13/08/2010.
Era de noche ya, una pequeña niña se encontraba en la cajuela de un coche rogando piedad, que la dejasen ir con su mamá. Pero era muy difícil que aquello pasara. La pequeña con tan solo 10 años de edad, podía entender que aquello que su tío tramaba en realidad, no era el juego que él dijo que era.
La pequeña pataleaba en la cajuela al punto de ocasionar pequeños ruiditos que resonaban en donde ella estaba encerrada pero en el exterior, nadie se daba cuenta de nada.
La niña no ponía gritar, no podía hacer nada más que llorar y patalear, un pañuelo oprimía la parte de su boca hasta el fin de ocasionarle un nudo en la garganta, se ahogaba con aquel pañuelo y las lágrimas. Las muñecas ya le dolían, otro pañuelo las sostenían y estas se ajustaban mientras más se movía.
Resaba a Dios aunque nunca supo cómo hacerlo, su madre nunca le enseñó eso y hasta el momento, nunca había pedido ayuda a un ser divino, como lo era Dios. Rogaba por su vida, tenía miedo, quería que aquello no fuese más que una pesadilla.Finalmente sintió como el auto dejó de sonar y avanzar, se habían detenido, más no sabía dónde ni en qué lugar. Sintió las llaves en la cajuela resonar, la tapa se abrió dejando ver a un hombre con una extraña expresión, esa expresión era de miedo quizá pero aún más miedo le daba que era su tío conocido el que llevaba esa bolsa, un costal.
Su cabeza se vió cubierta por una bolsa de tela, se le vinieron todas las imágenes posibles, todo lo terrible que podría pasar, se preparaba mentalmente pues ella estaba consiente de que aquello era real.Gritos ahogados salían de su garganta, se removía en los brazos de un hombre, su familiar, sabía que aquello era en vano más no dejó de luchar.
De pronto se vió de rodillas en el suelo, cuando la bolsa le fue despojada pudo ver con claridad a un hombre sentado en una gran silla de metal con dos hombres vestidos de negro a los lados. Aquel hombre era intimidante, su sonrisa delataba locura, ese hombre no estaba bien de la cabeza. A la niña le atemorizaba la manera en la que aquel hombre la veía y le sonreía, aquella sonrisa era terrorífica y no podía ser más que la de un psicópata, un enfermo mental.
-Así que esta es la niña- dijo aquel hombre poniendose de pie -es muy bonita, al parecer tu hermano no perdió el tiempo-cada vez se acercaba más a paso lento.
-Ella es Valentina, mi sobrina.. - dijo el hombre con sierto temor en la voz, aquel hombre no quería entregar a su única sobrina, pero era ella o su hija.
-Valentina ¿he? Me pregunto cuando estarán dispuestos a dar los adversarios por tu inocencia -dijo mientras la sostenía con fuerza del menton mientras la pequeña lloraba un mar de lágrimas ante la situación.
-Espera... No pensaras venderla así, ¡ella aún es una niña! -cuando se quizo acercar al sujeto, dos más lo sostuvieron.
-Yo soy el que pone las reglas aqui, Jhon-expresó secamente el hombre- Valentina es una niña linda y muy bien cuidada, a su edad, dudo mucho que sea capaz de comprender lo que está pasando. Imagina cuántos estarán dispuestos a pagar por su virginida - una carcajada áspera salió de su boca y la niña comenzó a negar frenéticamente ante su comentario.
-Por favor Agustín... ¡No puedes acerle eso! ¡Ese no fue nuestro trato! - exclamó Jhon.
-shh- lo detuvo levantando su dedo índice con referencia a que se callara- el trato fue, tu sobrina o tu hija, lo lamento Jhon, tú te buscaste todo esto al no conseguir aquellos millones que me debes- los dos se miraban en una guerra de ojos penetrantes. - ya estamos aquí, querido amigo, es muy tarde para echarse atrás -se dió la media vuelta y avanzó.
-¡Eres un hijo de!-- el señor no pudo terminar la oración ya que un puño impactó en su abdomen sacándole todo el aire y dejándolo en el suelo retorciendose.
-No me faltes el respeto a mi, Jhon- dijo y lo miró por encima de su hombro- No a mi- y siguió su camino a la limocina negra que estaba estacionada en el lugar.
Los dos hombres vestidos de negro sujetaron a la niña, aun tirado en el piso el hombre gritó su nombre levantando su mano derecha hacía ella.
-¡Valentina! ¡No! - gritaba mientras veía a aquellos hombres alejarse con su sobrina.
La niña ya no podía hacer nada, se encontraba en el interior de una limocina con unos hombres desconocidos que no iban a hacer nada bueno con ella, la pequeña estaba muerta de miedo, incapas de ocasionar ruido alguno.
Desde ese día, todo iba a cambiar para la pequeña Valentina..
Nada volvería a ser igual...
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<[Sold]>
Random-"¿y si algún día decido irme de tu lado?"... -preguntó Valentina con la voz apagada. -"Entonces podrás ser libre" -respondió Melissa con tristeza . Espero que os guste mucho, este proyecto es completamente mío, cualquier similitud con la realidad e...