Dicen que los soldados se vuelven amigos del alcohol. Dicen que los soldados que van a la guerra nunca vuelven a reír. Dicen que los soldados nunca vuelven a ser los mismos. Dicen muchas cosas de los soldados y nunca he oído una buena. Y, a pesar de todo, aquí estoy yo, de camino al campo de batalla. Mucha gente, especialmente los ricos, creen que es todo un honor luchar por tu país. A mi me parece que es una grave deshonra solucionar los problemas robando vidas ajenas. Por que al final, ¿quién gana con tantas vidas perdidas? ¿Quién es el bueno si todos han matado? En las guerras solo se pierde. Dicen que hay un bando vencedor, pero yo pienso que se quedan perdidos en el pasado sin poder mirar el futuro. Para esa gente que esta en un despacho grande rodeado de lujos los soldados que van cayendo día a día les son insignificantes. Mientras la gente esta muriendo ellos están en sus palacios viviendo una vida llena de jolgorio. Somos unos simples peones que juegan a su juego. Las guerras solo traen desgracias. Muerte, dolor... No tenía otra opción. O me convertía en una de sus marionetas y luchaba para ellos o acababan con toda mi familia. Así de sencillo es esto.
Cada paso que daba hacia la batalla una pequeña parte de mi libertad desaparecía. El teniente nos va dando las últimas ordenes. Nos han dado balas suficientes como para matar a miles de personas entre todos. Por un momento me imaginé que podía correr por el bosque huyendo de este infierno, pero no me serviría para nada.
Mientras ando pienso en mi familia. Yo habría llegado a casa después de trabajar en la fábrica y Will habría corrido a abrazarme y ha contarme como le había ido en el colegio. Luego le saludaría a ella, con su sonrisa de siempre. Nos sentaríamos a comer y de vez en cuando, o tal vez no, nuestra pequeña Lucy nos interrumpiría con su llanto. Habría ido corriendo ha abrazarla y consolarla hasta que se durmiera. Todos estos recuerdos me hacen mucho mas dolorosa mi marcha. Pienso que puede que no vaya ha poder abrazarles mas.
El sonido de guerra es cada vez mas cercano. Se oyen disparos, gritos y dolor provenientes de la batalla. El hedor a sangre empieza ha flotar. El teniente nos informa que estamos a punto de llegar. Pide que mantengamos la calma y que no nos dejemos llevar por el miedo. Cuando veo el campo de batalla se me paraliza el corazón. Cientos de soldados yacen en el suelo sin vida. Soldados que han abandonado su vida. Soldados que han dejado a cientos de familias destrozadas. Mi corazón me pide solo una cosa, sobrevivir. La gente se piensa que el infierno viene después de la muerte. Pero ver un campo de batalla es el peor de los infiernos.
Mi vida era perfecta, lo era hasta que me mandaron venir aquí. Paso de convertirme en una persona normal y sencilla ha ser un ladrón de vidas. En cuanto aprieto el gatillo mi vida cambia. Todo lo bueno que tenía se convierte en oscuridad. Me siento una persona sucia y mala. Mis compañeros empiezan a caer. Yo quería morir en paz sin la necesidad de hacer daño ha nadie y he matado. Me he fallado, y no solo ha mi, también a la gente que mas quiero en este mundo.
Cuando menos me lo espero una bala atraviesa mi pecho y me derrumbo. Una lágrima me cae por la mejilla. No me quedan fuerzas, se acabó. Suelen decir que cuando te estas muriendo ves toda tu vida pasar. El cielo esta despejado y poco a poco todo se va apagando. Solo puedo pensar en ella y en nuestros niños. Todo se vuelve oscuro y mi luz se apaga para siempre.
