;𝘽𝙪𝙚𝙣𝙤, 𝙖𝙦𝙪í 𝙘𝙤𝙣 𝙪𝙣 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙤 𝙙𝙧𝙖𝙗𝙗𝙡𝙚, 𝙫𝙞ñ𝙚𝙩𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙚𝙣 𝙡𝙡𝙖𝙢𝙖𝙧𝙡𝙚, 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙡𝙚𝙨 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙚 uwu💕
Después de haber recibido el mensaje, dónde una fotografía confirmaba el engaño de su pareja, Elsa se había roto. No entendía, no podía creerlo, no quería hacerlo, se rehusaba a aceptar que ya no era lo suficientemente mujer para su novio, tampoco quería aceptar que su mejor amiga la haya traicionado de esa manera, acostándose con su novio.
Sentía una presión en su pecho, algo que inexplicable.
Sentía que en cualquier momento la cabeza le explotaría de tanto tensar la quijada en un intento de retener el llanto y los sollozos que la asfixiaban.-R-rapunzel... - habló con voz rota, entre jadeos y sollozos pidió a su prima que fuera de inmediato a su casa, la dorada sin entenderlo y con preocupación asintió y aseguro que iría lo más rápido posible.
Terminó la llamada y en un arrebató de furia y angustia, lanzó el celular hacia la pared, el aparato trono al momento del impacto y cayó al suelo.
Elsa cayó al suelo de rodillas, sintiendo las lágrimas caer por sus rosadas mejillas, apretó los labios y cerró los ojos tratando de mitigar los sentimientos que la carcomían. Se había prometido desde pequeña que jamás se dejaría utilizar, lamentablemente eso había pasado, debió de haber hecho caso a las señales que demostraban el engaño, que estaban claras para sus amigos, que Elsa no las noto.
Una presión mas intensa se hizo presente y gritó, sintió un dolor en su garganta que ignoró completamente, seguía en el suelo, tiritando y dejando salir jadeos y sollozos demasiadas veces.
¿Cómo había sido tan tonta?
Debió de haberlo sospechado en el momento que los morados ojos de Thoothania se posaron en Jack, estos habían brillado de una manera tan extraña, algo de intriga, la chica de mechones azules sonrió satisfecha y extendió su mano a la de Jack, dando un apretón con dobles intenciones, y Jack no fue tan tonto como para darse cuenta de esa insinuación.
Escuchó un sonido en la desolada habitación, parpadeo limpiándose las lágrimas y se levantó con dificultad y acercó a la mesita de noche que estaba junto a su cama, tomó el teléfono y puso en reproducir el buzón de voz.
-Elsa, amor... - Era él. - Yo... Necesitamos hablar con calma, todo tiene una explicación. Fue un error, ¿De acuerdo? Yo te amo a ti, solo a ti. - su voz se escuchaba entrecortada, sollozos traicioneros se hicieron presentes por parte de Elsa, no se había dado cuenta en qué momento había comenzado a llorar, el tan solo escucharlo le dolía. - No has respondido mis mensajes ni mis llamadas, y se- se que estás enojada pero arreglaremos esto, yo no te quise lastimar de esa manera cariño, te amo Elsa por favor créeme, - la voz de Jack, el estaba llorando, ¿por qué lloraba? - Mañana hablaremos, no es necesario que terminemos ¿Si? Resolveremos todo y si tú me pides que deje de hablarle a Thooth, prometo que lo haré, haría lo que sea por tí amor, por favor no me dejes Elsa, no tires estos tres años de relación por la borda, no me dej-
Su voz se detuvo, miro hacia su lado y se encontró a Rapunzel, ella sostenía el cable que conectaba el teléfono, lo había desenchufado. La dorada tenía una expresión molesta pero algo decepcionada a la vez.
-Punzie - Susurró, su garganta dolía, se lanzó a los brazos de su amiga y Rapunzel entendió al instante lo ocurrido, sabía cuál era el motivo de sus sollozos. Sin rechistar la dorada acarició los cabellos platinados de la mayor, le dolía verla de esa manera, quería asesinar a Jack Frost.
Mérida ingresó a la habitación con la respiración agitada, sonrió al ver la escena en la que estaban sus dos amigas.
Refunfuño en silencio y se preguntó si sería bueno unirse a esa emotiva muestra de afecto, algo que le "encantaba a ella" claro que sí. Nótese el sarcasmo.
Se acercó a las chicas y palmeo la espalda de la platinada cariñosamente.
-Tranquila Elsa... No debes estar así por ese idiota, Jack no te supo valorar, ¡Que el se lo pierda! Pero no dejaré que entres en una puta depresión de la cual jamás podrás salir, pronto saldremos de la universidad, ¡Nos divertiremos! Jack no es el único chico en el mundo. - trató de animar la pelirroja.
Rapunzel se separó del abrazo y sonrió en dirección a Mérida.
-¡Mérida tiene razón! Salgamos un rato, ¡Ya se! Haremos una pijamada en casa de Mérida.
-¿Por qué en la mía? - cuestionó confundida.
-No lo sé, algo tiene tu casa que es acogedora - murmuró con gesto pensativo, recordó en dónde se encontraba y aplaudió con emoción. - ¡Saldremos hoy!
-Chicas, yo... No tengo ánimos para salir. - Susurró Elsa, se dirigió a la cama y se acostó, tapándose con las gruesas sábanas.
Rapunzel y Mérida se miraron entre ellas, la pelirroja se encogió de hombros y Rapunzel nego con la cabeza.
-Bien, entonces la pijamada será aquí, pero no te dejaremos sola en esto, no queremos que hagas una locura, por el momento dormirás mientras que Mérida y yo arreglamos todo para que sea una pijamada inolvidable y que puedas sacar de tu cabeza a ese idiota.
Con sus amigas sería más fácil olvidarlo, o eso esperaba.