Esta historia comienza una fría mañana de invierno en la que una pareja de gemelos fueron abandonados por su madre en la puerta de una iglesia. Los niños lloraban sin cesar; extrañaban a sus padres y el calor de sus camas. La hermana Margaret, una joven monja que se levantaba bien temprano escuchó el desesperado llanto de los gemelos en el intenso frío y corrió a abrir la puerta. Tomó su manta y cubrió a los pequeños que tiritaban de frío al tiempo que miraba un extraño pedazo de papel ensangrentado que sobresalía del diminuto bolsillo del abrigo de uno de los niños. Tomó el misterioso papel, se lo guardó en el bolsillo de su túnica y luego condujo a los niños adentro, al cálido interior de la iglesia. Los sentó cerca del fuego para que rápidamente entraran en calor. Poco a poco los niños se fueron calmando y vencidos por el sueño quedaron profundamente dormidos. La monja Margaret los llevó a unas camas vacías que había en el salón de los recién llegados para que descansaran más cómodos. Les quitó los zapatos, los arropó con ternura y luego fue a informarle a la madre Superiora lo sucedido.
➢Pobres angelitos, deben de estar exhaustos.
➢¿Quién los habrá abandonado?- dijo la hermana Margaret con los ojos fijos en los durmientes niños.
➢No tengo la menor idea, pero no estamos aquí para juzgar, hija mía.- dijo la Madre Superiora palmeándole el hombro un par de veces.
Decidieron entonces retenerlos allí hasta que alguien de su familia los buscara ó alguna bondadosa y caritativa familia los adoptara. Pasaron 6 años; Samuel era un niño alegre y juguetón que le gustaba hacer travesuras todo el día mientras que Sabrina era tranquila y algo tímida. Le gustaba treparse a un árbol viejo que se encontraba en el patio de la iglesia para que los otros niños no la molestaran. Le gritaban que era extraña porque solo leía libros y no jugaba con los demás niños, no permitía que nadie la tocara y en ocasiones se quedaba temblando por un rato con los ojos fijos mirando a ningún lugar. Muchas veces su hermano Samuel reñía con los otros niños para defenderla de sus maltratos.
Un día una familia adinerada adoptó a Samuel solamente pues ya tenían 3 hijas y Sabrina se sumió en una profunda tristeza. Ese día no comió nada, ni siquiera se levantó de la cama, sus ojos lloraban sin cesar y en silencio. Al día siguiente la hermana Margaret fue a ver como estaba la acongojada niña y a alentarla para que saliera de su profunda depresión pero su cama estaba vacía. Sobre la cama, envuelta entre su manta, estaba su larga cabellera negra como el ébano que había sido cortada. La hermana Margaret la buscó preocupada por todos los rincones de la iglesia hasta llegar al patio y recordar que a Sabrina le gustaba treparse a aquel viejo nogal del fondo de la iglesia. Se acercó al árbol lentamente observando hasta percatarse que colgaban unos pálidos y diminutos pies.
➢Sabrina, sé que estás ahí. Por favor, baja de ese árbol.
➢Perdóneme, hermana Margaret, pero no bajaré de aquí. Al parecer la vida no tiene ningún interés en mi felicidad, sólo me lastima una y otra vez, como los demás allá abajo, a pesar de que no le hago daño a nadie, no lo soporto más.- contestó la niña de 10 años de edad endurecida por el dolor de los infortunios de su corta vida.
➢Entiendo que quieras quedarte allí.- respondió y con un poco de dificultad debido a su hábito monacal (vestimenta religiosa) trepó al árbol con lentitud hasta llegar a la rama donde se encontraba Sabrina. Al ver sus cortados cabellos y sus ojos llenos de lágrimas la abrazó contra su pecho. Mientras lloraba refugiada en su pecho le preguntó si sabía quién lo había hecho. Entonces la niña respondió limpiando sus lágrimas que aún no lo sabía pero si tocaba las tijeras que habían utilizado para cortarlo lo sabría. La hermana Margaret sabía que Sabrina no era una niña que acostumbraba a decir mentiras o inventarse historias para atraer la atención de los demás pero la miró con escepticismo. Sabrina sabía que era difícil de entender así que procedió a explicarle a la monja.➢Éste es mi secreto y sólo se lo diré a usted. Yo…puedo ver…lo han hecho otras personas…a través de los objetos. Ayer sostenía la gorra de mi hermano porque quería verlo una vez más sonriendo mientras jugaba.
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Sabrina, La Médium
Mystery / ThrillerUna joven huérfana con el poder de ver a través de los objetos que toca se encuentra con la visión de una mujer encerrada pidiendo auxilio al tocar una taza de café.