The Last Sword

Me encontraba en medio de un bosque en busca de la espada de la vida, la historia cuenta quien posea la espada recibirá un gran deseo, la condición para obtenerla era tener un corazón puro, así que ella se aventuró dentro del bosque.
No se consideraba una santa solo que necesitaba realmente ese deseo, mi madre estaba en su helecho de muerte, por más que habían traído a curanderos y hechiceros no pudieron hacer nada al respecto la Reina de Serendi estaba apunto de morir, la princesa escuchó a uno de los hechiceros decir algo al respecto, fue donde decidí buscar información y salir a buscar, ahora me encuentro a medio del bosque , tengo miedo de no encontrarla y que mi madre muera, mi madre es lo único que me queda, no quiero quedarme sola en este mundo cruel y despiadado, más ahora que nos encontramos en medio de una guerra, no debería haber salido sin protección del castillo, dentro del bosque hay cualquier tipo de animal y persona que te imagines, llevaba horas cambiando y ya se estaba anocheciendo , no perdía la esperanza de encontrarla, era media noche, moría de frío y miedo, a lo lejos se escuchaban aullidos de lobos, justo cuando se iba a dar por vencida miré una cueva, me adentré y en el fondo podía ver algo que brillaba, me acerqué y pudo ver que era la luz de la luna que se adentraba por un hueco que tenía la cueva, enserio fue algo desalentador, estaba por irme cuando alguien me tomó de la muñeca, fue tan grande el susto que me desmayé, cuando por fin abrí los ojos pude ver a un hombre hermoso, ojos profundos, piel dorada, un cabello azul exótico, era alguien irreal, estaba tan metida en mis pensamientos que no prestaba atención que me estaba hablando fue cuando presté atención y pude escuchar una voz tan grave que me hacía tener sentimientos extraños, me preguntó que si estaba bien, le respondí que si, fue cuando el me dijo:
—Estás en busca de la espada no es así?— dijo con voz neutra
—No... yo solo me perdí— no podía estarme pasando, de de seguro va a matarme.
—No es así, se que me has estado buscando, soy Dante la espada de la vida.—
La princesa quedó estupefacta no podía creer que ese hombre tan hermoso fuera la espada que tanto busco, no era nada parecido a una espada.
—¿Cómo es posible?—
—En este mundo todo es posible y tú me llamaste.—
—No pude ser verdad, de ser así ¿Cómo es que estás aquí?—
—Deseabas tanto encontrar la espada, y es por eso que estoy aquí.—
—Jamás pensé que te encontraría así, pensé en todos escenarios posibles, menos este donde la espada no es una espada... pero mejor hablemos del porque te estaba buscando, mi madre esté muriendo y ni los mejores hechiceros han podido hacer nada, te lo suplico ayúdame—le dije entre sollozos-
—Pequeña no llores más, te acompañare a donde está tu madre, mi destino es ayudar a quien me necesite—
Lo lleve hacia mi madre,me explicó que podía llevar días su sanidad, aún así no perdía las esperanzas.
En el transcurso de los días el estado de salud de mi madre iba mejorando, y eso me ponía muy feliz, también me hacía muy feliz la compañía de Dante pasábamos la mayor parte del tiempo juntos, le contaba sobre mis sueños y metas también que esperaba ser cuando me tocara tomar la corona. Pero todo con respecto a él era misterio y eso hacía que quisiera saber más de él.
Me estaba enamorando perdidamente, ya no había vuelta atrás, no sabía si Dante le pasaba lo mismo pero estaba dispuesta a correr el riesgo.
Una mañana me invito hacer un paseo por el jardín, particularmente esa mañana había amanecido nublado con un toque melancólico, no sabía lo que estaba por venir.

Llevo años esperando la oportunidad de irme de este mundo, y cuando por fin se presentó la oportunidad solo quisiera que el tiempo regresara y que no me hubiera necesitado la pequeña Joy, jamás había llegado a tener los sentimientos que ahora tengo por ella. No puedo permitirme verla sufrir así que decidí contarle la verdad, esta mañana ella se ve hermosa con sus ojos tan oscuros como la noche y esa bella sonrisa tan tranquilizadora.
—¿Qué te tiene tan serio?— dije sonriendo, quería tomarlo de la mano pero de daba vergüenza.
—Nada solo estaba admirando tu belleza— era bello ver como se sonrojaba, decidí tomarla de la mano, fue tan gratificante ver su sorpresa y a la vez su felicidad.
—¿Cómo puedes decir eso con tanta naturalidad?—era lo que necesitaba escuchar, me confesaré.
—Joy quiero decirte algo importante—era ahora o nunca, nos sentamos en una banca.
—Yo también quiero decirte algo, pero dime tu primero.—
—Es algo complicado de decir, prométeme que no me odiaras después de esto.—
—Me estás asuntando Dante, ¿Qué es lo qué pasa?
—Primero prométemelo Joy—
—Esta bien, prometo no odiarte ahora dime que esta pasando—
—Sabes que no soy alguien normal, vengo de un universo muy lejos de esta tierra llamado Larity, yo llegue a este mundo hace muchos años con el fin de ayudar a 2 personas.
—¿Soy la primera?— pregunte angustiada
—No Joy, hace muchos años ayude una mujer que dio a luz una bebé muerta, me buscó por días tanto fue su deseo que me le presenté, esa mujer era tu bisabuela Zeidy, regresé a la vida a la que fue tu abuela—
—¿Cómo puede ser eso posible?—
—Las coincidencias existen y tú también fuiste una hermosa casualidad—
—No se porque piensas que eso me molestaría—
—No he terminado aún, así que presta atención, tu fuiste la segunda persona a la que ayude y es tiempo de regresar allá, conforme fui ayudando a tu madre yo fui perdiendo mi esencia, este cuerpo humano está comenzando a deteriorarse, estoy a punto de dejar este mundo.
—¡No, no, no!, No puede ser así de injusto, yo te amo Dante dime ¿ahora que voy hacer sin ti?—le dije entre sollozos, me estaba muriendo por dentro.
—Se que no debería decir lo que voy a decir pero no puedo irme sin decirte esto, tu mano con la mía hace que se llene mi alma, por favor solo tienes que ser fuerte, porque no quiero perderte ahora, se que justo ahora estoy viendo a lo que se le dice mi otra mitad, desde que llegaste a mi vida el vacío que estaba instalado en mi corazón fue ocupado por la mujer más fuerte y hermosa que he conocido en toda mi vida, veo la pureza en tus ojos y amo eso de ti. Quisiera decir que será fácil regresar a ti, pero se que no es así, solo sigue tu vida como hasta ahora,prométeme que no llorarás después de mi partida.—
—¿Por qué justo ahora?, justo cuando todo marchaba bien.—
—Lamento que tengas que pasar por esto— me acerque lentamente y la besé, era un beso lleno de promesas, pero a la vez uno de despedida, sentía cómo le iba fallando el corazón conforme pasaban los segundos. Se separaron y justo cuando la miró a los ojos perdió su último suspiro de vida.
—¡No,no,no! Esto no puede estar pasando, despierta no me dejes—
Cayó en el hombro de Joy, con el paso de los minutos comenzó a desvanecerse el cuerpo, hasta que no quedó rastro de él.