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Todos los lunes siempre fueron, son y serán irritantes. Lo único bueno de ellos es que culminamos temprano las clases y tenemos Lengua y Literatura a primera hora. Seguro muchos se querrían disparar en mi lugar, yo no. Era la única materia que me gustaba de las veinte que había, pues la entendía mas que a las demás y amaba al profesor. Extraño de mí.

Aunque este lunes fue raro, quizás porque me había llegado un mensaje de Ronie a medio día diciendo que tenía una sorpresa para mí y que me iba a gustar, pero no podía decirme qué era; o porque Hyunjin me había regalado dos novelas, conocidas y gustadas de algún escritor famoso, pues me dijo que le había costado conseguirlas.
Me entregó el obsequio en el primer receso, frente a mi compañero de banco.

El sábado, cuando me estaba ayudando con matemáticas, hicimos un pequeño descanso en el que hablamos de diversos temas, tocando uno en especial en el que Hyunjin estaba presente. Cuando lo nombró había cambiado su mirada, su voz, su expresión, su postura, todo. Sabía que no le caía del todo bien pero tampoco pensé que para tanto. Me extrañé en verdad. Aunque me dio curiosidad, en persona no se trataban mal y Hyunjin tampoco hablaba mal de Jungkook, o viceversa. Realmente me intrigaba saber qué había ocurrido entre ellos dos.

Cuando él se fue a su aula me quedé observando a mi compañero con una mirada expectante, pues no había cambiado su expresión seria. Él me observó y me sonrió tiernamente, lo que me hizo desviar la mirada. ¿Por qué me siento así de repente?

—Muy bien, clase. Hoy trabajaremos en parejas. —anunció la profesora de Biología luego de saludarnos—. Saquen sus manuales, trabajaremos a partir de la página doscientos...

Observé a Jungkook sacar su manual y recordé que había dejado el mío sobre mi escritorio, realizando la tarea que había dejado la última clase. Me observó interrogativo y yo negué, luego colocó el libro en medio y nos dedicamos a escribir lo que la profesora ponía en la pizarra.

Acabada su hora, ambos nos fuimos a la cafetería a comer. Había llevado uno de los libros que Hyunjin me había regalado, para ver de qué se trataba. Nos sentamos en una mesa y observando mi novela, Jungkook tomo la palabra.

—¿Le hiciste algún favor? —preguntó engullendo un pequeño sándwich de jamón y queso.

—No. —lo abrí para leer el contenido de la pequeña solapa, y no me contuve y olí las hojas. Sonreí, adoraba ese aroma.

—¿Solo te los dio porque sí? —ahora bebió de su agua.

—Síp.

—Qué extraño. —me encogí de hombros. ¿Por qué le interesa tanto?—. Oye, el miércoles tenemos otra práctica, ¿vendrás a vernos?

—Creí que ensayabas todos los días. —dije ojeando la contra tapa roja del libro, leyendo la sinopsis.

—No, sólo son algunos. Los demás días nos encargamos de otras cosas, también relacionadas a la banda. Pero mis hyungs también estudian, así que decidimos hacerlo ciertos días. —hice un gesto con mis cejas exagerando interés—. Entonces, ¿vendrás?

—Sí, claro.

Dejé el libro de lado y tomé mi teléfono junto con mi manzana. Se veía entretenida la novela, pero la leería en casa, más tranquila. Leí otra vez el mensaje que mi prima me había enviado, diciendo que cada vez faltaba menos para mi sorpresa y que no podía esperar. No estoy de cumpleaños, no entiendo por qué me regalan tantas cosas.

Antes de entrar al auto, donde mi padre me esperaba para irnos a casa, me quede hablando con Jungkook sobre el examen de matemática y su ensayo.
Entré en el asiento del aconpañante y ni siquiera lo saludé.

—¿Ese es el chico con el que estudiaste Matemáticas? —asentí—. ¿Mañana tienes el examen? —asentí—. Vas a repasar, ¿verdad? —No. Voy a llegar a casa, voy a almorzar, voy a bañarme y voy a dormir hasta las ocho de la noche. Asentí.

Si bien debía repasar, hice todo exactamente como mi mente lo dijo. Pero no pude dormirme.

Me quedé pensando, luego de dar miles de vueltas sin encontrar una posición cómoda, en lo poco que llevaba de clases y lo mal que la estaba pasando. La mayor parte de la culpa era de Sooyoung. Me hacía la vida imposible cuando quería. En Gimnasia, en Música, Plástica, los recesos, en el baño, hasta en Matemáticas. Hubo una clase en particular en la que yo estaba haciendo uno de los ejercicios que la profesora había dictado. Les puedo jurar que mi caligrafía nunca me había salido tan prolija como en ese momento. Cuando estaba a punto de poner la respuesta a un lado del eje cartesiano, la profesora preguntó quién quería pasar a resolver la primera actividad, ¿y quién levantó la mano? La puta. Pasó justo por el pasillo donde estaba mi banco y "sin querer" movió mi mano, haciendo que rayara con mi lapicera una hipérbole perfecta en la mitad de la hoja. "—Oh, lo siento." dijo sin siquiera disimular su sonrisa burlona. La odié más que nunca ese día.

No podía entender por qué hacía lo que hacía. ¿A caso no le bastaba con su vida que debía meterse en la mía? Su vida seguro era perfecta, ¿por qué intenta herirme siempre? Es bonita, buena alumna, popular, seguramente llena de dinero, ¿qué podría querer de mí? Me daba bastante curiosidad, comparada con ella no tengo ni el 1% de las cosas que nombré anteriormente.

Aunque había una cosa que quería intentar. Yo también sé tocar el piano. Le preguntaré a mi profesora la clase siguiente si puedo colaborar en eso. Con eso la provocaría. Continuaría molestándome y peor que antes. Bueno, ya me las arreglaría para sacármela de encima.

Luego de no poder dormirme decidí repasar un poco de Matemáticas, lo último que me faltaba era suspender el examen y estar castigada de por vida.

—Kath... ¿estás bien? —observé mi puerta y Katrina estaba asomada.

—Sí.

—¿Cenarás?

—No tengo hambre. —continué leyendo las definiciones del apunte.

—Vamos, dime qué te ocurre. —cerró la puerta y se sentó a mi lado en la cama—. Estuviste muy decaída estos dias.

—Son ellos. —suspiré, apuntando con mi mentón la puerta—. No entienden que quiero pasar tiempo fuera de casa, con mis amigos, sola, hacer lo que todo adolescente hace, divertirse. —asintió en comprensión—. Me invitaron otra vez a otro ensayo. No creo que me dejen ir.

—Pues si no preguntas, jamás sabrás. —dijo—. Ven, come un poco. —cansada accedí.

La cena fue insípida. Obviamente no le pediría permiso a mis padres en medio de la comida, asi que decidí esperar hasta el día aiguiente.

⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora