Me despierto en medio de un penumbroso bosque sin poder recordar como llegue a este hermoso y aterrador lugar, trato de acercarme a la única fuente de luz que a lo lejos puedo observar, al llegar logró observar un misterioso libro dorado flotando por encima de una enorme fogata sin ser quemado, al acercarme más al libro, en su portada decía "bienvenida".
Abro el libro y de repente un destello de luz me Ciega, al abrir los ojos de nuevo empiezo a recordar lentamente como llegue a este lugar.
Me llamaba Naomi, recién había cumplido 15 años me estaba dirigiendo para mi casa después de salir del colegio. Ese día me desvíe de mi ruta cotidiana había decidido pasar por el parque un rato, recuerdo que me encontré con mi vecino Darío, se había acercado a hablarme (esa era la primera vez que hablábamos), me contaba que él conocía a mi madre, que eran novios en la secundaria, que tenían planes de casarse, y que luego habían terminado y estaba muy dolido por eso. (no le preste mucha atención porque recuerdo que mi hermano decía que ese señor era muy raro, que siempre estaba afuera de su casa observando la nuestra).
Luego de que me contara todo lo de mi madre, le dije que ya era hora que me valla y el me pregunto si hoy era mi cumpleaños a lo que yo le había respondido que sí, me dijo que tenía un regalo para mí y que si podía ir a su casa para que me lo de, yo había aceptado puesto que éramos vecinos y nada podía pasar, que inconsciente fui.
Cuando entre a su casa recuerdo que sentí un golpe por la espalda, de ahí todo se puso negro, en ese momento supe que había muerto. Parpadeo y me encuentro frente a la fogata y aún estaba el libro dorado, sé que morí pero aún tenía muchas preguntas en mi mente, ¿Por qué yo? ¿Cuál era el motivo de mi muerte? ¿Quiero saber si atraparon a mi asesino? ¿Si se hizo justicia?
En ese momento el libro se abre y nuevamente un destello me Ciega, abro los ojos pero esta vez era diferente, no son recuerdos lo que veo, es la realidad, me encuentro 2 semanas después de mi muerte, estoy en mi casa pero nadie puede verme, observó a mamá llorando sin parar preguntándose dónde estaba, si estaba bien, etc.
Al poco rato tocan el timbre de casa y era la policía, le dicen a mi mamá que aún no hay noticias de mí. Después que se fueran la policía vuelven a tocar el timbre y esta vez era Darío, dijo que vino a consolarla, se ve que mama no lo recuerda, en ese momento una impotencia recorre mi cuerpo, veo que mi asesino está consolando a mi madre y no puedo hacer nada.
Al llegar la noche mamá se va a dormir en ese momento me meto en sus sueños y trato de hablar con ella lo cual no funciona, pero no me rindo. Lo intento nuevamente y esta vez pude hablar apenas unos segundos con ella.
— ¿mamá me escuchas?
— ¿Naomi? ¿Eres tu hija?
— Si mamá, no tengo mucho tiempo.
— ¿Qué pasa? ¿Dónde estás?
—Solo puedo decirte que la clave de todo esto es Darío, tienes que recordarlo.
A la mañana siguiente mamá se despierta y se dirige a su armario de allí saca una caja, dentro de ella hay un montón de fotos de ella junto a Darío, también hay muchas cartas, en ese momento mamá recuerda quien era Darío y porque había terminado con él, logró ver sus recuerdos y veo que mamá había terminado con Darío porque él se obsesionó con ella, le tomaba fotos dormida, se quedaba afuera de su casa todas las noches, la seguía a todos lados, y una vez la había amenazado con un cuchillo diciendo que ella le pertenecía solo a él.
Luego de eso mamá se dirige a la estación de policía a contarles lo que todo lo que recordó, que Darío tenía una obsesión con ella y que tal vez pudo desquitarse con su hija. La policía al escuchar todo eso decide ir a buscar a Darío.
Luego de eso la policía vuelve con mamá y le cuentan que Darío confesó todo, él fue quien me asesino, y que había ocultado mi cuerpo bajo una loza de concreto.
Pasaron los días y hoy es el día del juicio contra Darío, mama se encuentra en el juicio y ruega porque se haga justicia, Darío pasa a declarar y cuenta porqué lo hizo, cuenta que tenía una obsesión con mama pero sabía que nunca estarían juntos, contaba que me había encontrado en un parque y que yo le recordaba mucho a ella de joven y que él no pudo contenerse.
Después de escuchar toda la declaración Darío fue condenado a cadena perpetua por asesinato y violación, mamá rompió en llanto y agradece a dios porque se hizo justicia.
Ahora yo ya no tengo nada más que hacer en este mundo, pude ver que se hizo justicia y con eso mi alma puede descansar en paz.