Deseas que soledad sea una
mujer; que se mete a tu cama y recorra
contigo cada rincón de la podrida
habitación, mientras
Te hace el amor, y que después te diga al
oído con seguridad y sin miedo.
-Volveré el próximo mes.
Quisieras que la soledad fuera una
tormenta; truenos, tornados y niebla.
que te sacudieran, haciéndote trizas y
después en plena agonía te diga con
uno de sus más fuertes golpes.
- ¿En dónde ésta tu paciencia?, espera, muy
pronto será tu turno.
Que la soledad fuese el símbolo de la
belleza ideal femenina, masajeando tu
piel; llevándote hasta lo más profundo de
la calma.
Transformando tu desordenada
espalda en hoja de papel y su dedo en
pluma, y que después escribiera sobre ti.
-Confía.
Como quisieras que la soledad tocara a tu
puerta, con una carta en mano cuyo
escrito es un poema, en letra pegada y
centrada que dice.
-Ya viene.
Sería mejor leer un libro, mientras escuchas
música clásica y, olvidarte de todo.
D. Alexander M.G.
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Fugaz instante (timón del momento)
PoesiaPoemas que han nacido pequeños y delgados, entre frías y cruzadas banquetas, de un parque de hojas secas, en presencia de las huellas de la lluvia, el paso tranquilo de la noche, entre cuchillas y garganta. Otros por cargar a sus hombros la prisa, d...