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Andrew se sentó de golpe, jadeante, sentía su corazón latir desbocado y por un instante su vista quedó totalmente negra, nublada en penumbra, aterrándolo. Respiró profundamente un par de veces, haciendo su mejor esfuerzo por mantener la calma, antes de levantar la mirada del suelo y fijarla en alguna parte, mas la negrura de donde sea que estuviera no le permitía sentirse seguro.

Se arrastró por el suelo antes de chocar contra una pared, y no se movió de allí. Apoyando su espalda contra esta y abrazando sus piernas con fuerza, cerró los ojos intentando mantener la compostura, no tenía frío y no tenía hambre por lo que no se debía preocupar por ello. No todavía.

Su única duda era en donde estaba. No recordaba el callejón ni mucho menos la caja de madera en la que dormía usualmente. El aire no corría fuerte y no veía las luces de los faroles.

Estaba en un lugar desconocido, y eso era peor.

El terror lo inundó por dentro, quizás estaba encerrado en alguna caja porque alguien deseaba jugar con él.

No, no otra vez.

Un sollozo escapó de sus labios y se tapó el rostro con las manos, él no era un juguete, él no quería jugar.
El pánico le estaba quitando el aire y con la poca fuerza que tenía se agarró a la pared clavando las uñas en esta, nadie lo usaría de vuelta, correría lo más lejos posible en cuanto tuviera una oportunidad y no volvería a mirar hacía atrás.

Pero, ¿y si no podía escapar?

Estaba hiperventilando y le parecía que la caja se hacía cada vez más pequeña, la negrura lo tragaba de a poco y apenas si podía oir a algún auto de fondo.

Porque estaba lejos de la carretera y no podía huir.

Su llanto se volvió desesperado y comenzó a lamentarse el haberle robado a aquella anciana, no era necesario, le podría haber devuelto aquel colgante y jamás lo habría convertido en aquella abominación que era, un chico de 15 cm.

Y de repente vió, como si fuera su salvación, como se prendía una luz y una cabeza despeinada se asomaba por encima de la caja.

Oliver.

Su ceño fruncido fue rápidamente reemplazado por un gesto de preocupación y con sus manos tomó a Andrew quien recuperaba la tranquilidad velozmente al sentir el tacto del mayor.

"¿Qué ocurrió?" Inquirió mientras se sentaba en la cama.

Andrew inhaló con fuerza mientras se secaba el rastro de lágrimas que quedaba en su rostro y con calma pudo reconocer el cuarto del mayor.

No, no estaba encerrado.

Se dejó caer en la planta de este y una sonrisa de lo más aliviada se mostró en Andrew antes de pararse a toda velocidad y saltar al cuello de Oliver para poder abrazarlo a duras penas.

Sykes no entendía, y tampoco pensaba esforzarse en hacerlo, eran las dos de la madrugada y sólo quería dormir plácidamente otra vez. Por lo que se dejó caer en la cama y miró a Andrew quien se aferró a su camiseta con los ojos cerrados. Oliver no sabía porque Andrew había estado llorando ni porque de repente se veía tan aliviado. No iba a preguntar.

No todavía.

Apagó la luz del velador mientras cerraba los ojos y con un poco de esfuerzo se tapaba otra vez con la frazada. Sintió a Andrew removerse un poco antes de acomodarse sobre él y rezando por no aplastarlo cayó dormido otra vez.

❀๑:.。*

Oliver abrió uno de sus ojos con molestía, apenas si entraba un rayo de luz a través de la cortina y su celular en silencio indicaba que todavía era temprano.
Fijó su mirada sobre él y notó que Andrew no estaba. Sudor frío lo recorrió entero y alarmado buscó con la mirada hallandolo sobre la almohada a su lado, durmiendo plácidamente abrazado a la frazada.

Respiró con tranquilidad mientras cerraba los ojos otra vez, los recuerdos de la madrugada pasaron velozmente por sus ojos y suspiró mientras miraba al pequeño de vuelta.

'¿Qué le habrá pasado?' Se preguntó frunciendo el ceño. Si sus conocimientos en primeros auxilios no fallaban, Andrew había tenido un ataque de pánico en medio de la noche. No sabía la razón. Quizás una pesadilla pensó más no quiso darle demasiadas vueltas al asunto sin hablarle primero al pequeño. No sabía mucho sobre este y eso era quizás lo que más le preocupaba en ese instante. No sabía quién había sido, que había vivido y cómo iba a solucionar el problema de su estatura, cosa que amenazaba con ser el mayor de los problemas.

"Oliver" Escuchó a su lado suavemente, giró su rostro mirando a Andrew quien estaba sentado con la vista fija en él.

"¿Uhm?" Murmuró Sykes mientras bostezaba.

"Perdona lo de anoche." Susurró el pequeño mientras se tapaba con la sábana, en un acto de vergüenza. Oliver dejó que una pequeña sonrisa se formará en su rostro y lo sacó de allí abajo, poniéndolo sobre él.

"Éstas perdonado sólo si me prometes que me explicarás que ocurrió." Habló juguetón haciendo que Andrew sonriera de oreja a oreja y asintiera recostandose sobre su pecho. Al menos había aliviado la tensión. Oliver cerró los ojos y suspiró, de repente se sentía de buen humor.

Demasiado buen humor.














Maratón 1/?

Cuidando a un Mini Andy •‖Sysack‖・Donde viven las historias. Descúbrelo ahora