Introducción a mi guía omegaverse

572 41 11
                                    

Hace muchos siglos, las barreras entre lobos solo estaban marcadas por sus roles en la manada. Cada clan se diferenciaba por el olor dominante de una pareja de Alphas. Ellos velaban por el bienestar y seguridad común. Quedándose lo más cerca de los que consideraba familia. 

Los Deltas, tenían la ocupación de vigilar la delimitación territorial. Soberanos y exploradores de nuevas zonas aptas para su desarrollo. 

Por su parte, eran llamados Omegas, quienes cuidaran de los cachorros y solucionarán conflictos por naturaleza. Se les denominaba Gammas en caso de que además de custodiar a las crías, estos suplan a lobos ancianos y cacen para los que no pudieran hacerlo. 

El trabajo de los Betas consistía en apoyar desde la segunda línea de defensa en caso de cualquier amenaza. Actuando en compañía de los Alphas para establecer un orden. 

En cuanto los Lambda, estos apoyaban estratégica-mente a la manada. Tenían la habilidad de regeneración automática y que podían compartir a través de la saliva. Las manos derechas de los líderes. 

No importaba el tamaño ni el aroma de las criaturas. Mientras desempeñen su función y posean las características anteriormente mencionadas. Eran bienvenidos a unirse a una mandada. Las proporciones por cada 15 habitantes eran las siguientes: Un Alpha, cuatro Betas, tres Deltas, dos Gammas, tres Lambdas y dos Omegas. 

En aquellos tiempos solo las hembras podían quedar preñadas. Los lobos tenían libertad para cruzarse, excepto el alfa que elegía a un integrante para gobernar junto a él. Consiguieron armonía por décadas, alejados de las civilizaciones humanas. Pero esas fronteras invisibles que no se habían perturbado terminaron en escombros, literalmente. 

Incendios simultáneos acabaron con la vida de más de treinta y cuatro manadas con un mínimo de veintitrés lobos cada una.
Horrorizada, la madre luna castigó dicha imprudencia. Rindiendo cuentas con los humanos involucrados. Obligándolos a fusionarse con las almas de los caídos. Sus vidas pasadas las recordaban en forma de pesadillas. Y olvidaron lo que aprendieron como mortales. 

Motivados por el desentendimiento, el miedo y el dolor. Licántropos de varias partes del mundo se enfrentaron contra sus semejantes en su vida terrenal. Destruyeron edificaciones y construcciones que atentaban contra la naturaleza. Aldeas vecinas. Pueblos jóvenes. 

Poblados independientes a los que antes habían pertenecido... Una cucharada de su propia medicina.

Fueron convertidos en Deltas; para que teman de su poder. Estén siempre alerta, casi paranoicos. En Gammas para presenciar la muerte de sus compañeros lobunos, tanto ancianos como crías en el incendio. Sentir la impotencia de los Lambdas en guiar equivocadamente a la manada por un mal camino y la impotencia de poder curar a los tuyos pero no llegar a devolverles el aliento. 

La cuenta había sido saldada con los malhechores. Pero añadió otra normativa para aumentar su calvario: alternar entre las tres etapas de transformación. 

El estado puro, donde se libera la parte animal del portador.

Forma media, se mezclan las características animales, típico aspecto de un hombre lobo.

Forma oculta, el humano en cuestión toma la esencia física.

La diosa sabía que la dualidad de los humanos estaba presente. Fuerzas fundamentales, que se complementan. Así como existen personas crueles y egoístas. También están aquellas con un lado bondadoso y empático.Aunque hayan tenido todas las de perder, algunos humanos arriesgaron sus vidas con tal de salvar a verdaderos dueños del bosque. Como recompensa ellos reencarnaron junto a lobos una generación después de la catástrofe.

Así que transmutó a las personas en Alphas, para saber dirigir sus vidas y tomar las mejores decisiones. Aún bajo presión. Trabajando en equipo, se fusionaron los Betas con humanos tenaces y coordinados. Mientras que aquellos con la voluntad de amar a los más vulnerables, desear una familia junto a la extraordinaria habilidad de solucionar disputas. Fueron dados a Omegas con sus respectivos humanos. 

Forjando la unión perfecta entre ambas especies. Dones otorgados por la diosa que solo aumentaban el potencial de esos seres: Fuerza, inteligencia y resistencia sobrehumana. Su futuro era prometedor. 

Lamentablemente como cada cosa que se pierde con el tiempo. La paz, ocio y placer tomaron otro rumbo. Las relaciones entre Alphas, Betas y Omegas se volvió caótica. Su lado animal pudo con ellos de varias formas; Aprovecharon los sentidos superdesarrollados que poseían para drogarse. Perseguían a sus víctimas y violaban sus derechos en todo el sentido de la palabra. Mataban por aburrimiento a cualquiera que se les cruce encima, especialmente a los más débiles. Oh qué actos no habrán cometido esos ingratos. 

Al cabo de dos generaciones sin cambios, la diosa no podía hacer más que decepcionarse por la descendencia de sus creaciones. El mundo que había establecido le pareció nauseabundo.

Detuvo temporalmente la agonía de cientos de almas cuando se tomó un descanso para su propio sufrimiento y dejó el mundo en manos humanas. En ese tiempo recordó a los hijos de Deltas, Gammas y Lambdas condenados injustamente. Su hermano Sol le habría advertido sobre las consecuencias de manipular el orden y armonía universal. 

Muy por el contrario que sus protegidos, los licántropos rechazados por ella renegaron sus orígenes. Aprendieron a convivir con la transmutación formando una comunidad caritativa y autosostenible, alejados completamente de otras castas o criaturas. 

Conmovida, la madre luna volvió a alterar el mundo. Desde ese momento una vez que un lobo se enamore perdidamente, nada ni nadie podría interferir en su amor. Bendijo las relaciones de todo tipo con diferentes lobos, con tal que no sean unilaterales o tóxicas. La máxima muestra de su relación, sería una marca en el cuello. 

De acuerdo a las personalidades de los lobos en el pasado, supuso que Deltas y Gammas se complementarán bien. Lo mismo con Betas y Lambdas, guardianes por excelencia. Pero vaya que se divirtió uniendo Alphas y Omegas. Totalmente opuestos, casi incompatibles. Además otorgó un aroma único a sus nenes para diferenciarlos entre la diversidad de tipos de lobos. Y permitió con sus poderes que los machos también queden preñados. 

Cada generación sellaría su destino a partir de las nuevas reglas. Eran ellos los que decidían permanecer en uno u otro bando: Amar u odiar.Pero ni siquiera ella puede asegurar el futuro de sus niños si cambian de casta, y la curiosidad mató al lobo...

AleYaNoSabeQueEsAhre

Lo pongo en mi cuenta personal porque quiero porque puedo y porque se me antoja

La curiosidad mató al loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora