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Arrastra su maleta por el sendero de piedras que adorna la hermosa casa de madera, a su alrededor un bellísimo jardín con todo tipo de planta que ésta desconoce.
Una vez llega a la puerta, saca el espejo de su bolso y asegura que su apariencia aún este conservada. Respira profundamente, y se toma su tiempo frente a la puerta antes de tocarla. No era novata en hacer intercambios por sus planes estudiantiles. Pero, se preocupaba mucho por tener una buena primera impresión.
—Calle 6, casa número 22, familia Minatozaki.—lee la hoja de papel asegurando que esté en el lugar correcto.
Cuando iba a presionar el timbre, un suave crujido entre las plantas se escucha detrás de ella, voltea su cabeza, y su mirada se topa con una misteriosa chica. Es algo extraña, su cabello rosa y rizado, delgada, vestía todo lo opuesto a lo que es ella; falda y una chaqueta color negra. La chica la observa, pero le hizo caso omiso, y comienza a escalar por las pequeñas escaleras que se encuentran en el lado izquierdo de la casa. Jihyo observa como la chica trepa sin temor alguno de caerse, y entra por una de las ventanas que se encuentra abierta.
—¿Por qué no lleva pantalones cortos?—se pregunta Jihyo mientras seguía observando a la ventana.—¿Y si es una ladrona?—se pregunta asustada, y presiona el timbre varias veces.
La puerta abre repentinamente, está un poco nerviosa al sentir la mirada seria de la señora que está frente a ella, luego la señora cambia su expresión y le sonríe a la joven.
—¡Buenas tardes! ¿Debes ser Park Jihyo?—le pregunta la señora.
—¡Sí!—afirma ella.—¡Es un gusto!—Jihyo hace una reverencia.
—Pasa por favor, déjame ayudarte con el equipaje.—pidió ella cortésmente y agarra una de las maletas de Jihyo—¡Sana!—comienza a llamar a alguien.
Jihyo contempla la sencilla casa, tiene un toque moderno y agradable. Por lo que recién veía, tiene todas las facilidades, luz, agua, una tv, es la casa en la que habita cualquier familia de clase media. Un hogar perfecto, para vivir allí durante el semestre.
Observa una foto al fondo del pasillo, una foto familiar, parecía la típica familia perfecta, un señor, y la dama que se encuentra frente a ella, junto a dos chicas, en el paisaje de la fotografía se puede apreciar un fondo de playa.
—Fue de mala educación no presentarme.—se disculpa la señora.—¡Soy la señora Yui Minatozaki!—dice en un tono amistoso—, este semestre convivirás, si deseas, junto a mí y mi pequeña hija Sana.
—No soy tu pequeña.—interrumpe la chica mencionada en la conversación, en un tono de broma, y termina de bajar las escaleras.
Jihyo abre sus ojos al ver a la chica, es la chica que trepó al techo de la casa hace unos minutos.
—¿Ya terminaste tu tarea? Tardaste mucho.—le pregunta su madre y Sana asiente con la cabeza vagamente, y continúa caminando lentamente hacia ellas.—Ella es la estudiante de intercambio durante este semestre, se llama Jihyo.—Yui las presenta.—Ella es Sana, mi hija, la puedes llamar hermosa ardillita.–dice cariñosamente y aprieta sus cachetes.
—¡Mamá!—intenta no reír y saca las manos de su madre de su cara.
—Me puedes llamar Jihyo. Soy nueva aquí, no conozco su lengua ni su cultura, pero...
—¿Eres rubia natural?—interrumpe Sana mientras observa el cabello de Jihyo, la coreana expresa un rostro confundido y parpadea.
«¿Es lo primero que le preguntas a alguien que recién conoces?»
—¿Eres rosada natural?—le pregunta ella de vuelta y la madre se Sana suelta una carcajada.
—Creo que se llevarán de maravilla.—dice sonriendo y observa a ambas muchachas.—Jihyo, discúlpame, pero debo volver al trabajo, Sana te ayudará con el equipaje y a desempacar, más presentarte la casa.—explica ella. Le da un beso en la frente a su hija, y se despide cortésmente de su invitada.—Traeré la cena.—recoge su bolso y sale de la casa.
Las dos chicas se quedan en silencio, por varios segundos, sin mirarse. Sana decide tomar la iniciativa, ya que, quería salir de esa situación de una vez, agarra la maleta más pequeña de Jihyo, e hizo que la persiguiera, para mostrarle la habitación. La coreana caminaba lo más que podía con las demás cosas, debían subir las escaleras, y eso la mataría si se le ocurría subir todas de una vez.
Deja algunas cosas en la parte de abajo, y subió lo que podía, luego de subir las escaleras, hay otro pasillo en el cual se encuentran dos puertas, una frente a la otra. Sana se dirige a la puerta que se encuentra a la izquierda y la abre, dejando la maleta frente a la futura habitación de Jihyo.
—Está es tu habitación...—le dice.—y esta es la mía.—señala la puerta que está frente a la habitación de Jihyo—lees ese letrero.—lo señala.—dice la primera regla.
—"Chicas buenas aquí no quiero, chicas malas... ¿Por qué leerían esto?"—lee Jihyo en voz alta.
—No entres, no toques y no me hables. No me interesa saber nada de tu vida, y espero que tampoco tengas curiosidad por la mía.—le advierte y se aleja de la puerta de Jihyo, comienza a trazar una línea imaginaria con sus pies en medio del pasillo—Regla número 2: No somos amigas. Preguntas o dudas, a mi madre por favor.—finaliza de decirle a la coreana y pone una expresión seria en su rostro. Entra a su habitación y cierra la puerta fuertemente, provocando que el letrero casi sobresalga.
—¿Y quién le dijo a ella que soy una chica buena?—Jihyo hace una mueca, y suelta sus cosas para ir en busca de las demás.
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𝕁𝕌𝕊𝕋 𝔸 𝔾𝕀ℝ𝕃 𖧷 𝕊𝔸ℍ𝕐𝕆
Fanfiction𝐒𝐀𝐇𝐘𝐎 ─── ❝Ante los ojos de Sana, Jihyo es solo una chica más.❞ ⋆ Actualizaciones lentas ⋆ Cliché