Prólogo

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- Ya Alice, no me hagas esto, bien sabes que yo no soy de fiestas- Me dice Diana algo molesta.

-Solo quiero divertirme y no estar sola, ya sabes por qué es 14 de Febrero, y ya sabes mmm... La presión social- ¿Qué fue lo que dije?

-¿A quién quieres engañar?- arquea la ceja- ¿A mí? ¿A tí?. Sé que solo quieres ir a ver a Robert- Me mira con decepción.

Se dibuja una estúpida sonrisa en mi boca y bajo la cabeza.

- Alice!!- me sacude de los hombros- Ya despierta ese tipo no es para ti- me mira con frustración y continúa- Es todo un patán...

- Pero el cambiará- interrumpí-

Diana suspira.

- Está bien, vamos- Dice con resignación.

Llegamos a la fiesta es una casa pequeña pero con un jardín inmenso.
En el lugar ya se encontraban varios de nuestros conocidos.
Estoy en la fila del baño con Diana, quién no deja de molestarme con el profesor de francés, un viejito rabo verde al cual no aguanto.
La fila del baño es enorme, no avanzamos, miro a un chico que está frente a la puerta, pero no le prestó atención.
Empieza a avanzar la fila.

¿Y quién es el tipo afuera del baño de mujeres?

Si!, si es él... Robert.

Trato de no sonrojarme, pero inevitablemente, el voltea y me mira.

-Ey! Ahí estás! Hola! - Me dice con sus brazos abiertos, dándome un beso en la mejilla.

-Hola- contesto, casi susurrando para mí.

-Te he estado buscando- me abraza sobre mis hombros.

- Si, te creo- dice Diana susurrando entre dientes.

Solo le lanzó una mirada de...para!

-¿Y qué haces aquí frente al baño de mujeres? ¿Haces algo ilícito?- le digo bromeando

-No yo solo... Mmm... Esperaba a una amiga -

Diana se limita a gruñir y lanzarme una mirada de "Te lo dije"

- Pero ven hay que hablar- me dice jalandome del brazo.

-Eh yo... Tengo que ir al ...- jala mi brazo, sin dejarme terminar.

-Vámonos- Me dice en forma de orden.

Yo, siendo estúpida, solo pienso, bien, es 14 de febrero, hemos coqueteado por meses, nos gustamos y es obvio que hoy se me declara. Evito sonreír tras estos pensamientos mientras me jala, pero no ahí aparece una estúpida sonrisa en mi cara.

Al fin llegamos al lugar más lejano y obscuro del inmenso jardín.

-¿Y qué hacem...- realmente no me deja terminar, solo comienza a besarme, no digo nada.

Si lo sé esto me hace una fácil y una completa, completa estúpida.

Quiero detenerlo, pero besa tan bien, sus labios se aprietan contra los míos perfectamente, tan dulce, su lengua pasa por la mía de una manera tan seductora, pero me detengo y lo alejo.

-Creí que íbamos a hablar...-

- ¿A hablar? - Me interrumpe, jalandome hacia a el nuevamente y besarme.

Es un beso tan salvaje, tan agresivo, tan adictivo.
Puedo sentir sus gemidos y como se nos acelera el corazón.

El pasa sus dedos sobre mis pechos, me niego haciendo sus manos a un lado, quiere quitarme la blusa, eso ya no me agrada así que me alejo, el me jala intentando desabrochar mis pantalones y tocarme, yo lo empujó ya con mayor fuerza.

El me mira sorprendido.

-¿Qué haces- me pregunta molesto.

- ¿Qué haces tú?- le doy una mirada asesina.

- ¿No es esto lo que querías?- me mira "seductor" - Recibí todas tus señales Alice.

Mierda! ¿Qué señales?

-Yo te quiero- le digo sin rodeos- ¿A esas señales te refieres?

Se rie, tanto que me ofende.

-¿En verdad? Creí que no era necesario decirte lo que quería de ti. Ay Alice... Dejemos los rodeos, no hay nadie aquí, los dos estamos muy calientes- me pega a él para sentir su erección- Vas a arruinarlo...?

¿Arruinarlo?..

-Me tengo que ir - le digo decidida, empujándolo con toda mi fuerza.

Me estoy dando la vuelta, con un nudo en la garganta y náuseas y no, no es por el alcohol.
No doy más de tres pasos cuando el me jala queriéndome besar a la fuerza, lo aparto, el me pasa toda su boca por mi cuello, dejando toda su saliva, me toma con más fuerza queriendo tocarme, queriendo quitarme la ropa a jalones. En este punto ya no hay nada de romance ni mucho menos cariño, solo asco.

- Detente Robert! Ya para!- sigo tratando de apartarme de él. - Por favor yo no quiero esto- me ignora.

Siento miedo, ¿Dios que está pasando?
Quiero llorar, no puedo safarme.

Logro golpearlo y corro hacia la casa, no logro reconocer a nadie, hasta que me encuentro con el círculo de personas con los que Diana y yo estábamos tomando.

- ¿Y Diana?- pregunto sofocada.

- ¿Tan bien te fue?- pregunta Aldo malicioso.

Lo ignoro.

-¿Y Diana?- pregunto nuevamente.

-Ya se fue- me contesta Edith- Estaba muy molesta y dijo que lo mejor era que te quedarás con el imbécil de tu Robert.

Dios no quiero escuchar su nombre.
¿Cómo es que tan solo en unos minutos pasas de sentir cariño a miedo?

Corro a la entrada para ver si encuentro a Diana, pero no está.

Lo siento Diana.

Estoy parada en la entrada, siento una mano y me sobresalto.

- Dios!- soltando un pequeño grito- Alex!...- suspiro.

- ¿Todo bien?- sonríe.

-Si solo le marco a un taxi- todo mi cuerpo está temblado, no puedo evitarlo.

- ¿Te vas tan pronto?¿Tú?, A la que le encanta cantar apasionadamente en el karaoke?- se sonroja.

- Ja! - si literal solo eso salió de mi boca un ja!

Yo solo pensaba en irme, en estar en mi casa, en llorar y llorar, y en evitar a toda costa encontrarme a Roberto.
Sentía tanto miedo.

Alex me observa, con miedo a que note mi nerviosismo, pregunto:

-¿Necesitas algo?- Se lo digo algo molesta, sin embargo el me mira preocupado, con algo de sorpresa.

- O no solo no quería dejarte sola- baja la cabeza sonrojado- No sabes que clase de personas te podrías encontrar aquí- me sonríe.

Me aguanto las lágrimas, Dios, Alex déjame sola...

A Alex solo lo saludo en la clase de cálculo que tenemos juntos, no es como que hablemos o seamos amigos, ni nada que se le parezca, no quiero quebrarme aquí ante el, menos si se que tiene contacto con el imbécil del tipejo este (Robert).

-Alice, ¿Me permitirías decirte algo?- se rasca la cabeza- es que es importante, y no sé si sea el alcohol en mis venas, pero....- agacha la cabeza.

Dios Alex no, ahora no.

- Te quiero- se está... Tomando el pulso?- y si, me vas a preguntar el como es posible, pero ¿sabés?, No lo sé jaja - No me mira- Siempre estás en mi mente, me gusta observarte y me encanta, amo todo de ti, siempre quise decírtelo y se que este no es el mejor momento, pero estoy ebrio y mi mente no me está torturando sobre cómo va a doler tú rechazo, pero ya te lo dije así que ya no importa- me mira con entusiasmo.

Por favor no.



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