Capitulo único.

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No quiero estar solo de nuevo.


Su fría mirada se posó una vez más en mi, le ignore y posé mi mirada en el pizarrón de aquel aula, en donde el profesor escribía repetidas veces la misma frase.
"Nunca te rindas".

Sonreí con ironia al haber leído esta frase una y otra vez, tantas veces lo escribía y en ninguna de ellas lo hacía con sinceridad, era como si quisiera lavar nuestras mentes.

Una vez más esa mirada.

"Park JiMin deja de mirarme así." Pensé, y le miré de la misma forma en qué él lo hacía, estaba comenzando a hartarme su misterio, y aún así me seguía intrigando la razón del por qué solamente era así conmigo, si siempre estaba riendo con sus demás amigos, y sólo a mi me miraba de esa forma.

—JiMin, me asusta cuando te quedas viendo a la nada. — escuche un murmullo detrás de mi, entonces ahora me sentí extrañado de dicho comentario, mira mis manos... Y noté que algo no estaba bien...

—¿No le ves? — preguntó en voz baja a su compañero de a lado, quién miro hacia mi dirección, y por primera vez fruncí el ceño, esperando que este le dijera que sí, que solamente era yo.

—Jeongguk ya no está, JiMin. —






El problema era... Que yo estaba muerto y sólo Park JiMin podía verme.


Mi mirada volvió a mis manos, me veía pálido y hasta algo transparente, tanto que podía ver a través de ellas.

—No miento... No estoy loco. — Esta vez la voz de JiMin se escuchó distinta. Estaba triste.

De pronto reaccione. Y me quedé pensando en todo aquello que JiMin debía sentir, debía ser peor que lo que yo sentía, no lo sabía... Él era la única persona que me miraba, y debía ser difícil ver el alma, o el fantasma de quién fue su pareja durante años ahí... En el aula de su salón, en el mismo sitio de siempre, en donde nadie volvió a sentarse por "respeto", aunque en realidad escuché que el aura aquí se sentía tensa.

— Te extraño. — Dije.

Pero aun así, ni viéndome podía escucharme.

Lo peor de todo, es que parecía que aunque yo no quisiera, mi cuerpo, mente y alma, siempre le pertenecieron a ese hombre, por que le ame tanto que hasta el día de mi muerte y después de, no puedo separarme de él, y lamentablemente él tiene que vivir con ello.

— A veces creo que es cierto, que me estoy volviendo loco de tanto extrañarte que te veo en todos lados. — Escuché de él una vez, en su departamento.

Él estaba sentado en el sofá en donde solíamos ver películas juntos hasta la madrugada, yo estaba en el sofá individual.




"Puedes vivir en la tierra de los vivos siempre y cuando no te acerques demasiado a ellos. "

A pesar de no poder hacer nada más que mirarlo, me sentía satisfecho, por que egoístamente, me reusaba a irme, a no volver a verlo. Por que mi amor no tenía límites...

"Eres una especie de parca Jeon. No tienes descanso."

Yo lo sabía.

— Te amo. — escuché que decía, mirándome fijamente...

Entonces, volví a sentir ... Lloré.

Lloré por que yo también le amaba, le amaba tanto que no quería ir a ningún sitio sin él.

—También te amo. — Dije, sabiendo que no me escucharía.


Entonces... Vi como se acercaba lentamente a mi.

Me levanté del sofá en el que estaba y retrocedí, por que no debía estar cerca suyo, no conocía las consecuencias, pero lo peor podría ser la muerte misma para él. Y eso no lo deseaba, él tenía un futuro prometedor, uno mejor que él que pude tener.




Me besó.


Me besó cuando creí que el contacto con él sería nulo, pero aún así sus labios se sintieron, sentí su último aliento sobre mí.

Y no pude evitar que eso ocurriera.

"Un joven estudiante del colegio de Seúl falleció en su departamento por razones desconocidas, los forenses no saben qué decir al respecto."







Mi "regreso" es un asco, pero aún así espero que les haya gustado. Es algo súper random que se me ocurrió y fue desarrollándose conforme iba escribiendo, no idee nada desde el inicio así que puede ser una mala redacción.

Aún así denle mucho amor.

Los amo mucho.

his last breath ; jkWhere stories live. Discover now