pelo de su cara: se veía como dormía tan pacíficamente. Sentí como daban pequeños golpecitos en mi hombro, inmediatamente me di vuelta encontrándome con la mirada de Namjoon.

—¿Que hacías?— preguntó, con el celo fruncido. Hobi estaba a su mirando su celular con los audífonos conectados.

—Nada— respondí un poco nervioso.

—¿Que hacias viendo a Seoyeon?— volvió a preguntar.

—Quería saber si seguía dormida— mentí. En realidad, estaba viendo cómo dormía relajada. 

—¿Te estas enamorando de Seoyeon?— preguntó, con una sonrisa pícara.

—¿Qué? ¡No!— respondí en susurro.

Nam se acercó para decirme algo en el oído.

—No te olvides de la apuesta— me recordó.

—No— le respondí yo.

(...)

Narrador omnisciente.

Dos asientos atrás, de la fila contraria a donde se sentaban Jimin y Seoyeon, estaba Yuna y Yeji. Yeji se encontraba durmiendo con su rostro apoyado en el hombro de Yuna, y Yuna había escuchado la conversación de Jimin con Namjoon. El resto de las personas del autobús, no escucharon nada porque estaban dormidos, escuchando música o hablando y gritando entre ellos.

Pero alguien ya sabía sobre el plan de Jimin.

Yuna se había enterado de que hay una apuesta, pero no sabe —todavía— quienes estaban involucrados y quién fue quien inició todo esto.

Por otro lado, luego de que Namjoon se fue del asiento en donde estaba Jimin, Seoyeon despertó. Jimin esperó que no haya escuchado nada de lo que hablaron él y su amigo.

Editado: 08/05/2021.

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