Capítulo 4.

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Toda la semana estuve tratando de evitar a Harlen, cada vez que lo veía, huía como una niña pequeña. Aún no tenía claro lo que me había provocado pero lo que a mí concierne, nada de eso era habitual en mi. Esa misma tarde tenía la prueba del deporte que escogería practicar después de clases, me había apuntado a Rugby, a soccer y a volleyball. Lamentablemente los deportes no eran lo mío, pero era obligatorio así que no me quedaba de otra. Esta vez iba a probar volleyball y si no quedaba en el equipo intentaría cualquier otra de mis opciones.

Al llegar a la cancha, me senté en las gradas para prepararme para la prueba, y mientras abrochaba mis agujetas hacía algo de tiempo esperando a que llegaran todos aquellos que iban a formar parte de la prueba. Vi llegar a un grupo de chicos que se veían mayores que yo, y de algún modo u otro me intimidaban un poco. Entre todos los chicos que caminaban acompañados, estaba Harlen. Mi corazón empezó a palpitar con fuerza, y mientras reaccionaba, cada vez se acercaban más y más a mí. Mi respuesta inmediata fue dar la vuelta hacia el lado opuesto y tocar mis mejillas que, para ser completamente honesta estaban hirviendo. Todos ellos tenían el mismo aspecto que Harlen, y el mismo tono en sus voces. Eran chicos con malos gustos para la vestimenta y su tono era egocéntrico y burlón.

Había dos chicas, una de ellas era pelirroja, piernas largas, delgada y con bastantes atributos, no había alcanzado a ver mucho de su cara pero, su nariz de perfil era perfecta y sus mejillas parecían ser rosadas. La otra chica tenía el pelo pintado de rosa, mexicano para ser exacta. Y siendo sincera le lucía bastante bien. También era delgada, parecía estar en forma. Uno de los chicos era güero, lleno de rizos y sus ojos eran verdes, parecía ser un buen chico, aunque sinceramente no podía opinar mucho, no lo conocía en absoluto. Sus risas escandalosas llamaron mi atención haciendo que volteara y los observara con discreción según lo que yo creía. Fue un hecho bastante estúpido de mi parte, ya que Harlen también volteo a verme y después solo apartó la vista.

–Camryn atrapó una presa anoche.– dijo una de las chicas, acto seguido carcajeo un poco. –¿Solo una? Al parecer, estar tan bonita no sirvió de nada esta vez.– Esa había sido la voz de Harlen, el resto de los chicos rieron. –Cállense par de idiotas.– contestó la chica pelirroja. Al parecer su nombre era Camryn. El haber escuchado a Harlen contestar de esa forma, hizo que automáticamente sintiera disgusto. Cuando el profesor llamó nuestra atención con un silbido, bajamos de las gradas para acercarnos a la cancha. Me acerque a Harlen para saludarlo pero acto seguido este solo me miró de arriba a abajo y siguió caminando. Rodee los ojos suspirando y me acerque a los demás.

–Camryn, Fiera,Cassie y Kiera, son un equipo. Harlen, Sean y Jeray son otro equipo.– dijo el profesor situándose fuera de la cancha para que pudiéramos empezar el partido. Claramente no era buena, mis fuertes eran otras cosas y los deportes no me gustaban para nada. Prefería quedarme leyendo en mi habitación toda la tarde tratando de no pensar en cuanto extrañaba algunas cosas de Eugene. Me intimidaba como las demás eran buenas, y también lo hermosas que eran. Me hacían sentir menos, aunque sabía que no debía de sentirme así pero simplemente era inevitable. Le pegaron a el balón lanzándolo hacía mi, no pude pegarle de regreso, más bien, cayó directamente al suelo. Me sentí mal, las chicas me fulminaron con la mirada, todas excepto Cassie. Y los chicos también se rieron de mí. Tenía ganas de llorar, pero no, no podían verme llorando. Así que lo suprimí, haciendo que las ganas se escondieran en el fondo de mi corazón, para salir después, cuando estuviera sola. –No te desanimes Ra, es la primera vez que juegas, seguro mejorarás.– Dijo Cassie. –¿Ra, que demonios es eso?– reí un poco. –Es una abreviación de tu nombre, Fi suena algo ridículo, así que Ra esta mejor.– su acento británico lo hacía sonar un apodo bonito, y me gustaba. Mi madre una vez menciono que los apodos son un signo de cariño y apreciación hacia la persona, así que me sentí especial.

Cuando terminó la clase, fui a ducharme, era raro, los dormitorios solo tenían la mitad del baño, a lo que me refiero es que las regaderas estaban separadas. Más bien, había una habitación especial para ellas y había muchas, una pegada a la otra. Mientras enjuagaba mi pelo con agua caliente, escuche a dos chicas discutiendo. –Sabes, deberías saber que tratar de fingir ser otra persona no es bueno.– le dijo una a la otra. –Y tu deberías saber que meterte en vidas ajenas tampoco es bueno.– Reconocí esas voces, eran Cassie y una de las chicas de el entrenamiento. ¿A qué se referían? ¿Porque estaban discutiendo? Al terminar, apague el agua y espere a que salieran para poder salir. Cuando no escuche a nadie, salí, pero Cassie estaba ahí mirándose en el espejo. –¿Estas bien? ¿Con quién estabas discutiendo?– dije mirándola mientras sostenía la toalla que estaba envuelta en mi cuerpo. –Si, estoy bien, y no era nadie en especial, solo una chica que se molesto porque tropecé con sus cosas, eso es todo.– contestó. Mentía, no se que había pasado pero, le dolía y no iba a obligarla a que me dijera que estaba sucediendo, aunque lo que dijeron me hacía sentir insegura.

Pasé casi la mitad de la noche tratando de dormir pero era imposible, mi pelo aún estaba húmedo y mis ojos estaban hinchados e irritados. Salí del dormitorio para ir a tomar aire a uno de los jardines de la escuela. Me senté en una de las bancas que estaban junto al lago, era hermoso y la luna alumbraba toda el área. No pude contenerme, las lágrimas salieron resbalando por mis mejillas. No podía explicar lo que estaba sintiendo en ese momento, ni siquiera lo comprendía, pero sabía que no eran por el entrenamiento, era otra cosa la que estaba atormentando mi cabeza, y no tenía idea de cómo detenerlo. De pronto, alguien se sentó a mi lado, al voltear lo noté, era él, era Harlen.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2019 ⏰

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