Cap 2: Flores entre la hiedra

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Como personas podemos transmitir nuestros sentimientos y emociones a otros tan solo con una mirada, dolor, tristeza, alegría, miedo.

Pero algunas veces nos topamos con personas que no son capaces de percibir lo que nuestra mirada expresa, talvez un vago gesto de disimulo que puede pasarse desapercibido.

***

La mirada del jefe me había dejado desconcertada, preguntándome qué era realmente lo que quería, si iba a hacer una estupidez como no sé, talvez chocar el auto a propósito, o alguna también estúpida hazaña de héroe.

No lo sabía pero en una situación como esta no podía simplemente quedarme allí sin hacer nada, así que fruncí el ceño y mire al ladrón que nos apuntaba buscando una forma de quitarle el arma un momento así crearía una distracción bastante grande como para que el jefe realice su acto en esta película.

Una loca idea pasó por mi cabeza, no sabía si funcionaría, podía costarme mucho si fallaba pero sentía que no tenía nada que perder.

-Hay algo en mi chaqueta que me incomoda -dije para llamar su atención- podrías al menos dejar que me la quite.

-Olvidalo no dejaré que te muevas -respondió el idiota- y por favor no hables.

El ladrón de la cabina del jefe notó nuestra conversación y comenzó a indagar.

-¿Qué sucede allá atrás? -pregunta molesto.

El ladrón gira la cabeza un momento hacia la ventanilla abriendo una apertura que aproveché de inmediato.

Patie fuertemente su mano golpendolo con el taco, el arma cayó al suelo cerca de la rubia, el ladrón saltó de inmediato para tratar de agarrarla pero la rubia se tiró sobre ella impidiendo que la tome.

El jefe giró el auto de golpe haciendo que el auto se bolque a un lado pude ver por un instante que comenzó una batalla en la cabina del conductor.

Por otra parte la rubia sostuvo el arma y no la soltaba mientras yo golpeaba al ladrón desde arriba de él, crucé mis piernas sobre su abdomen y apreté mis brazos en su cuello, para intentar soltarse me golpeó contra la pared pero no lo soltaría para nada.

En un movimiento ágil logró soltarse se giró frente a mí y comenzó a ahorcarme fuertemente, trataba de soltarme pero era muy fuerte y comenzaba a quedarme sin aire.

Creí que todo acabaría para nosotros pero para mi sorpresa la rubia saltó sobre su espalda y clavó sus dientes en el hombro derecho del ladrón.

Me soltó y le brindó un codazo en el rostro haciéndola caer, era increíble todo lo que estaba ocurriendo en tan pequeño espacio, pero tratábamos de aprovecharlo para liberarnos de estos ladrones.

Lo empujé con fuerza haciendo que se golpee la cara en la pared, la rubia agarró sus piernas y le propició otro mordisco en ellas, yo traté de sostener sus brazos para evitar que la golpee.

Mientras luchábamos la ventanilla del techo se abrió dejando una abertura que dejaba expuesto su abdomen, supuse que era el jefe quien lo había abierto pues comenzó a brindarle fuertes golpes desde allí, finalmente después de unos golpes se desmayó.

La rubia salió rápidamente del auto por la ventanilla, la ventana se abrió encima de mí, el jefe apareció arriba, se veía cansado pero increíblemente apuesto, extendió su mano y me ayudó a salir por allí.

Luego me ayudó a bajar, acto que tampoco hubiera imaginado que pasaría, no sé porqué lo hace, pero una parte de mí le agradece y otra lo odia por haberme puesto aquí.

MAGNATE   Trabajando para el Sr. GokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora