-El Héroe se decide-

947 104 4
                                    

Disclamer: Todos los personajes, los lugares y parte de la trama pertenecen a Rumiko Takahashi y no a mí. Yo solo escribo para divertirme, sin ningún tipo de ánimo de lucro.

.

.

3.

-El Héroe se Decide-

.

.

Pero por supuesto que pensó en ello.

Ranma no pudo evitar reflexionar sobre todo lo que Nabiki le había dicho durante su reposo los días siguientes al temible ataque; sobre todo porque, allí tumbado mientras sus heridas cerraban y sus huesos soldaban, no tenía mucho más que hacer.

La mediana de los Tendo no volvió a pasar por allí, pero el embrujo de sus palabras no desapareció. Podía ser que... ¿llevara razón? ¿Y si tomando una decisión Ranma se liberaba de todos los problemas que sus prometidas le causaban?

¡Aunque menuda decisión era esa!

El chico acababa hecho un lío cuando se ponía a pensar en ello. ¿Cómo iba a decidirse? ¿Podía fiarse de lo que fuera que Nabiki planeaba?

Al menos, cuando su madre iba a verle, podía dejar de pensar en esas cosas. Resultó que había sido ella quien, tras encontrarlo inconsciente en la entrada de la casa, lo había recogido, curado e instalado en el cuarto. Incluso la increíble mujer había obligado a su padre a cambiar de dormitorio para que él pudiera recuperarse sin problemas a solas.

Ranma se sintió un tanto culpable por no haber pensado antes en ella, pero hacía tan poco tiempo que había recuperado a su madre y empezado a vivir con ella, que aún había momentos en que olvidaba su presencia en esa casa. Se le hacía raro pensar que tenía a otra persona que se preocupaba por él.

¿Otra? ¡¿Qué digo?! Prácticamente es la única.

Pero lo importante era que la tenía a ella.

Nodoka iba a verle todos los días para cambiarle las vendas, comprobar el estado de sus heridas y arreglarle el futón. Otras veces iba simplemente a pasar tiempo con él para que el chico no se aburriera. Era agradable que alguien se molestara en hacerle compañía mientras seguía sin poder levantarse.

Su padre pasó por allí también, aunque solo un par de veces para darle ánimos cuando su mujer miraba, y gruñirle (¡Ranma, sé un hombre y deja de lloriquear!) cuando esta salía del cuarto.

Kasumi se encargaba de llevarle las comidas y de vez en cuando acudía para saber si se encontraba bien o necesitaba algo. Incluso Soun Tendo asomó la cabeza por el marco de la puerta para desearle una pronta recuperación.

Del maestro Happosai no supo nada y por la tranquilidad que se respiraba en la casa, quiso pensar que estaría en uno de sus viajes. Lo cual significaba que la única persona de la familia que no se había molestado, si quiera, en pasar a preguntarle cómo estaba era Akane.

Akane. Su prometida.

Le daba exactamente igual si Ranma estaba bien o si estaba sufriendo lo indecible... No había vuelto a saber nada de ella desde la desastrosa cita en la heladería.

Para ser sinceros, no había vuelto a saber nada de ninguna de sus prometidas desde ese día. Que él supiera, ninguna había llamado o se había pasado por allí para saber de su estado... y en algún momento de su convalecencia, no pudo evitar reflexionar sobre lo curioso que era ese hecho.

¡En fin, se alegraba de tener paz y que le dejaran tranquilo!

Sin embargo, sus heridas habían sido lo bastante serias como para que, al menos alguna de esas chicas, se hubiese preocupado un poco. Pero no. Nada.

A quien más quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora