10 de noviembre - 10 de la noche

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Me avisó el celador que el siquiatra iba a faltar hoy, lo cual me permitió ordenar un poco más mis ideas, y como a veces prefiero usar mi mente en algo constructivo en vez de escupir a las pocas plantas que hay en el lugar, quisiera continuar el relato que, se, tiene a más de uno en el borde de su silla mental, para ver cuan bajo he podido caer.

Esta señorita, como comentaba, nunca me fue infiel (o sea, me enteré con el tiempo que lo intentó, pero no le resultó, lo cual la verdad me dio más pena que rabia por ella, pero en fin...), pero como ella era en demasía agradable con los demás, y sumado con una persona con baja autoestima la cual había de la nada aflorado los celos por encontrarse mentalmente con poder al tener capacidad adquisitiva y un trabajo (lo cual igualmente es idiota pensarlo), eso provocó que al estar enjaulados en nuestro departamento (porque eso era, al igual que un siquiátrico, ella y yo nos sentíamos así, pero nunca nos lo dijimos) finalmente afloró ese lado tóxico que habíamos extrañado, y que al final nos terminó separando por segunda vez.

Las peleas nunca llegaron al nivel de golpes (la verdad, nunca he levantado la mano a una mujer, que quede en constancia señor fiscal...) pero si violencia sicológica mutua la cual nos llevaba a escalamientos verbales y debates sin fin, lo cual bajo nuestros respectivos pasados era catalogado como "normal". Eso, junto con cada vez menos sexo, cada vez menos tolerancia, respeto y todos los principios indicados por mi siquiatra al principio de este "diario siquiátrico", nos llevó a separarnos físicamente en el mismo departamento, y por mi parte cada vez buscando más y más actividades extra programáticas para no llegar a verla. Aún más, siempre tuve la mala suerte que buscarme mujeres "seudo - alpha" hasta ese entonces, que en un principio se mostraban empoderadas, pero que finalmente lo que lograban era mostrarse a sí mismas como vagas en el amplio espectro de la palabra, y aún más se aplicaba a la única novia que habia tenido toda mi vida...

Eso me llevó a caer aún más al fondo del abismo, pensando constantemente que yo era el problema en toda esta situación, y llevando nuevamente a perder mi trabajo y el abandono de mi pareja tras enterarse que había perdido mi trabajo, que según ella era por un "hecho consumado" que me había pillado con otra mujer, siendo que la única prueba que tenía eran unos calzones que ella misma había dejado en la cama. 

Eso llevó a que el abandono pasara a retiro de mi propio departamento, porque ella quería quedarse con el departamento a como diese lugar, inclusive fue capaz de acusarme de un falso intercambio de golpes con la policía (gracias a los contactos de su madre) lo cual felizmente terminó en nada, y como naturalmente dejé de pagar el departamento la desalojaron a ella y todos (o sea, yo) quedamos felices con ese desenlace.

En la casa de mis padres la cosa tampoco iba muy bien, porque mi padre había sufrido días después de mi separación un ataque al corazón, lo cual mi madrastra y mi hermana mayor estaban más que contentas ya que estaban de por si contando el dinero tanto del terreno como de lo que tenía en el banco mi padre que sagradamente había estado juntando para sus tres hijos, y que más encima había comenzado mi madre que ya tenía de fallecida muchos años, como había contado.

Con todo aquello encima, y para no perder la casa, contraje una deuda millonaria la cual hasta el día de hoy sigo pagando (y que gracias a las leyes actuales de Saint Green una persona declarada loca puede seguir percibiendo su sueldo en un porcentaje aceptable hasta que retorne a su lugar de trabajo, cuando fuese a ocasión del trabajo claro está... Y obviamente yo no soy tonto en ese aspecto), y que todo aquello terminó felizmente para mi padre porque finalmente murió cuando cumplí los 25 años de edad (lo cual, desde ese día, no celebro mi cumpleaños, solo afilo mis dientes para el siguiente año de mierda que me tocase vivir).

Allí fue cuando fui a visitar nuevamente al siquiatra: sin un padre, con una madrastra y dos hermanas que estaban viviendo en una casa que no era de ellas, pero que legalmente si era de ellas, y que yo estaba pagando para no perder el legado de mi padre y que no podía defender todavía porque no tenía el suficiente dinero, con una ex pareja que me odiaba y me demandaba por todo (que en parte entendía su rabia), habiendo perdido un departamento pero que gracias a un nuevo trabajo temporal y a una excelente idea de un amigo, me declaré incompetente siquiátricamente y ahora tengo el cien por ciento del dinero "sin trabajar" para poder costear esa casa; con pocos buenos amigos, sin una pareja a quien amar y dar cariño... Creo que entenderán que en mi primer cuarto de siglo mi historia era una verdadera historia de mierda, y con todo ese preámbulo el mismo siquiatra me mira nuevamente y me dice:

- "te quiero hacer unos estudios, quiero entender qué sucede en tu mente"

A lo cual naturalmente accedí, esperando unos largos 3 meses de análisis, acuartelamientos en mi celda que ya para los celadores era "mi cuarto", con mi nombre y todo inclusive con experimentos revolucionarios de la mente para llegar a la siguiente conclusión, lo cual heló mi sangre:

- "Estimado Andrew, bajo los cánones de siquiatría, tu enfermedad es nueva, la cual he decidido apodar: el trastorno de Andrew", dijo, lo más quedo y solemne que pudo.

- "Pero que mierda es el trastorno de Andrew", le grité, entendiendo mucho y nada a la vez, al borde de mi silla.

- "Verás..." dijo, mientras se paraba de su asiento, dándome la espalda, mirando el pequeño jardín que daba a su oficina a través de las rejas y el vidrio ligeramente polarizado, "en un principio pensábamos que tenías asperger, pero eres demasiado bueno para leer a la gente, lo cual nos llevó a pensar que tenías trastorno de espectro bipolar, pero tampoco, porque a pesar de tus altos y bajos finalmente tienes control sobre los mismos cuando quieres, y eso es independiente de los medicamentos y la cantidad de los mismos que te suministremos... Tampoco son los trastornos de personalidad comunes, ni sociales ni asociales... Sino que es un cúmulo de todo, y a la vez de nada... Lo siento" se giró, mirándome preocupado "pero la verdad nadie en tres continentes sabe lo que realmente tienes, y me gustaría... Poder estudiarte 24 horas, 7 días a la semana, para poder entender qué es lo que realmente tienes... Sería una gran ayuda a la ciencia porque..."

Pero a esa altura ya no estaba escuchando... Ya que mi celular estaba sonando con un mensaje importante: mi mejor amiga se había enterado recién que había sido, pero el padre había muerto degollado en un accidente de tráfico. 

Diario psiquiátrico de un loco sueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora