Prólogo.

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[...]

Nunca se había encontrado en una situación así.

Se sentía mareado. Podía sentir como cada movimiento le daba una ola de dolor como si de millones de agujas se tratasen. Miró el suelo, notando como gotas de sangre goteaban de su boca sin parar. Nada que le importara.

Levantó su vista. Estaba oscuro, no podía ver nada. Se hallaba en un callejón oscuro, sin tener mucha idea de cómo había llegado allí. Sus manos tocaron la pared a su cercanía, y sólo cuando pudo sentir la áspera y seca pintura en la palma de su mano, supo que aquello no era un sueño.

Miró a su alrededor. Y como de costumbre: nada, nadie. Sólo él y su agitada respiración.

Levantó su brazo en un intento por limpiar su rostro. Más específicamente; su nariz. Miró su sudadera, y pudo apreciar residuos de aquel polvo blanco que tanto lo había arruinado pero que, irónicamente, seguía deseando.

Sólo entonces, ella vino a su mente. Y de la manera en como acostumbraba a aparecer; sus mejillas sonrojadas, su piel suave, su sonrisa inocente y aquellos ojos tan oscuros que, le hacían pensar, por un segundo, que la vida no era tan miserable después de todo.

Frunció el ceño, notando como aquel dolor de cabeza, lejos de desaparecer, se hacía cada vez más agudo con cada segundo que pasaba.

Buscó con prisa entre sus bolsillos; esperando encontrar algo para soportar aquella noche antes de volver a sus cinco sentidos. Odiaba aquella sensación. La necesidad de usarla, perderse, pero sobretodo, la sensación de no tenerla a ella.

Lo había arruinado. Se sentía patético por admitirlo, pero se sentía aún peor por necesitarla.

Una amarga sonrisa se formó en su rostro junto con una aún más amarga sensación de por medio.

Y sólo ahí, sólo entonces, en ese lugar, fue cuando por fin se había dado cuenta.

Seguía siendo un adicto. Pero no de aquellas estúpidas sustancias que lo perseguían a donde sea que fuera.

Se había vuelto adicto a su presencia. A aquellos ojos que tanto lo consumían. A la suavidad de su piel. A su adictivo olor. A sus inocentes pero a la vez, insistentes gemidos que le daba cada vez que se hacían uno, en un arranque de sensaciones que él nunca podría entender. Se había vuelto adicto a su voz, a esa mirada que tanto se negaba a encararlo, a su ser.

─Mierda ─soltó, tras aquel inútil e impotente pensamiento.

En ese momento, y sabiendo que lo había arruinado por completo, es que lo supo.

Se había vuelto adicto a ella.

[...]

───────

Lo que acaban de leer, es el fragmento de una historia que tengo pensado iniciar. Pero su seguimiento, depende en su mayoría de ustedes. Ya sea que les guste la idea o no, me gustaría que me lo hicieran saber para poder continuar. O en todo caso, seguir con otra historia.

Gracias por leer! ♡

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2019 ⏰

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Adicto a Ti ─ Min YoonGi [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora