Capítulo 21: Verdad.

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"AMOLAD Es propiedad de The Snipster"

Los accionistas estaban esperando la entrada del presidente de la compañía Ardent, eran tres hombres los que estaban en aquella mesa de la sala de juntas del ala oeste, una enorme pantalla estaba frente a ellos, uno era un hombre rubio de ojos azules, tenía al menos unos treinta y tantos años, observo a su compañero de cabello negro, el cual era mucho mayor, tenía una escandalosa cola de caballo por peinado, mientras Tomas lucia imponente y pedía a Penny, su asistente que les sirvieran tazas de café a aquellos hombres.

— Espero que Des Aeva entienda que no tenemos su tiempo — se quejó el rubio el cual estaba tomando una galleta con elegante agarre, mientras el de cabello oscuro giraba los ojos.

— Por favor Ithiel, deja que el muchacho llegue, si no que gracia tendría haber venido hasta aquí desde Londres — se quejó con notable acento británico el hombre de cabello negro.

— Nicholas, claro que tenemos pendientes, debemos recorrer Manhattan hoy por la tarde, para ir a la sucursal de nuestro otro socio — explicó el rubio dándole un bocado a la galleta de mantequilla que la asistente de Tomás puso frente a ellos, a lo que los imponentes hombres de negocio agradecieron, mientras Natt le pedía a Penny que se marchara para hablar con aquellos dos titanes.

— Caballeros, en un minuto debe de llegar Aeva, es obvio que esta ocupado — explicó, esperando que no tardara, si eso pasaba estaba listo para proyectar el video sexual de su compañero frente a la mesa de accionistas de Ardent.

Leo se soltó del agarre de la morena y azotó la puerta después de ver a Des flaquear y echarlo de su empresa, el más alto quería llorar, sus piernas temblaban, iba tarde a la junta, pero no tenia fuerzas para hacer lo que debía hacer.

Des sabía que, si Lourdes aún lo apreciaba, escoltaría a Leo fuera de la empresa, la decisión estaba en el aíre, entregare Ardent y cortar todo su presente, por el bien de la compañía o ser un poco egoísta con todos.

— Entonces el rumor es cierto — Vania observo a Des, estaba atando cabos después de su confesión con el millonario quien quería sollozar en ese momento y aun estaba muy cerca de ella — ¿Eres gay?

— Si, y pronto dejare de ser director de todo esto, espero que con esto entiendas el porque nunca te hice caso — confesó, a punto de romperse de nuevo, Vania negó con la cabeza, no sabia porque estaba haciendo aquello, pero ya había revelado que intento alcoholizar a Des, pero que no logro nada ese día.

— Natt me ha estado pagando para seducirte, el hotel fue una de tantas, no tiene caso que siga con este jueguito, no ensuciare mi reputación por ti — dijo Vega, soltándose de su agarre, podría fingir que lo amaba, pero no haría más daño a Aeva, no así.

Des la miró como si la chica quisiera tejer una telaraña de mentiras de nuevo, con él en medio.

— ¿Qué dices? — la respuesta que él quería oír, no de la persona que esperaba, pero al fin era su verdad, una de la cual esperaba escuchar.

— Aeva, yo era el señuelo, lo que sea que pasara en ese cuarto de hotel fue idea de Natt, el chico Spindler estuvo siempre a lado de Lourdes, jamás se acerco a Tomás en toda la noche, no sé si tú socio sepa que eres homosexual, me tenía amenazada a mi también, pero ya que el hijo de puta gano, pues no tiene caso seguir con esta farsa.

Des sintió que daba un paso al abismo, y por una vez en ese día, sus piernas funcionaron.

Leo caminaba a pasos fuertes, su traje se le hacía ridículo, quería golpear a Tomás, aunque eso le costara la cárcel, pero no, sin Des no valía la pena hacer locuras, él había decidido ya no dar más problemas, Lourdes caminaba a paso lento, evitando que este decidiera retornarse, sin saber cómo llegaron al piso donde sería la dichosa junta.

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