Capítulo Único

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Sanemi se cuestiona si esto había sucedido antes, si durante todos los años que evitó descaradamente estar cerca de su hermanito, Genya había comido demasiada carne de demonio, cruzando mas allá del límite moralmente permitido, adentrándose peligrosamente en territorio de demonios y dejando por un momento, parte de su humanidad atrás.

Suponía que de haber sucedido, seguramente Himejima se habría encargado de ayudar a Genya, pero dada la situación actual, Sanemi no estaba seguro de cómo sentirse al respecto.

Se vio obligado a amordazar y amarrar a su propio hermano menor, para evitar que pudiera lastimar a alguien.

La cadena unida al collar de Genya le proporcionaban unos escasos pasos de libertad. Sanemi podía ver con claridad los ojos negros, rojos e intensos que se clavaban en él sin pestañear. Genya gruñia a través del bosal en su boca y ligeros hilos de saliva se escapaban desde las comisuras de sus labios.

Sanemi miraba todo esto desde medio metro fuera del rango que la escasa movilidad de Genya permitía. Extendió su mano lentamente, igual que como lo haría para acariciar un perro y rozó con suavidad la mejilla del menor. Luego de un pequeño sobresalto, un poco de humanidad pareció brotar desde lo profundo de los ojos de Genya.

Luego de unos segundos más, Sanemi apartó la mano mientras Genya la seguía con decepción con la mirada, soltando quejidos lastimeros de lo profundo de su garganta. Sanemi, un poco dudoso, le ofrece la palma nuevamente y Genya reacciona feliz, acariciando su rostro contra el amable tacto que le brindaba el mayor.

-¿Eres un maldito demonio o un perro? - dijo molesto luego de chasquear la lengua.

Intentó apartar definitivamente su mano de Genya, pero este se movió más rápido, extendió sus manos con garras para sujetar a Sanemi y tiró de él, haciéndolo caer justo en su abrazo.

Sanemi lleva tanto tiempo apartando sin piedad a su hermano, que ahora estar entre sus brazos, mientras este le gruñe al oído, se siente extraño e intrigante. Intenta convencerse a sí mismo que no es un error, que esta cercanía no está mal.

-¡Maldición! ¡Podrías intentar comunicarte conmigo! - exclama con una voz áspera que tiembla ligeramente mientras un escalofrío le recorre veloz la espalda.

Genya está acariciando su cuello con el hocico, olfateando, probablemente con la intención de morder o... de algo más, Sanemi no está seguro. Solo sabe que el roce del aliento caliente contra su piel desnuda lo está poniendo nervioso, pero no de una manera desagradable. Siempre supo que era un pésimo hermano mayor, pero no sé creía capaz de llegar hasta ese punto... Se estaba excitando con su hermano intoxicado por comer demonios, probablemente el chico ni siquiera era consciente de lo que estaba haciendo y aún así, Sanemi se estaba poniendo realmente duro.

Genya presiona su bosal contra la boca de Sanemi y suelta un gruñido quejumbroso, parecía querer contacto directo con los labios del mayor. Sanemi estaba perdido, Genya lo miraba dócilmente, igual que un cachorro ansioso de atención y mimos, finalmente cede y devuelve el gesto, besando al menor a través del bosal. Su cuerpo estaba caliente y frío a la vez, sentía vergüenza y deseo, finalmente se admitió a sí mismo que quería esto.

Debido a su situación actual, Genya no parece estar enfrentando ninguno de estos dilemas morales. Con suavidad deslizaba sus manos con garras hacia arriba desde la cintura de Sanemi donde estaba abrazado con anterioridad, adentrándose por la abertura de su chaqueta.

Intensos escalofríos recorren el cuerpo de Sanemi cuando siente que esas peligrosas manos se deslizan con cuidado por su piel, su camisa cae por su hombros mientras los dedos de Genya trabajan debajo de ella. Sanemi nunca había estado tan indeciso en su vida, deseos que llevaba reprimidos por años estaban finalmente saliendo a la luz y chocaban directamente con su estricto sentido común. Apretó los dientes ante la sensación de cayosidad de su hermano, rogando desesperadamente que las manos le coman la piel.

Demoníaco [GenSane] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora