Capítulo 1.-Dialéctica hegeliana.

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En alguna universidad de México, de cuyo nombre no quiero acordarme, se encontraba una facultad de filosofía, pequeña, sin muchos alumnos, pero eso era lo justo que se debía de tener.

Los alumnos de tercer semestre de la facultad entraban a sus primeras clases. Ya era la tercera semana de haber iniciado, por lo que se tenía una idea general de más o menos que se vería en esos meses.

Kirito llegaba, como siempre, unos minutos antes, observando los árboles altos que cubrían el sol de la creciente mañana. En el fondo del recorrido que abarcaba todo el edificio de la facultad, se llegaba a un punto muy en específico, que era "el fumadero".

Considero menester no mencionar el por qué se le llamaba de esa manera, ya que tampoco quiero acordarme de ello.

Lo que sí, es que el muchacho iba con los audífonos puestos, bostezaba, sentía los ojos muy pesados ya que era lunes por la mañana.

Llegando finalmente a las bancas de metal que abarcaban esa parte última de la facultad, él finalmente se sentó, dando un enorme bostezo por la flojera que sentía.

Sacando un libro sobre dialéctica, el chico se puso a leerlo como sería normal. El ambiente era silencioso, no hacía mucho frío a pesar de ser de mañana. Era un ambiente perfecto para tranquilizarse.

Quien llegó después de éste primero, fue Alice, quien caminaba contoneando el trasero, haciendo mover la falda que tenía puesta. Ella era una chica muy linda...con ideas un poco curiosas.

Al saludar a Kirito con su mano, el regresó el gesto con mucha obligación, queriendo no hacerlo. Cuando ella entró a la facultad, Kirito soltó un enorme suspiro.

-No debí despegar los ojos del libro. –Se quejó.

El salón de ambos muchachos quedaba subiendo las escaleras en dirección a la izquierda y casi al fondo, siendo la puerta de color gris. La misma estaba abierta, el olor a limpiador de lavanda se hacía presente en todo el edificio. Aquel era uno de los días en que se hacía limpieza general.

Los de primer semestre ya estaban en clases, a Alice le dieron ganas de quedarse de oyente un poco, puesto que el profesor de lógica siempre llegaba tarde. Pero no, mejor entró al salón y dejó su mochila en su respectivo lugar.

Todos los salones de la facultad eran pequeños, así que uno no se podía poner exigente en cuanto al lugar donde quería sentarse. Bueno, no es como que todos los lugares estuvieran llenos, sobraban muchos.

Desde la ventana, Alice vio a alguien bien conocido para ella, algo que la hizo ruborizarse por la emoción y la cólera.

Llegaban ya lo que eran Eugeo y Yuuki, caminando juntos. El primero fumaba un cigarro como era su costumbre de las mañanas, con la barba recién rasurada ese día, ya que se olía la fragancia de la crema para afeitar en su piel.

Ese detalle fue sabido por Yuuki al momento de saludarlo cuando se encontraron en la entrada a la Ciudad Universitaria, ya que ella olió aquel aroma tan peculiar.

-¡Buenos días, camarada! –Gritó él, alzándole la mano a Kirito. Él sonrió, regresando el gesto con mucha más amabilidad que la primera vez que lo hizo ese día.

-¡Camarada! ¡Señorita Yuuki! –Para responder el saludo de su amigo, ella le sonrió.

-¡Nos vemos en el salón, camarada!

La pareja siguió su curso hasta la entrada del edificio, donde Eugeo le cedió el paso a Yuuki, quien le sonrió de forma tierna.

-¿Dejaron de vivir juntos? –Preguntó ella, extrañada.

Tratos de amor filosófico (KiritoxSinon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora