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Lena estaba furiosa y tremendamente dolida con Kara. A penas había podido pegar ojo ese día.
Bien temprano se había dirigido a la biblioteca pues parecía que era demasiado temprano para que nadie se acordara que ella no debía estar allí, pero necesitaba distraerse con algo y encerrarse con un montón de libros era su mejor plan. Ni siquiera Demos andaba por allí.
Estaba escondida detrás de montones de libros cuando unas voces resonaron entre las estanterías. Cruzando los pasillos, apareció la Voz de Rao, vestido con su habitual máscara, y otro hombre, que parecía un sacerdote raoista, junto a él. Llegaron hasta el fondo del pasillo y las voces y los ruidos de los pasos cesaron de golpe. Aquello le pareció muy extraño a Lena. ¿Dónde se habían metido?
Se asomó cuidadosamente y los buscó, pero no estaban en ningún lado. Escuchó un ruido metálico y se escondió de nuevo. De detrás de unas estanterías, volvieron a aparecer los dos hombres. Cerraron la puerta mediante un mecanismo escondido y se fueron.
Cuando estuvo segura de que no estaban ya en la biblioteca, Lena se escabulló dentro de la habitación secreta. Empezó a revisar todos los documentos que había allí: informes, cuentas, ... ¿Por qué estaría todo aquello guardado allí? No logró leer ninguno de ellos pues unas manos la arrastraron fuera de la sala de nuevo.
La Voz de Rao la estampó contra una pared. Ella intentó forcejear para escapar, pero la aprisionó con su cuerpo.
- Vaya, vaya, ... ¿qué tenemos aquí? Una Luthor perdida. ¿Que podría hacer contigo? - rio él mientras restregaba su cuerpo contra ella. - Seguro que lo puedo pasar muy bien.
- Pensaba que los sacerdotes de Rao tenían que mantener el celibato. - escupió Lena mientras se removía intentando alejarse del hombre, pero este la tenía totalmente atrapada.
- Soy la Voz de Rao. Hay normas que no se aplican a mí. - dijo agarrándola del cuello mientras empezaba a meter la mano por debajo de la camisa de Lena.
- Su señoría, ¿qué hace por aquí? ¿Hay algún problema con la prisionera? - interrumpió una voz masculina. La Voz de Rao sacó la mano rápidamente de debajo de la ropa, pero mantuvo su agarre en el cuello.
- ¿Dejáis que una prisionera como esta husmee en la biblioteca?
- Es muy inteligente. Se convertirá en parte de nuestros científicos o morirá. Mi prima es la que se está encargando de ella. Para eso, estaría bien que estuviera en las mejores condiciones. - dijo Kal interponiéndose entre los dos y agarrando el brazo del sacerdote que aprisionaba a Lena.
La Voz de Rao no tuvo más remedio que soltarla y se fue sin decir nada más.
- ¿Estás bien?
- Sí, gracias.
- No deberías estar por aquí sola. ¿Dónde están tus guardias? ¿Les has dado esquinazo?
- Estaban dormidos cuando he venido aquí. No es culpa mía que les guste dormir más de la cuenta. Yo no me escondido para llegar hasta aquí, principito.
- Digna Luthor. Será mejor que te acompañe de vuelta a la residencia de los Danvers.
Cruzaron el patio los dos juntos bajo miradas de sorpresa y sospecha a su alrededor. Kara estaba saliendo de la residencia cuando ellos dos fueron a entrar y los miró con sorpresa. Después, se dio cuenta de las marcas en el cuello de Lena.
La morena vio cómo la rubia apretaba mandíbula.
- ¿Qué ha pasado?
- No la dejes sola dando vueltas por ahí. La próxima vez no tendrá tanta suerte. - dijo Kal y se fue.
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Dioses y guerras [Supercorp AU]
RomanceLa Casa de El se había pasado veinte años luchando contra los rebeldes Luthor que se negaban a cerder ante ellos. Kara, como pincesa, acababa de ser enviada al territorio enemigo para controlar los avances de los rebeldes. Lena había viajado para cu...