Monarch [Jikook/Kookmin]

◆7◆

- Yo solo soy un mensajero -fue la respuesta de la criatura.

La emoción que iba creciendo en Jeongguk nuevamente se apagó, dando paso a la decepción.

- ¿Es así, entonces? -dijo sin ganas-. Bien, si me disculpa, no debo perder el tiempo con nimiedades, mucho menos con mensajeros; en el castillo me esperan.

Dicho lo último, se arregló el agarre de la capa y se dio la vuelta, dispuesto a irse de allí, aún sin tener muy claro a dónde dirigirse, pero con toda la confianza y seguridad que podía reunir.

- Entonces yo tenía razón. Usted es el aspirante al trono.

Las palabras de la criatura lo detuvieron, casi sintiendo ese pequeño tono burlón al final de la oración como una puya, como la punta afilada del cuchillo en su cinturón. Al parecer la criatura le estaba desafiando, a él, Príncipe de Miracles, futuro Rey.

- ¿Aspirante? -giró, devolviéndole la mirada al ser de semblante tranquilo-. Yo soy el príncipe de Miracles, heredero legítimo al trono. No hay alguien por encima de mi estatus.

La criatura entorno la cabeza con expresión dudosa en su rostro, entonces los cristales en las astas volvieron a sonar.

- ¿Eso cree?

Jeongguk se cruzó de brazos y alzó el mentón, demostrando superioridad.

- No lo creo. Es así.

El espíritu sonrió y sus ojos se achicaron.

- Vaya, está usted muy seguro.

Jeongguk cambio de posición, acercándose al riachuelo que los separaba.

- ¿No debería estarlo? -preguntó, pero sin querer una respuesta-. Lo que digo es la verdad.

- ¿La verdad? -comenzó el ser, todavía dudoso, tomando uno de los cristales que guindaban de una asta-. Lo que dice es relativo -y empezó a acariciarlo suavemente-. Usted se anuncia como alguien de gran estatus en el mundo y esa es su verdad, pero por otro lado, están quienes como yo, sólo vemos a un joven muchacho inexperto y esa es nuestra verdad -y seguidamente, tiró de él para finalmente liberarlo de la tira-. Tan simple como eso. La verdad es relativa precisamente por su flexibilidad -entonces señala la tira en su asta-. La verdad se transmite como algo que queremos o debemos creer. Entonces, ¿a qué deberíamos considerar como verdad? ¿Su noción o la mía?

Y después de señalar la tira, ya sin cristal sobre su asta, señala el cristal en su mano, haciéndole ver otra verdad al joven frente a él.