Capítulo sesenta y seis.

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–Me vas a marear con tanta vuelta –reí.

–Pequeña, te extrañé tanto –se detuvo finalmente y me bajó.

–También te extrañé –no lo solté. Necesitaba demasiado ese abrazo.

–Bien, ahora suéltame para que pueda regañarte –su tono de voz cambió.

–No... –alargué la palabra mientras él me apartaba.

Owen se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido.

–Empieza a hablar.

–¡Bambi! –exclamó Loopy con su aguda voz abordándome con un abrazo.

Fui completamente tomada por sorpresa, pero es agradable ser recibida con tanto cariño por estos chicos que a pesar de conocer por tan poco tiempo se han convertido en algo similar a una familia para mí.

–¿Me extrañaron? –cuestioné entre risas dejándome abrazar.

–¡Claro que te extrañamos Bambi! –informó Nafla mientras se acercaba sonriente y dio dos palmaditas en mi cabeza.

–¡Abrazo colectivo! –exclamó Young West al salir también de la sala y ver a Loopy tratando de asfixiarme.

–Ningún abrazo colectivo –Owen detuvo a West y después jaló la tela de la camiseta de Loopy para apartarlo de mi–. Tenemos que hablar seriamente, Danbi.

–Eso es cierto –dijo Loopy cruzándose de brazos pareciendo serio–. ¿Por qué te fuiste?

–Y cuando hablábamos en video llamada mentiste –West también se cruzó de brazos.

De pronto todos me rodeaban mirándome con el ceño fruncido y cruzados de brazos a la espera de una explicación.

–No diré una sola palabra hasta que llegué mi abogado –bromeé.

–No estoy bromeando –insistió Owen con su expresión ruda.

Solté un quejido sumado a un gruñido y rodeé mis ojos.

–¿Bloo les dijo algo? –cuestioné para reconstruir mi versión alrededor de lo que él hubiera dicho.

–Solo dijo que te fuiste hace dos semanas, pero no nos dio una razón.

–Bien, no hay una razón especial, solo creí que ya me había quedado demasiado tiempo aquí así que me fui.

–¿Y a dónde fuiste? –Owen no bajó la guardia como los demás que se habían conformado con la explicación simple–. Si ya no vives en la residencia universitaria.

–¿Cómo lo sabes? –no pude evitar la sorpresa.

–Cuando me enteré de que te habías ido de aquí fui a buscarte en la residencia y me dijeron que hace más de un mes te quitaron la residencia por mal comportamiento.

–Ese guardia chismoso... –gruñí–. Pero no fue por mal comportamiento, bueno no exactamente.

–¿Entonces donde te estás quedando?

Con una amiga, no no, ya no quería mentirle a mi bro.

–Renté un apartamento.

–¿Un apartamento? –todos cuestionaron con asombro.

–Sí, está frente a la universidad.

–¡Esa zona es costosa! –explicó West–. ¿Cómo es que nuestra pequeña Bambi puede pagar un apartamento en esa zona y nosotros vivimos aun con nuestros padres o refugiados aquí con Bloo? –rio a carcajadas tras su propia ocurrencia.

RUDEWhere stories live. Discover now