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[Vuelvo a actualizar porque estoy teniendo el fin de semana más aburrido, además de que me dió la inspiración :^)]

El alce abrió la puerta principal para entrar a la casa, escuchó la voz del pingüino en la cocina y caminó hasta ahí para encontrárselo limpiando varias verduras en el lavaplatos.

–Tyrone, llegaste. –Decía este cuando notó su presencia al mismo tiempo que colocaba una zanahoria en la tabla de picar.

El otro no respondió, dejando al pequeño un tanto incómodo, por lo que solo procedió a cortar dicho vegetal. El pelirrojo veía como su aleta temblaba para luego manejar el cuchillo terriblemente.

–Chico, ¿siempre cortas las verduras así? –Se acercó para mirar de cerca los cortes mal hechos y desiguales.

–S-sí, ¿Qué tiene de malo?

–Todo.

Se colocó demasiado cerca de la espalda del azul para poner su mano encima de la suya y empezar a picar dicha zanahoria de una manera más decente. Cortaba mucho más rápido y cada pieza tenía un tamaño perfecto, todas las rodajas eran idénticas entre sí; lo hacía ver más fácil de lo que parecía. Cabe mencionar que en todo ese periodo de tiempo el más pequeño lo pasó con un leve sonrojo en sus mejillas ante tal acercamiento.

–¡Wow, eres muy bueno con ese cuchillo! –Exclamó el pingüino maravillado una vez que observó con detenimiento el resultado final.

–Es cuestión de experiencia... –Pablo pensaba que en un pasado cocinaba muy a menudo y de ahí su habilidad, pero Tyrone se refería a otra actividad totalmente distinta.

–Oye, Ty, ¿Podrías ayudarme a hervir el agua? –Decía mientras sacaba de una alacena una olla grande.

–¡No soy tu jodida sirvienta! –Alzó la voz mientras acercaba su rostro con el otro, como si tratara de amenazarlo con golpearle; como era costumbre, el azul se cubrió el rostro con  la olla con miedo. Hizo una pausa de unos segundos para luego agregar:– Tú hierve el agua, picare lo que falta.

•  •  •

Al final, Tyrone fue el que terminó haciendo el 90% de la comida. El otro al poco tiempo le dió sueño y ahora estaba recostado en el sillón más pequeño de la sala, profundamente dormido. Por algún motivo, al alce no le molestó hacer todo el trabajo solo.

Una vez que finalizó, acomodó ordenadamente los platos y cubiertos sobre la mesa para luego despertar al otro.

–Oye, Ty. –Comenzó mientras masticaba, razón por el que el mencionado solo se limitó a mirarlo con el ceño fruncido, rápidamente entendió el mensaje y se apresuró a consumir lo que tenía en un pico.– ¿No te gustaría salir al parque aunque sea una vez? Dudo mucho que sigan buscándote después de mucho tiempo...

–¿Al parque? ¿Para qué?

–N-no lo sé. Tal vez quisieras caminar un rato o comer algo del exterior; me preocupa que pases todo el tiempo adentro o en tu trabajo. –Comentó con la mirada abajo, jugando con su tenedor.

–Lo voy a pensar. –Dijo secamente antes de tomar un trago de agua desde su vaso.

relación caótica • TyronexPabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora