versículo 01

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El relato del evangelista

Te contare la historia de antes de que el pueblo de Terra Verde cayera en desgracia. Del momento en que la muerte decidió caminar en estas tierras y fue cautivada por una mujer. Muy bien...Presta atención.

Comenzó un dia como cualquier otro en la casa del alcalde que era un hombre sórdido,
cruel;depravado. De sus tres hijas era la de en medio la más bonita,se llama Evangeline. Tenía sólo catorce años la primera vez que su padre intento abusar de ella. Él lo había hecho antes con sus hermanas, pero a esa la quería un poco más "madura". Lo que el alcalde nunca esperó fue que ella se defendiera como una fiera y lograra huir. La muchacha corrió al desierto internándose en el,sin medir las consecuencias.Aunque la verdad es que ella prefería morir ahí a ser llevada al lecho de su padre.

Salio sin agua y en esa tierra de parajes pedregosos y erosionados, donde el sol golpea sin misericordia y el viento implacable se vuelve un aliento calcinante,Evangeline terminó por derrumbarse sobre la arena, sólo unas horas después de su huída. Su lengua estaba hinchada,sus movimientos se habían hecho imposible;su temperatura corporal era muy alta y su sistema nervioso central no podía controlar su ritmo cardíaco,ni su respiración.Estaba al borde del coma cuando desde su mundo él, la vio.

La muerte toma muchas formas y ese día,como hizo en tiempos de la milicia,se transformo en Bills. Le gustaba ese aspecto y con el bajo a buscar aquella alma. No era su momento,pero sus acciones la llevaron al umbral de su mundo así que extendió la guadaña sobre la muchacha que lo veía con calma. No había miedo en sus ojos,ni rebeldía o resignación;solo esa calma desconcertante.

-¿Sabes quien soy yo?-le pregunto Bills.

-Sí...eres la muerte-le respondió.

-¿No estas asustada?

-No,no lo estoy...

Iba a cortar su vida,pero el padre de la muchacha y otros hombres aparecieron. Le dieron agua y la salvaron ,mas Bills se le quedó viendo hasta que la caravana de rescate desapareció de su vista. A él todo el mundo le temía como si fuera algo terrible "inhumano" y la muerte es humana.

Resignación,esa era la mejor de las caras que podía encontrarse y ocasionalmente la aceptación fría que venia después de la primera,pero esa muchacha lo miró como a cualquier cosa o ser. Con una naturalidad casi aterradora. Su nombre era Evangeline,él conocía a todo el mundo,era una niña aun y tal vez ese era el motivo de su falta de temor. La siguió.

Bills podía ser visto por todos,por un grupo o por solo una persona. Todo dependía de él. Para ver a Evangeline se hizo totalmente invisible. La veía en su casa escapar de los maltratos de su padre,casi siempre era protegida por su hermana mayor Hellen. La veía en la escuela. No tenía muchos amigos o amigas. Ella siempre estaba sola viendo el cielo o mirando a su alrededor. Había una clase que se impartía los días lunes en la tarde por Daishinkan,el ministro de fé. Su discurso no fue del agrado de Bills, pero lo escuchaba divertido sentado sobre el escritorio. En una de esas oportunidades Daishinkan les pidió escribir algo respecto a la muerte y todos compusieron relatos de miedo,rechazo y aversión,Pero Evangeline escribio un pequeño poema;

"La muerte salio a caminar un día y descubrió así que todos le temían.
A ella que es lo que define la vida; el carpe diem que nadie entendía...

Es la muerte una dama incomprendida que busca quien la ame en vida y no lo acepte,ni se resigne a con ella una cita..."

Bills se sonrió y se paró al lado de Evangeline para asomarse a ver el trozo de papel que esta leía,el mismo que Daishinkan le arrebato e hizo pedazos. La tomó del brazo y la saco del salón para llevarla con el rector. Fue suspendida por unos días y obligada a asistir a las charlas del hijo del ministro. De mala gana y empujada por su padre la muchacha llegó a casa del ministro y se reunió con las otras chicas.

El hijo de Daishinkan era un muchacho alto y bien parecido,pero que Evangeline ni siquiera miró. Ella estaba molesta por tener que ir ahí a escuchar como por ser pecadora se moriría e iría al infierno,por eso su sorpresa al no oir nada de eso. Bills miraba a ese sujeto alto llamado Whiss y se sonreía con algo de desdén. Uno que desapareció al ver como la muchacha lo escuchaba,porque ella no lo veía,lo oía examinando sus palabras una por una.

Así pasó un par de años y durante ese tiempo algunas veces Bills bajaba a ver a la muchacha,le gustaba oírla discutir con los demás respecto a la muerte,pero también respecto a la moral;en especial con su padre y es que ese ser era realmente repugnante y en uno de sus últimos intentos por tomar a Evangeline,esta escapó con ayuda de su hermana mayor.Siempre corría al desierto,en esa oportunidad lo hizo a caballo. Cabalgó por horas hasta que el animal resbalo por un desfiladero. Ella logró saltar a tiempo para ver al animal caer unos quince metros por la pendiente. Descendió para ver al caballo. Estaba agónico.

Estaba asustada y perdida,triste también por la suerte del animal y se quedó allí unas horas sin saber que hacer.

-Puedo darle el tiro de gracia a su caballo-le dijo una voz grave a sus espaldas.

Evangeline se puso de pie casi de un salto. Estaba dormitando cuando ese sujeto le habló. Delante de ella había un individuo antropomorfo con un abrigo negro, largo y pesado. Traía una corona de flores frescas y perfumadas sobre el hombro y con una pistola le apuntaba al caballo.

-Su agonía es dolorosa-le dijo el sujeto-puedo terminar con ella ahora.

-¡No!-le gritó Evangeline y le sujeto el antebrazo-No es su momento...

-¿Y cómo sabes que no es su momento,niña?

-Es que él lo sabe-le dijo Evangeline mirando al caballo-Dejelo...por favor...

Bills la miró y luego miró al animal. Tenía razón Evangeline,no era su momento.

-Es peligroso que una muchacha como tú este en esta lugar sola... Me quedare aqui un rato. No te importa ¿Verdad?

Evangeline lo miró. Los ojos de ese sujeto le dieron una sensación muy extraña,pero muy lejana al miedo. Se encogió de hombros y él se sentó en una roca,a unos metros. Por la mañana el caballo se levantó en tres de sus cuatro patas y camino hacia el arroyo.

-Tania razón-le dijo Bills-¿Cómo lo supo exactamente?

Evangeline se encogió de hombros.

-Se siente-le dijo la muchacha-Todos lo podemos sentir,pero pasa que nos asusta hacerlo.La muerte nos advierte de formas sutiles,que nuestro fin esta próximo y debemos prepararnos,pero por estar tan atentos a otras cosas,ignoramos esas señales.

Bills se sonrió.

-Voy al pueblo de Piedra Rota ¿Vamos en la misma dirección?-le pregunto.

Evangeline no estaba muy segura de a donde ir realmente. Guardo silencio un momento.

-Dicen que los viajes en compañías son mejor. Mi nombre es Bills-le dijo extendiendole la mano.

-Evangeline...

-Entonces,Evangeline...¿Me acompaña un rato por el camino?

Ella titubeo un momento y luego le dijo que si.

El evangelio de la destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora