El ave volaba entre los árboles, guiando al chico de llamativo traje hasta las cercanías de un riachuelo de aguas cristalinas que dividía el paisaje en dos. El pájaro cruzó hasta el otro lado, sin dudarlo, pero Jeongguk no. Algo le decía que no debía cruzar, por más que su corazón le instara a hacerlo. Era... peligroso, asi que se detuvo frente a las aguas, dudoso de si hacerlo o no, y por tanta duda, perdió al halcón de vista.
Cerró los ojos con resignación, bufo incontables veces, golpeando piedras con su pie y regañandose incesantemente por su estupidez.
¿Cómo había sido tan irresponsable? ¿ahora cómo regresaría? No tenía idea, pero el sonido de arbustos moviéndose le impidió seguir pensando en una solución.
- ¿Quién anda allí? -preguntó de forma automática, sin pensarlo y luego insultandose a si mismo en voz baja por tal acción descuidada- ¡Responda! -exigió, ya dándose por vencido- ¿Quién se atreve a seguirme y no anunciarse?
Observó su entorno, siendo capaz de encontrar rápidamente el origen de su inquietud: unas astas de ciervo sobresalían de los arbustos que se encontraban al otro lado del río.
Suspiró. Era obvio que seria obra de un animal. ¿Qué más podía ser?
¿Una criatura mística? Quiso reirse por tal pensamiento. Pero, gracias al cielo que no lo hizo, pues nada lo preparía para presenciar la entrada del ser más hermoso que había observado en su vida.
Jamás había visto a una criatura mística, pero tampoco pensó que luciría así.
Su cuerpo era humano, tan elegante y agraciado como el de un bailarín experimentado. Cabello grisáceo tirando a blanco, de un tono brillante y con astas de ciervo sobresaliendo de su cabeza, los cuales eran adornados por tiras que sostenían cristales preciosos. Ojos rasgados y del color de la plata. De su oreja izquierda caía un pendiente idéntico a las tiras que se hallaban en sus astas. Por sus brazos y piernas surcaban delicadas líneas plateadas que parecían raíces de árboles, las cuales se perdían dentro del holgado y semitransparente pantalón que llevaba puesto la criatura como única vestimenta.
Era idílico.
Era precioso.
Era mágico.
Jeongguk había perdido el habla de pronto.
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Monarch [Jikook/Kookmin]
Hayran KurguEn lo profundo del bosque, a las afueras del vasto Reino de Miracles se encuentra el llamado Reino Oculto, aquel idílico lugar protegido de las maldades del mundo humano, hogar de todas las criaturas místicas y cuyo regente educa con conciencia y sa...