Meminisse Oblitus [DRAMIONE]

Capítulo único

DISCLAIMER: LOS PERSONAJES EN SU MAYORÍA PERTENECEN A J. K. ROWLING, ASÍ COMO EL UNIVERSO EN QUE SE DESENVUELVEN.

N/A: Hola a tod-s! Este one-shot participa en el concurso "Calendario Dramione 2020" de la página Citas Dramione en Facebook. Agradezco especialmente a MissEABlack por darme su opinión respecto al escrito antes de publicarlo. Me la quedo como Beta, así que quiéranla mucho porque gracias a ella no me pierdo entre divagaciones y dejo las cosas claras!!! Espero que lo disfruten.

Meminisse Oblitus

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La guerra los había cambiado a todos... A todos excepto a ella.

Aún recordaba el momento exacto en que el nuevo Ministro de Magia, que en aquél momento aún era sólo un auror, se acercó a ellos en el Gran Comedor para llevarlos a interrogar.

Draco y sus padres fueron los únicos mortífagos que permanecieron en Hogwarts después del final de la batalla, a petición de su madre. Habían salido de los terrenos del Castillo con intención de desaparecer cuando su madre los detuvo, argumentando que ésta vez ella haría lo correcto sin importar las consecuencias.

Draco estuvo de acuerdo, había querido hacer lo correcto desde antes de que Potter reviviera milagrosamente por segunda vez, cuando el Señor Tenebroso los llamó a reunirse en sus filas. Su padre también lo llamó, pero él no le hizo caso; no quería tener ya nada que ver con los mortífagos. Pero entonces su madre lo miró con una muda súplica grabada en los ojos para que se reuniera con ella, y no tuvo más remedio que acudir a su lado.

Mientras se alejaban pensó que no volvería al castillo nunca más, que tras esa huída había sellado su destino para siempre como mortífago fugitivo. Entonces fue cuando el ruido de la batalla volvió a cobrar fuerza, y los gritos provenientes del castillo llegaron hasta donde ellos se encontraban. Narcissa detuvo su andar, haciendo que los dos voltearan a mirarla interrogantes.

—No podemos seguir haciendo esto, Lucius. Debemos dejar de huir por primera vez en la vida y enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones. Nunca es tarde para cambiar.

Draco miró a su padre con resentimiento, seguro de que intentaría disuadirla con algún argumento convincente, de esos que solía usar con ella para doblegar sus intenciones.

Pero su madre comenzó a caminar de nuevo en dirección a la batalla, sin esperar a que ninguno de los dos dijera nada. Simplemente avanzó de vuelta, con paso decidido y tomando firmemente la varita que alguna vez había pertenecido a su padre, Cygnus Black.

—Cissa, querida, ¿estás segura de lo que estás haciendo?

Draco avanzó detrás de su madre y la alcanzó rápidamente. Su madre le tomó la mano con un apretón cariñoso un instante antes de que ambos se sumergieran en el campo de batalla para luchar, ésta vez del lado de Potter. En algún momento su padre también volvió, aunque Draco nunca supo si realmente había luchado, o simplemente esquivó ataques.

Cuando por fin terminó la batalla se reunieron los tres en el Gran Comedor, apartados en una esquina para pasar desapercibidos; sin embargo Shacklebolt fue a su encuentro, puesto que no estaban precisamente escondidos. Fueron llevados, junto con otros Mortífagos capturados, al Ministerio de Magia.

Su padre estuvo a punto de protestar, pero su madre lo detuvo con una sola mirada.

No los llevaron a Azkaban, Draco siempre supuso que fue debido a la falta de protecciones después de que desterraron a los Dementores para siempre del lugar, tenían que encargase de incrementar la seguridad antes de recluir a los nuevos prisioneros. Permanecieron confinados en una celda improvisada, en uno de los pisos inferiores del Ministerio de Magia, desde el primer interrogatorio hasta el día de su juicio.