Capítulo 5

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Macarena estaba en estado de shock. Esto solo podría ser un sueño, directamente de una comedia romántica inusual. ¿En qué mundo una persona, hermosa y extraña le pediría a un extraño vivir en su casa asi como asi? ¿Después de todo lo que había sucedido entre ellas al amanecer? ¿Y por qué estaba entusiasmada con la idea? Era una solución a sus problemas, de hecho. No tenía dónde vivir, y vivir con alguien sería bueno contra la soledad de los últimos meses.

- No quiero que malinterpretes eso, pero creo que sería bueno. Podrías estar a salvo aquí.

- Bárbara ... Apenas me conoces.

- Podemos conocernos mas. Te lo estoy pidiendo yo, no al revés. Si quieres, la habitación es toda tuya.

- La gente normal no hace eso. Soy un saco lleno de problemas ... Pueden lastimarte.

Bárbara sonrió. Esa mujer la estaba volviendo loca, completamente, pensó Macarena. ¿Cómo era posible que se sintiera completamente enamorada de alguien a quien solo había visto dos veces en su vida? Pero, de hecho, era lo suficientemente inteligente como para saber que podía enamorarse con solo una mirada. Aunque Bárbara no era tan encantadora, Macarena ya estaba perdida. Y entonces quería correr.

Enamorarse nunca funcionó.

- Creo que como soy tu amiga, puedo decir que soy capaz de defenderme.

- ¿Entonces somos amigos ahora?

Dios, esa mujer era increíblemente adorable. Bárbara estaba segura de que estaba enamorada allí mismo, de la linda manera en que hacía la pregunta, en el tono de voz y especialmente en esos ojos. La pasión era un sentimiento dulce. Pero peligroso.

- ¿No lo somos?

Como una adolescente enamorada, Bárbara frotó una mano sobre la cara de Macarena, acariciándola suavemente.

- Creo que sí ... Pero ...

- Querías que te encontrara, ¿recuerdas? Dejaste la nota en mi libro. - Macarena sonrió, avergonzada. Ella trató de apartar la mirada de Bárbara pero quedó hipnotizada. - ¿por qué?

- ¿A que te refieres?

- ¿Porque querías que te encontrara?

- No se...

La intensidad de esa mirada cambió, pero cambió tanto que Macarena sintió que el vello de todo su cuerpo se erizaba. Bárbara acercó la cara de Macarena a la de ella y sonrió.

- ¿No sabes?

- Bueno, tal vez solo quería verte de nuevo.

- Y aquí estoy.

- Pero es peligroso, no sabes la mitad de las cosas en las que estoy involucrada.

- Puedes contarme mientras hacemos la cena.

Para no darle tiempo a Macarena para negarse, la morena bajó del lavabo y llevó a la mujer de la mano a la cocina. A Macarena no le gustaba la sensación de paz que tenía cuando conoció a Bárbara en la cocina, pero al mismo tiempo le encantó. Era demasiado peligroso.

Bárbara era tan hermosa, e incluso más bella sonriendo alrededor de la cocina, diciendo que haría fideos con salsa para no equivocarse y que a Macarena no le gustara.

- Haré la salsa.

- Está bien.

Bárbara revolvió la pasta en la sartén y observó a Macarena pararse junto a ella en la estufa; Como en su propia casa, la mujer fue a buscar cosas para la salsa. Decidió hacerla roja. Bárbara se apoyó contra el mostrador de la cocina para mirar.

El mar de tu mirada | Barbarena I Terminada I EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora