Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo, un lugar llamado "Soar". En Soar existía un reino llamado "Dónde", en donde reinaban el rey Arturo y la reina Regina junto a su pequeña princesa Luna de 18 años, quien ansiaba salir del reino e ir más allá. El reino era amplio y hermoso, fresco, felíz.
Luna era una chica algo bajita para su edad, su piel era blanca como el lomo de un anillo, sus ojos eran grises y sus labios ni muy grandes ni muy pequeños color rosa. Llevaba puesto un vestido color negro con lila y su cabello lazio caía en cascada tras sus hombros, tan obscuro como la noche.
Ella era felíz, tenía todo lo que necesitaba e incluso lo que no, pero simplemente algo dentro de ella hacía que sintiera un vacío.
Por la noche, ya con sus padres dormidos y los guardias con sueño, decidió salir. En una pequeña bolsa llevó manzanas por si le daba hambre y con su mano derecha sostenía la antorcha, caminó y caminó hasta encontrar un bosque. El bosque Gemma.
Nadie se atrevía a entrar a aquél oscuro, misterioso y lleno de vida bosque. Decían que cuando se entraba hacía frío dentro de él y que el viento te susurraba al oído.
Con determinación y pasos firmes la princesa se adentró en él sin tener dudas de sus acciones.
Todo estaba oscuro y su única luz no ayudaba mucho, hasta que por accidente descubrió una torre. Tuvo una lucha interna sobre entrar o no y terminó dirigiéndose hacia ésta.Observó de todos los ángulos posibles y no parecía haber alguna entrada, había una ventana, pero no lograba entender como entrar. Encontró entonces una soga que estaba oculta entre uno de los tantos arbustos de ahí y decidió usarla para escalar a un árbol que se encontraba justo al lado de la gran torre.
Quitó sus zapatillas que, realmente eran molestas y subió hasta la rama más cercana, donde suplicó al universo no caer, pues con valor saltó y con suerte, sus manos se sujetaron de la ventana, donde con trabajo entró.
Ya estando dentro y de pie, sacudió su vestido haciendo una mueca, lo había ensuciado e incluso rasgado. Suspiró y miró tras ella, ya estaba amaneciendo y ni cuenta se había dado.
La oscuridad aún llenaba aquél cuarto de la torre y decidió entonces esperar a que el sol saliera más para poder investigar lo que había.
En minutos la princesa había quedado dormida, pues no durmió toda la noche.
Cuando despertó, se sentó en la cama, en la cual no recordaba haberse acostado, frotó perezosamente sus ojos y se encontró con un mar azul mirándola curiosamente.Su corazón palpitó con fuerza y trató de decir algo, más las palabras no salían de su boca.
—¿Quién eres?—preguntó la chica.
Luna la miró nuevamente, con más detenimiento.
La chica que tenía enfrente era algo más alta que ella, sus cabellos largos y rizados eran como oro, su piel un poco menos pálida que la de ella, sus labios gruesos rojo fresa y las pequeñas pecas casi invisibles que adornaban su cara, agregando las largas y rizadas pestañas y aquél vestido amarillo con anaranjado. Era una chica sin duda muy hermosa y se veía tan joven como ella, quizá unos 19 años.
—Luna. La Princesa Luna Sombra del reino Dónde.—respondió, brindando una pequeña sonrisa.
La misteriosa—pero hermosa—chica arqueó sus cejas perfectas, mostrando asombro.
—¿Una princesa?—preguntó nuevamente—¡Ah, mis modales!—exclamó—Mi nombre es Sol, Sol Sunshine.—rio ante su pésima presentación, contagiando a la princesa.—¿Cómo llegaste aquí?—cuestionó con curiosidad.
Luna observó los ojos azules de Sol, brillando por saber la respuesta y sonrió mostrando su perfecta dentadura.
—Escapé.—dijo simplemente, encogiendo sus hombros.Observó a su alrededor, la habitación de la torre estaba limpia y ordenada, había libros y pintura. Siguió recorriendo el lugar con la mirada hasta toparse con la rubia; quien tapaba con ambas manos sus labios, mostrando nada más que asombro ante sus palabras, pero rápidamente sonrió.
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☀Eclipse.🌙
Short StoryDonde la princesa Sol, se enamora de la princesa Luna. ⚠[cuento corto]