IV. Mejores Amigos

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Jaemin decidió juntarse una tarde con Jeno. Todo sería entre amigos y sería genial.

Salió de su casa, despidiéndose de todos. Aunque Anh no se veía muy contenta, más bien parecía preocupada. Decidió no pensar mucho en eso, de regreso le compraría macarrones de colores.

Llegó al parque donde se vería con Jeno y sacó su celular para mirar los mensajes.

—¡Nana!— exclamó su amigo a la lejanía. Jaemin sonrió divertido al verlo correr hacia él para después abalanzarse en un empalagoso abrazo. Jaemin guardó su celular y correspondió el abrazo.

—Eres un mounstro abrazador, Jeno— le dijo divertido —Nos vimos hace unos días— se separó del abrazo.

—Lo que tenga que pasar, pero siempre te voy a abrazar —le golpeó levemente el brazo y juntos caminaron hacia la plaza para poder caminar y platicar mejor. —Entonceeees, Anh y tú son novios, ¿cómo va eso? — le preguntó divertido.

—Es genial, Jeno— movió felizmente sus hombros —Es una chica realmente dulce— su sonrisa se volvió un poco melancólica —Aunque... Antes de conocerla, va a oírse raro, pero tenía una noción de cómo era. Había soñado con ella, como si la hubiera conocido antes, fue algo... Raro— murmuró con la mirada en el camino. Pasando de la mirada enojada de Jeno, sus ojos taladraban fuertemente en él. Pará cuando Jaemin levantó su vista a su callado amigo vio compasión y ternura en su mirada.

—Entonces es especial, amigo. No la dejes ir— le sonrió levemente y lo abrazó, Jaemin sonrió igual y lo abrazó también para seguir caminando.










Anh miraba por la ventana, tratando de mantenerse tranquila, aunque su ángel interior vibraba para salir. No debía, no podía.

—Y no se te quita esa costumbre de estar en la ventana— le dijo la voz de su hermano, ella volteó y le sonrió al chico. DongHyuk se paró junto a ella y suspiró. —¿Recuerdas cuando te enfermaste por estar todo el día en la ventana? —preguntó de pronto.

Anh alzó su mirada, sorprendida. Asintió levemente y bajó la mirada de nuevo a la calle.

—Hablabas sola, incluso llegaste a caminar por los pasillos, como sonámbula.— se estremeció y luego miró a su hermana —Me asustaste de muerte, Anh. Pero ahora, que te veo aquí mirando hacia la calle... Pienso que realmente ha pasado el tiempo— miró hacia el frente —Ya no crezcas, por favor —Murmuró, pasando su brazo por los hombros de la chica. Anh se fundió a su lado, sintiendo el calor protector que siempre había caracterizado a HaeChan.

—Oye... ¿Hablarás con papá y mamá acerca de Mark? —murmuró, un poco cohibida.

HaeChan se tensó pero luego se relajó para recargar su mejilla en la cabeza de la menor.

—Posiblemente, cuando volvamos a casa. Mark está asustado como la mierda, yo también, pero es algo que debemos confrontar juntos— susurró, un poco avergonzado. Últimamente se sentía muy cursi.

—Uhm... Me alegra que por fin se te haya declarado— dijo ella para alejarse un poco del abrazo y mirar a su hermano —Iré a la cocina, a ver en qué puedo ayudar. Nana tardará mucho en llegar— dijo yéndose de ahí.

HaeChan suspiró y miró hacia la calle, bajó la mirada y la volvió a subir para fijarse en un hombre al otro lado del sendero, frunció el ceño para parpadear pero ya no estaba ahí. Un escalofrío recorrió su columna.

¿Y ese quién era?

Se alzó de hombros y camino detrás de Anh. Tenía que pensar en cómo decirles a sus papás que amaba a Mark... Más que como un amigo.

Angel [NCTall] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora