La mirada de confusión en el rostro de Jeongguk le generó infinita diversión a la criatura, quien no pudo evitar sonreír bastante amplio al observarlo. El príncipe, por su parte, no quiso otorgarle demasiada importancia a su deliberado gesto y en vez de ello, decidió preguntar por la incógnita que verdaderamente le carcomía en ese instante.
- ¿Nuestro "yo"? -inició, aún confuso-. ¿Qué quiere decir? -frunció el ceño y cruzó sus brazos, reposandolos en el pecho-. Explícate, espíritu. Te lo ordena tu próximo Rey.
Su voz, el tono y el cambio en la forma de dirigirse a la criatura generó que la sonrisa del ser místico se borrara de inmediato, y en su lugar, volviera la expresión tranquila que al parecer le caracterizaba. Una expresión que no daba indicios de enojo u indignación. Era la clase de expresión que colocaba su padre, el Rey, cuando debía corregirle en algún asunto.
Jeongguk tragó grueso, esperando el inminente regaño, mas no se retractó de sus palabras.
- Como desee, alteza -fue lo que dijo la criatura después de unos segundos de espera, para posteriormente agregar con el mismo tono de voz agudo, dulce y calmado:-, pero desde ahora le digo que puede no comprender lo que estoy diciendo.
Jeongguk fue el enojado entonces.
- ¿Insinúas que estoy siendo estúpido? ¿Ignorante, acaso? -los ojos del heredero ardían en potentes llamas imaginarias-. ¡¿Cómo te atreves?! -su voz elevándose con cada palabra-. ¡Eres un impertinente! ¡Arrodilláte y pide perdón!
La criatura se dedicó a observar su reacción, analizando su rígida postura, su ceño fruncido, los músculos tensos. Estaba a la expectativa de cualquier otro gesto que demostrara su descontento y cuando no pudo hallar más, finalmente dijo:
- No, alteza, no lo hago, pero usted debe entender que no es mi Rey, es el de Miracles: nación que ha sido bendecida por el reino al que pertenezco. Su país crece en riqueza y armonía debido al mío, de allí a que deba venir todo heredero al trono a buscar la bendición del llamado "Monarca" del Reino Oculto. Sino, sus tierras se volverían infértiles, llegaría el hambre a la población, las enfermedades azotarían los pueblos y su amado castillo caería en pedazos -le señaló-. Lo que usted llama "realeza" con tanto orgullo dejaría de existir. ¿Y de quién sería la culpa? Del aspirante, por supuesto. Su incapacidad para obtener la bendición del espíritu sería la causa de sus desgracias.
Las palabras llenas de realidad de la criatura se convirtieron en dagas punzantes que atravesaron el cuerpo del príncipe con facilidad, destruyendo los muros invisibles que le protegían y clavandose en lo más profundo de su ser. Los dichos de su padre y sus allegados recordándole la gran importancia de la misión que llevaría a cabo cuando fuese mayor y ostentara el título de Rey.
Jeongguk bajó la cabeza, en un gesto de derrota, comprendiendo su error. Había sido preponte, creído, irrespetuoso... habia sido tan desagradable con aquel ser que le estaba abriendo los ojos poco a poco, y la criatura en cambio, había sido todo lo educado que se podía ser.
El pensamiento de no ser merecedor del título que se encontraba pronto a poseer rondaba por su mente, atormentandolo.
Estaba tan avergonzado. No se sentía capaz de levantar la vista y hacer la pregunta que daría fin a sus dudas y el comienzo de sus preocupaciones.
La gran, gran pregunta.
- ¿Quién eres? -preguntó lentamente, su voz siendo lo suficientemente audible, pero demostrando la actual vergüenza que sentía.
Y Jeongguk no supo cómo, pero terminó levantando la cabeza para observar a la criatura en todo su esplendor, la cual desprendía cierta luz y poder. Sus astas pareciendo una elaborada corona, digna del más grande Rey. Sus ojos deslumbrando como dos grandes luceros. Las líneas con forma de ramas resaltando en su blanquecina piel.
Era... tan hermoso.
E intocable.
- Esa pregunta ya la he respondido, Príncipe, pero como veo que aún sigue sin comprender, le diré esto: yo soy un espíritu del bosque, mensajero entre los reinos, nacido en el principio de los tiempos, criado por la madre naturaleza misma, padre de todas las criaturas del bosque -y en eso, aves pasan volando, peces saltan del río, conejos y ardillas se acercan por el lado del heredero, haciéndose notar al momento de ser dichas las palabras-. Yo soy yo, sin embargo, tu gente.... en especial, tu familia, me ha llamado con un nombre particular, uno que han esparcido, y con el pasar de los años me he visto en la obligación de reconocer -es en ese instante en el que Jeongguk se siente sumamente pequeño y en su lugar, ve cómo la criatura frente a él se vuelve cada vez más grande-. Monarca me dicen, desde que fundaron Miracles hace unas cuantas primaveras atrás, joven aspirante, pero para ti posiblemente sea sólo "la criatura" que debes buscar con tanto ahínco. ¿Me equivoco?
Entonces los pensamientos y planes del Príncipe de Miracles, heredero legítimo al trono, se fueron borrando uno a uno a medida que comprendía que había fracasado en lo que sería su primera, y por lo visto, última misión.
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Monarch [Jikook/Kookmin]
FanficEn lo profundo del bosque, a las afueras del vasto Reino de Miracles se encuentra el llamado Reino Oculto, aquel idílico lugar protegido de las maldades del mundo humano, hogar de todas las criaturas místicas y cuyo regente educa con conciencia y sa...