Para Reynaldo Gasca, en los últimos meses su vida se había vuelto fría, una vida perfecta entre trabajo, diversión y descansó. Cualquiera envidiaba el estilo de vida del ahora líder del equipo charro del rancho "De la Cruz" pero para Rey su vida est...
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— Debiste haberme dicho antes, cuando fuiste al médico. Debiste haberme dicho que te estabas sintiendo mal. —
— No quería incomodarte o preocuparte por algo sencillo. —
— Pues te diste cuenta que no es algo sencillo. Adrián... — Estiré mi mano acariciando la mejilla del charro quien solo cerró levemente sus ojos dejándose llevar por mi toque. — Charro idiota, por eso estabas raro. Sé que es de temer, la diabetes es algo muy delicado, pero... Con buenos hábitos, control en tu alimentación y cuidados, será solo cuestión de tiempo para acostumbrarse a ese estilo de vida. —
Adrián me había confesado que le había sido detectado diabetes tipo 2, es decir que su páncreas no está produciendo la hormona llamada insulina o no la está utilizando como se debe, la cual es la que se encarga de mover la azúcar de la sangre y que esta misma llegué a las células sanguíneas para producir energía. Esto por ende, hace que los niveles de la azúcar sean excesivamente altos, lo que podría causar estragos en el cuerpo. Adrián estaba pasando por una prueba difícil, y eso era aceptar que estaba enfermo, y que dicha enfermedad jamás se iba a ir, tenía que vivir con ella por toda la vida, saber aprender a vivir con ello. Su mirada se veía triste y su mano tomó la mía para que no dejara de acariciarlo. Él necesitaba de mí, y yo debía de sacar la casta, por él.
— Hay personas que tienen una calidad de vida muy buena aun con diabetes. La madre de Darío tiene diabetes, recuerdo que mi profesor también, y otras más que he conocido que se ven incluso más sanas que personas que no tienen azúcar. —
— Si, pero hay personas a la que se les complica su diabetes, se quedan ciegas, o les quitan alguna extremidad por gangrena, incluso pueden morir de un paro diabético. Son muchas cosas Teo, yo... Simplemente no sé qué hacer o a donde moverme, incluso no voy a poder trabajar en el rancho como se debe porque un corte, alguna infección. — Adrián de nuevo estaba cayendo en depresión y no lo culpaba, pero debía tener en mente que esa enfermedad tendrá que aceptarla.
— ¿Qué te dijo el doctor cuando te dio la noticia? — Pregunté.
— Tengo que estar yendo a citas con él para estar monitoreando el comportamiento de mi azúcar, también tengo que ir con un nutriólogo para una dieta, ya de ahí comenzar a organizar mis tiempos de comida, ejercicios, actividades y también para determinar mis dosis de insulina y también si recetarme metformina. —
— Ya veo, iremos juntos la siguiente cita. Mientras tanto, tenemos que decirles a tus padres. Ellos deben de saber de tu condición ¿Ok? — Adrián solo asintió triste pero yo le di un beso en sus labios tratando de decirle que todo estaría bien.
Los padres de Adrián se sorprendieron bastante por la diabetes de su hijo, doña Elena se quedó pensativa acerca de alguna historia de diabetes en su familia, pero no había nada. Todo apuntaba a los genes de la verdadera familia de mi padrino Isidro. Por supuesto Reynaldo y Valentino también se enteraron de ello y ambos le dieron su apoyo a Adrián y le dieron palabras de ánimos para él, pero a pesar de eso, su semblante no cambiaba mucho.
