capítulo 10- Amo a Lucía

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*Nicolas Velasquez en multimedia* Pd: Es un personaje que aún no van a conocer

Es domingo. No me quiero levantar, son las 10:27am y no tengo ni hambre, en mi mente se reproduce cada segundo las palabras de Alex y cómo Max me defendió, y no he hecho más que llorar.

Recordar que Alex se llevó a Tiffany para hacer Dios sabe qué me duele. Todo lo que pasó anoche me duele.

Tengo llamadas perdidas de Andrés, Max, Adrián y crystal. La verdad no tengo ganas de contestarle a ninguno. Me siento una mierda, Clarissa ha venido y me ha dejado desayuno, tocino, huevos fritos y jugo de naranja. No tengo ganas ni de comer, cosa que es rara por que yo amo comer.

Mi mente no dejaba de reproducir las imágenes de anoche, la pantalla de mi celular se encendió y este sonó, ya sabía quien me estaba llamando, pues el tono lo tenía personalizado. Alex me estaba llamando.

No tenía pensando contestar, pero mi celular iba a explotar de tantas llamadas y mensajes que llegaban. Decidí mirarlos.

Alex Martini:

Lucía porfavor, contestame las llamadas.

Lu, perdón por lo que pasó anoche, lo siento tanto.

Niña... sé que lo que hice estuvo mal, pero Perdóname por favor. Estaba ebrio, no sabía lo que hacía.

Por lo menos lee mis mensajes, no seas así.

Preciosa porfavor, no me hagas esto.

Habían quince mensajes más de él, pensé por unos minutos antes de responder, tomé mi celular y empecé a escribir.

Lu:

Tu no tienes idea de lo que me hiciste sentir anoche cuando me dijiste que era un zorra cualquiera, no me interesa si estabas o no ebrio. Me hiciste sentir como si fuera una mierda, nadie en el mundo merece eso. No eres más que un idiota, no respetas a nadie. No es la primera vez que por tus impulsos empiezas a decir lo que quieres, pero si es la primera vez que me llamas zorra y no te imaginas cuanto me dolió. Te pediría que porfavor no te molestes en hablarme nunca más. Vete al carajo, Alex.

Respire profundamente antes de enviar el mensaje, no quería saber cuál sería su respuesta así que lo bloquee.

Me recoste y pensé que era lo mejor que yo podía hacer, llegué a la conclusión de que no podía ponerme mal por sus estúpidos comentarios, no podía dejarme humillar por un simple chico que no valía la pena.

Estaba construyendo una nueva vida, y todo lo que pasó con Alex quedo atrás y allí se tiene que quedar, no voy a remover en las cenizas del pasado.

Me levanté de mi habitación, entré a la ducha. Luego de bañarme entré al closet para buscar un buen outfit, es domingo y quizá Jaden me lleve a algún sitio.

Escogí una camiseta blanca con un pantalón boyfriend, mis tenía blancos e hice un moño despeinado en mi cabello. Era simple pero me sentía bien. Tomé el jugo de naranja que había en la mesita de noche.

Bajé las escaleras y me encontré con Jaden en la sala hablando con Max. Ninguno se había dado cuenta que yo estaba allí así que me escondi en las escaleras para escuchar que hablaban.

No soy muy buena respetando la privacidad.

-Mire Jaden, su hija es una chica que no tiene comparación con ninguna. No me importa su pasado con Alex, me importa el futuro que tendrá conmigo, yo la acepto a ella con sus demonios y todo, por Lu me iría al infierno. Yo amo a su hija, no me interesa si usted no está de acuerdo con eso. Yo lucharé cada día en hacerla felíz, anoche yo vi cuando Alex se acerco a ella, me di cuenta que Lucía queria ignorarlo, yo me estaba acercando cuando el le dijo a ella que pensó que era una cualquiera, Lucía no es eso, es la niña más inteligente, decente y hermosa que conozco.- wao, no tengo palabras para explicar lo que me hizo sentir escuchar eso.

-No estoy en contra de lo que tienes con mi hija, eres un buen muchacho, pero el día que le rompas el corazón no dudare en cortarte las pelotas y ponerlas de adorno de navidad en la entrada.- Dijo Jaden de forma amenazante.

-No lo haré señor, amo a Lucía.- Afirmó Max con una pequeña sonrisa.

La emoción me ganó y me acerqué rapidamente a Max para darle un fuerte abrazo, y un sonoro beso.

Jaden miraba sonriendo aquella escena.

-Alguien salió de buen humor, ¿Se te fue la depresión?- Dijo Jaden.

-Sí, no tenía por qué estar así. Yo no soy una cualquiera, ni una zorra, y Alex no es alguien importante como para dejar que sus estúpidos comentarios me afecten.- Dije con una sonrisa triunfal.

-Vaya, me alegra escucharte así cariño.- Me senté en las piernas de Max y este me abrazó hundiendo su cabeza en mi cuello.

-A mi también me alegra, hija.- Jaden me ofreció una cálida sonrisa. El rol de padre le iba muy bien.-Ve y sal con Max, para que te despejes un poco, vayan a comer algo. Ten un poco de dinero.- Me pasó dinero y yo asentí.

-Está bien por mi parte. ¿Tú que dices Max?- no tardó mucho en responder.

-Mi amor, contigo digo sí a todo.-Dijo envolviendome en sus brazos.

-Váyanse antes de que me de diabetes, son muy empalagosos.- Dijo Jaden pasandome la llave de uno de los coches para luego irse de la sala.

(...)

-Sé que aún te sientes mal, pequeña.- Max tomaba mi mano mientras conducía por la autopista iríamos a Burguer King a comer.

-No te voy a negar que me hizo sentir mal, pero ya no importa.- Le sonreí amablemente y le di un leve apretón a su mano.

-Hemos llegado al paraíso. - Dijo estacionando el coche afuera de Burguer King.

-Tú si sabes alegrame.- Me estire un poco en el asiento y dejé un corto beso en sus labios.

-Haría todo por verte sonreir.

-Gracias, bebé.

-Vaya, ¿Tienes fiebre? Tú no sueles ser así de dulce.- Me eché a reir ante su comentario.

-No, pero vamos a cambiar algunas cosas de hoy en adelante.- Sonreí orgullosa de mi misma, estaba dispuesta a cambiar mi pasado.

Reinando en la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora