Un día normal

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- ¡FLUG!¡IDIOTA!¡VEN PARA ACÁ!

- ¡Ya voy Jefecito chulo de mi vida!

- ¡VEN YA ¿O TENDRÉ QUE IR YO POR TI, MALPARIDO?!

- Ya estoy aquí Jefecito.

En medio de la mansión con forma de sombrero un joven de unos 18-23 con una bolsa en la cabeza, conocido como Dr Flug, se presentaba al frente de su jefe, el malvado villano de nombre Black Hat, dando su informe mañanero. En el cual le informaba al Jefe los planes del día que tenian los principales trabajadores de la organización.

- Pero señor... Eso es demaciado, no debería sobre explotar a Demencia.

- No infravalore a Demencia, Doctor- Dijo mientras se ubicaba detrás del mencionado, dándole un susto de muerte.

Black Hat tenia que admitir lo mucho que disfrutaba torturar a sus subordinados, especialmente a su científico, pero ya se había aburrido. Decidió que era hora de terminar con esa reunión.

- Y tampoco se infravalore a usted, creo que además de esos dos proyectos podría incluir un tercero, doctor...- dijo con una sonrisa ladina.

- E-e-esta bien Jefesito- dijo temblando de pies a cabeza.

- Ahora.... Largo~- dijo abriendo sus ojos de más y siseando como una serpientes.

- ¡Si, Jefesito!- chillo mientras salía corriendo por el pasillo mientras el de negro se limitaba a volver a su escritorio y tomar un poco de su venenoso café.

El embolsado corría tanto como sus piernas le permitían hacia su habitación, que también era su laboratorio, ya que por sus responsabilidades la tuvo que abandonar antes de estar listo para su día laboral.

Esta escena se repetía todos los días desde que el científico llegó a la mansión, y llegar se refiere a estrellar un avión en el techo del demonio, ya que por la gran admiración y respeto que le profesaba al mayor había adecuado su horario para ser el más eficiente, el problema es que esto le había dejado muy poco tiempo para su cuidado personal. Aunque por supuesto a Black Hat esto no le podía importar menos, siempre y cuando el científico de su organización mostrará resultados.

Cuando terminó de alistarse se aventuró en busca de Demencia para darle su horario.

No fue muy díficil encontrarla los ruidos provenientes de la cocina la delataron, ningún otro miembro de la organización provocaría tanto ruido.

Entro a paso rápido dentro de la cocina en la cual se encontraba su 'querida' creación, Demencia. Una semi humana de 21 años pero que era más molesta que una niña de 7.

- ¡Nerd, cuidado!- grito la loca antes de lanzarle un cuchillo apuntando a su cabeza, pero el científico logro esquivarlo a tiempo- Awww falle.

- ¡Hija de la lagartija! ¿¡Pero que te pasa?! ¡Una vez! ¡Por una vez te dejo dormir fuera y así es como me recibes!- fijo su mirada en el desastre que estaba echa la cocina- ¡¿Y que carajo paso aquí?!

- Estaba tratando de hacer el desayuno para mi amorcito Black Hat- dijo con corazones en los ojos, pero cuando se acordó de su fracaso total hizo una mueca de fastidio- Pero la tostadora está loca y lo arruinó todo.

- A ver alebrije- dijo mientras se pellizcaba el entrecejo- Primero que todo sabes que Black Hat nunca come el desayuno con nosotros, es más, creo que nisiquiera come, segundo la tostadora está bien, la loca eres tú, y tercero ¡Fuera de aquí, antes de que llame a los HatBots!

- Está bien ¡Adiós nerd!- dijo saliendo de la cocina mientras a la vez entraba 505 con su traje de sirvienta.

- Baw

Soy Un MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora