Centralita -Dulce amanecer- [InkError]

Parte 1

Un nuevo día comenzaba, los cálidos rayos de Sol se colaban a través de las finas cortinas, provocando que un esqueleto de huesos oscuros y gliches se removiera, tratando de ocultarse entre las sábanas.

Unos brazos lo atraparon, protegiéndolo de aquella molesta luz que perturbaba aquel rostro angelical. Ink sonrió al notar la forma en que Error se acurrucaba en su pecho, como un gatito en busca de calor.

-Mmm... ¿Qué hora es...? - preguntó el menor, somnoliento, mientras se sobaba una cuenca con pereza.

- Heh, creo que ya son las 9 de la mañana, pero tranquilo, es fin de semana - murmuró el mayor, besando su frente y atrayéndolo de nuevo en un abrazo sobreprotector. El azabache no se quejó.

Habían pasado un par de semanas desde que ambos habían formalizado por fin aquella relación. El esqueleto mayor se había mudado el día anterior a casa de Error y, tras un arduo trabajo desempacando algunas cosas, habían estado haciéndose arrumacos mientras veían películas hasta altas horas de la madrugada, así que no era de extrañar que el más pequeño aún estuviera cansado.

Por desgracia, aquella tranquilidad no duró mucho, ya que el celular de Ink comenzó a sonar con una melodía estridente y molesta que hizo saltar al pobre Error del susto. El mayor se disculpó, tomando el aparato y saliendo de la cama para contestar en privado, dejando al pequeño glitch algo curioso pues, normalmente, Ink no se iba de su lado solo para contestar una llamada.

- Uhm... ¿Qué estará tramando...? - murmuró, incorporándose con pesadez. Acomodó su pijama y abrió del todo las cortinas, viendo un poco el paisaje. Se sonrojo suavemente al pensar que, desde ahora, siempre despertaría con el mayor a su lado, que siempre cometían juntos, que se bañarían juntos que... Ok, basta, estaba empezando a pensar raro y a sentirse raro, y eso lo ponía nervioso.

- ¿Glitchy? - la voz de su novio lo hizo volver a la realidad, dando un pequeño brinco del susto mientras trataba de disimular como podía su sonrojo - ¿estás bien? - preguntó Ink al notar el extraño comportamiento del menor, acercándose más a él.

- ¡S-sí! Solo... M-me sorprendiste, e-eso... - no sonaba del todo creíble aquello, pero al parecer el de huesos blancos era tan tonto que lo creyó por completo, sonriendo algo apenado.

- Hehe, perdona Ruru, fue sin querer - se disculpó, tomándolo de la cintura para darle un pequeño choque de dientes - Buenos días~ ¿vamos a desayunar? - susurró con dulzura, mirándolo a los ojos. Error no pudo más que sonrojarse aún más ante aquello, asintiendo torpemente mientras desviaba la mirada.

- V-vale... - murmuró apenado, provocando una risa enternecida en el mayor. Sí, definitivamente su alma se sentía rara con aquellos gestos... Pero también se sentía muy cálido.

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Bueeeeeeeno~ pues aquí estamos con la segunda temporada de esta bonita historia(?) aviso que las actualizaciones serán lentas, aunque espero que no tan lentas como las de la historia anterior :")

Sin más que decir, ¡hasta la próxima! Byebee~~