Prólogo

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La música sonaba fuerte por cada parte del lugar, la gente bailaba, cantaba, bebía, se divertía, a excepción del chico de cabellera rubia sentado solo en una de las tantas mesas del lugar, con un vasi de Ginger Soda en las manos, un semblante aburrido y ojos con sueño.
Ya muchas veces les había dicho a sus amigos que a él no le gustaba estar en ese tipo de lugares, el prefería mil veces estar en su cuarto viendo vídeos en el móvil o sentarse en un parque y comer helado a esto, todo se le hacía realmente absurdo, la gente que asistía a ese lugar para olvidar sus preocupaciones, y en algunas ocasiones hasta su vida, el chico no lo entendía, ¿Que tenía de divertido y satisfactorio el beber como locos y convivir con gente a la cual no conocen.

-Ahí estaaaas Jimin.- Llamó su amigo sacándolo de sus pensamientos.
Su cabello castaño se encontraba empapado de sudor, apestaba a alcohol y su ropa estaba desordenada.
-¿Qué haces?, Ven vamos con los chicos a la pista.- El castaño se sentó al lado del rubio y sin pedir permiso tomó la bebida que había en la mesa.

-Tae, sabes que no me gusta esto.- Jimin colocó una de sus manos en su mejilla y se recargo en la mesa viendo la velocidad con la que su amigo tomaba de la bebida.
-Y creo que nos van a descubrir.

-¿Pero que dices? Tú amas bailaaar, y tú tranquiiilo, las identificaciones parecen muuuuuy reales.- El castaño limpio sus labios con la manga de su playera y eructo haciendo que Jimin se alejara de él con asco.

-S-Si me gusta pero no así, y siento que nos van a descubrir.- Tomó una servilleta del centro de la mesa y se la extendió a su amigo quien secó su sudor con ella.
-Creo que me iré.- Avisó el rubio tomando su chaqueta y levantándose de la mesa.

-Chiiimiiin, no, ven aquiiiiií.- Taehyung logró levantarse de la mesa con algo de dificultad y abrazo a su amigo por los hombros.
-N-No seas aguafiestas, diviértete, te va a gustaaar.

-Lo siento Tae, no entiendo esto, y sabes que soy un poco paranoico, además, no hay nada que me guste aquí que me haga quedarme.- El rubio se soltó de su agarre y después de despedirse caminó hacia la salida escuchando quejidos del castaño que poco a poco la música fue borrando.

El camino a la salida se le hizo algo largo, por algo era el antro más transitado de Seoul, las chicas se le acercaban y le coqueteaban pidiendo compañía, él chico solo se limitaba a quitárselas de enzima y negar amablemente.
Cualquiera mentiría si diría que Jimin no era apuesto, el chico a su corta edad ya tenía lo suyo, que iba desde la cabeza a los pies, tenía todo lo que una chica desearía para un novio, pero Park Jimin, para muchos él chico más guapo de Busan -quien desde hace unos años había ido a vivir a Seoul- no se sentía atraído por el sexo femenino.

Le faltaba poco para llegar a la salida pero algo lo detuvo, dio una rápida mirada al lugar y luego negó, había mucha gente, cualquiera pudo haberlo visto, siguió caminando pero se seguía sintiendo observado, miró mesa por mesa hasta dar con alguien, quien lo miraba atento.

Esos ojos gatunos y oscuros lo miraban con deseo y curiosidad desde una mesa un poco alejada de la pista de baile, tenía un martini en la mano el cual se llevó a la boca sin apartar la vista, su piel era pálida, sus labios pequeños de un tono carmín, su cabello oscuro, lucía un pulcro traje color negro y una impecable camisa blanca, en su muñeca izquierda brillaba un caro reloj, estaba acompañado de otros hombres, Jimin no pudo prestar tanta atención a ellos ya que no deseaba apartar la vista de aquel hombre quien lo miraba de pies a cabeza.

Jimin no pudo evitar sentirse pequeño, en especial cuando el hombre le sonrió con coqueteo, el rubio sin saber cómo había obtenido el valor simplemente se limitó a sonreír y hacer un gesto de que se iba del lugar, y caminó hacia la salida.

Muchos chicos ya le habían coqueteado en muchos lugares, pero el nunca correspondía, y nunca se espero que después de aquella sonrisa el hombre de piel pálida lo siguiera hasta la salida.

-¿Es en serio?, Me coqueteas, ¿Y te vas?- El rubio detuvo su paso al escuchar aquella gruesa y suave voz a sus espaldas, giró para verlo mejor.

Sin duda aquel hombre era guapo, se había quitado el saco y posiblemente lo había dejado en su mesa, la camisa blanca le quedaba perfecta y sus pantalones negros resaltaban sus bellas piernas.

-Creí que tú eras el que me coqueteaba.- Jimin se acercó hasta quedar a un solo paso del hombre quien lo miraba atento.

-¿Entramos?, Te invito un trago.- Preguntó el mayor ansioso por una respuesta.

-¿Un trago?- El rubio bajo la vista de los ojos a la boca del hombre quien al notarlo sonrió satisfecho.

-Los que quieras.- El pelinegro acarició la mejilla del menor hasta poder tocar los gruesos y sexys labios que poseía el joven.

Jimin realmente no quería volver al antro, pero por fin había algo, o más bien alguien que lo hacía quedarse ahí, no supo de dónde saco tanta valentía, quien lo conociera sabía que él era un chico un tanto reservado y en ocasiones hasta "especial" en cuanto a las citas, aunque el rubio no categoraría algo así como una cita, tampoco supo el momento en el que después de beber unos cuantos tragos en una mesa alejada de todos terminó devorando los labios del hombre quien le correspondía gustoso, las cosas solo se dieron, sin planearlo ni pensarlo, ambos chicos besándose y tocándose dentro del hermoso Bugatti negro del mayor, cosa de solo una noche, un momento lleno de adrenalina y pasión, Jimin entendió por qué a las personas les gustaba asistir a ese tipo de lugares; nunca sabías lo que iba a pasar, ni que terminarían haciendo, ni como terminaría.

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¿Saben cuál es mi problema?, Pasa; que digo "Oh, sería genial hacer un Oneshot... Si, voy a hacer muchos Oneshot's 👀"
Y al final esos Oneshot's se vuelven historias so 😀
Bienvenidos a una nueva historia de Lina unu💖
Edité un poquito esto ya que queria hacerlo mas no c, ay no c jaja

;ツ

Be My Daddy [yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora