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Capítulo 25

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ＰＯＶ ＤＥ ＲＯＳＩＥ ＤＡＮＩＥＬＳ

Podía sentir que cada onza de poco espacio que quedaba en mí se disipaba de inmediato.—Levántate, Justin. —Susurro, levantándolo del suelo. Intenta besarme en toda la cara y apoyarse en mí, pero no lo permito. Es un borracho cariñoso.

—Bebé, déjame amarte. —Se queja, empujándome contra la pared y acariciando mi cuerpo.

—Detente, Justin. —Susurro, no queriendo sentir sus manos sobre mí en este momento. No me escucha y se ríe, besando mis mejillas y mi cuello.

—Te amo mucho, princesa. Eres mi mundo. Nunca me dejes. —Insulta, todavía borracho. Me levanta de repente y me acuna hacia él como si me dejara ir, me quedaría sin su vida para siempre. Todavía no tiene idea de lo que acaba de hacer.

Una lágrima cae por mi mejilla ante sus palabras mientras miro por encima de su hombro para ver a Marie luciendo arrepentida. Demasiado tarde para eso ahora.

—¡Harold! —Grito, necesitando su ayuda.

—¿Por qué lo llamas, cariño? Estoy aquí. —Justin gime, mirándome con sus grandes ojos marrones. Se veía tan inocente y hermoso.

Escucho los fuertes pasos de Harold bajando las escaleras y dejo escapar un suspiro de alivio.— Déjame ir, Justin. —Digo severamente, haciéndolo mirarme confundido y dolido.

—¿P-Por qué? Querida, ¿Qué hice mal? —Pregunta, viendo mis ojos llenos de lágrimas.

—Déjame ir. —Siseo de nuevo y lentamente me baja.

Harold examina la escena y sé que él sabe cuando me mira con el ceño fruncido y la simpatía.

—Enciérrala en un lugar donde no pueda salir hasta que yo me ocupe de esto, ¿De acuerdo? —Le digo a Harold, que asiente al instante. Me frunce el ceño y besa mi mejilla.

—Todo estará bien, señorita Rosie. —Dice tranquilizadoramente antes de llevar a Marie a otro lugar.

—¿Q-Qué está pasando? ¿Por qué están todos tan tristes? —Justin pregunta, luciendo tan confundido.

—Vamos, Justin. Vamos a llevarte a la cama. —Le dije, sin responder a sus preguntas. Él asiente y me agarra las manos de forma linda. Aprieto fuerte su mano y lo llevo escaleras arriba.

Cuando llegamos a la cima, veo a Emily asomándose fuera de su habitación. Ella observa la escena y las expresiones en nuestras caras antes de jadear al darse cuenta. Ella me mira y yo asiento, haciendo que sus ojos se llenen de lágrimas. Ella deja escapar un ligero sollozo antes de cerrar la puerta. Ella y yo nos habíamos vuelto excepcionalmente unidas ya que siempre estoy solo con ella y Harold mientras Justin está en el trabajo.

—¿Por qué todos lloran? ¡Rosie, por favor! Por favor, cariño, dime qué está pasando. —Sé que el alcohol está desapareciendo lentamente mientras llegamos a su habitación y lo ayudo a meterse en la cama.

—Shh. —Le susurro, quitando el flequillo de su frente y besando allí.

Le quito los zapatos para ponerlo cómodo y desatar su corbata.— Si me quisieras, deberías haber preguntado. —Se ríe mientras lo ayudo a quitarse la camisa y los pantalones, pero se detiene cuando ve que no me estoy riendo. La sala vuelve a quedar en silencio.

Sus ojos se abren y cierran mientras acaricio su rostro, observando hasta el último detalle perfecto. Cuando mi pulgar recorre su labio inferior, frunce los labios y lo besa suavemente.