Capítulo 3.-Espíritu dionisiaco.

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Era un día antes del gran evento, por lo que se notaba la emoción de la situación en el ambiente. Kirito meditaba en la parte trasera de la facultad aquella que quedaba detrás de "el fumadero".

Tenía los ojos cerrados, apoyaba la cabeza en la pared y respiraba cierto humo que provenía a unos metros de él. Eso le parecía muy molesto.

De la nada, Sinon apareció, salía de la biblioteca y tenía un libro de empirismo en sus manos. Al ver a Kirito, sonrió para ella misma.

No habían platicado mucho en los días desde que Yuuki convenció a Kirito de que fuera con Sinon a la dionisiaca. Cual fuera el caso...el muchacho no era precisamente el mejor conversador.

Sentándose ella a un lado del muchacho, él la miró con cara de "¿Qué carajo?". No se esperaba eso en lo más mínimo.

-Buenos días. –Saludó Sinon.

-Hola... -Suspiró Kirito, recargando su cabeza en la pared, de nuevo.

-Mañana es la dionisiaca, ¿de verdad tenemos que llevar máscara? ¿No es opcional eso?

-No sé. Eugeo me insistió y me llevará una.

-No hablas mucho, ¿verdad?

-No...

Sinon tomó su mochila y se encaminó a la entrada de la Facultad. Se iba con una ligera molestia y desencanto, ¿En verdad Kirito era así todo el tiempo?

Esos pensamientos acerca de las caricias, de los leves roces que podría haber...se fueron directamente por el caño. Una vez más, Sinon sentía que se había traicionado a sí misma al no escuchar a su voz de la experiencia.

-Maldito autista. Siempre lo tiene que arruinar. –Masculló ella, enojada. –Si le importara, me hubiera dicho algo para que no me fuera.

El profesor iba llegando faltando unos minutos para que diera la hora de iniciar a clase, por lo que saludó a Sinon, quien fingió no estar enojada.

Eugeo y otros compañeros platicaban de puras tonterías al no tener ningún debate filosófico que se pudiera realizar. Y aunque se tuviera, seguramente no se discutiría ya que esos temas era mejor dejarlos para un rato donde se quisiera entrar en tela de discusión.

Entrando así Sinon al salón...daba la impresión de que sangre se derramaría.

-Tengo que hablar contigo, ya. –Sentenció ella, tomando del brazo al muchacho.

-Señorita Sinon, ¿Qué sucede? –Cuestionó Eugeo, confundido, al tiempo en que era sacado del aula.

Ambos se fueron a la parte final del pasillo, pasando por el salón de maestría, de quinto semestre y de la cafetería, estando en los cubículos de profesores.

-¿Qué le pasa a tu estúpido amigo? ¿Por qué me trata tan mal? Me dijiste que tendrías el asunto del sábado resulto antes de ese día. Hoy es viernes, Eugeo, viernes. Me da la impresión de que no me quiere acompañar, y no le rogaré para que lo haga.

Eugeo se quedó en blanco por unos segundos, tratando de procesar la información que acababa de recibir. Pestañeó varias veces, hasta que, por fin, obtuvo una respuesta.

-Le gusta ser directo y no andarse con rodeos. A él le molesta que los filósofos tarden una eternidad en explicar una cosa que se podría decir en pocas palabras. Y...¿quieres que le pregunte sí en verdad es su voluntad ir contigo?

-Directo, tch. Es apático, la comunicación es esencial para la convivencia humana, ¿y que hace Kirito? Eso es un poco estúpido de su parte.

-Es lo más seguro...¿pero que le podemos hacer? Siempre ha sido así desde que empezamos a rentar juntos.

Tratos de amor filosófico (KiritoxSinon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora