Candelaria era una muchachita muy tímida y conservadora, tanto así, que los habitantes del pueblo no podían salir de asombro al saber que iba a unirse en matrimonio con el mismísimo diablo, Juan Pérez. El pueblo sabía que Candy y Juanito tenían sus asuntos. Como tales chismosos estuvieron a tras de ellos hasta sacarles la sopa, ninguno de los dos dijo algo, así que el pueblo saco sus suposiciones. Había algunos que decían que Juanito había embarazado a la Candelaria, otros decían que Candy había domado el corazón de Juanito, incluso otros disparatados que decían que eran por negocios entre esas familias. Todos quedaron con esa duda.
Finalmente llego la esperada boda. Las señoras y sus hijas estaban preparadas para observar el ajuar que utilizaría Candelaria. ¿Utilizaría el de su mama? ¿Habrá ido a la cuidad a comprar otro? Por el otro lado los hombres estaban esperando cautelosos para ver con sus propios ojos si Juan Pérez se iba a casar de verdad.
Toda la iglesia estaba bien decorada, con rosas blancas y diversos tipos de flores en diversos colores. Las mujeres estaban asombradas. Juan entro a la iglesia y se veía como nunca jamás se vio: limpio y arreglado. Su cara estaba seria pero con buena pinta.
La iglesia se fue llenando a tal punto en que los curiosos estaban en la entrada, a la espera de Candelaria. Los minutos comenzaron a pasar convirtiéndose a una hora y después a dos. La cara de Juanito estaba bañada en una sutil capa de sudor. La familia de Candelaria no sabía dónde podría estar, ya habían mandado a buscarla.
La gente envidiosa de este joven amor comenzó a divulgar que todo era una farsa, que esto no era ni de cerca cierto.
Un joven chalan del papa de Candelaria llego corriendo, aviso a los cuatro vientos donde estaba Candelaria. Juan salió disparado a la búsqueda de su futura esposa. A los pocos minutos llego Juanito con una muchachita que apenas supieron reconocer. Todos sabían que era Candy solo que aquel espeso velo cumplía su trabajo perfectamente. Juanito la ayudo a bajarse del semental.
Aquellas mujeres envidiosas que pensaron que sería la vergüenza de la familia fueron retirándose lentamente de aquel lugar sagrado. Traía el ajuar de su mama, la pobre señora estaba que se deshacía en lágrimas y ni se diga del papa. Al momento en que Juanito podía besarla levanto el velo descubriendo algo impresionante. La Candelaria que todos conocían era alguien diferente. Una gran sonrisa y unas mejillas rosas enmarcaban su carita. Toda una belleza natural.
Se dieron el beso y todos estallaron en aplausos. La joven pareja salió como marido y mujer. Callando a los envidiosos y probando a los desconfiados que el amor puede darse en todas partes y de maneras inesperadas.
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¿Donde esta la novia?
Non-FictionUn pequeño cuento que un día hice para una dinámica de clase y que no pude leer.