Había una bruja llamada Bety, que fue castigada por su ambición a traer en su escoba encadenado un cofre con monedas de oro que nunca podría gastar.
En algunos lugares se transformaba en una dulce viejecita, pero no podía deshacerse de su escoba y la dejaba escondida en algunos lugares que pronto eran descubiertos por curiosos que se llevaban un gran chasco al querer abrir el cofre de monedad de oro, ya que de ella salían algunos polvos que los hacia dormir y soñar que eran ricos para después despertar en la más grande pobreza.
Una vez llegó una linda niña llamada Dorita, como de 8 años y dándose cuenta de la escoba que traía encadenado un cofre trató de abrirlo.
Sucediéndole lo mismo que a otros, la niña entro al sueño y siendo muy rica trato de ayudar a todos sus semejantes, lo contrario a los demás que se habían ambicionado.
La bruja que en sus sueños se había encontrado a la niña, ayudando con el dinero a muchos necesitados se dio cuenta de la bondad de ella.
Dorita rompió el hechizo y la bruja se sintió más liviana, ya que había perdido un gran peso que la agobiaba y dándose cuenta del ejemplo de la niña, ella trató de imitarla convirtiéndose lentamente ya no en bruja sino en una bella dama.
Que despertándose del sueño Dorita, acogería a la bruja como su madre que había perdido cuando ella era una recién nacida.
Autor: sodican