—No te preocupes mamá, todo irá bien —sus brazos me estrecharon con tanta fuerza que me recordó al día que me marché a la Universidad.
Después de prometerle que iba a comprar muchos regalos y que iba a tener cuidado, me dejó marchar. Los chicos estaban alrededor del coche con Tom esperando a que me despidiera de mi madre. Me habían explicado que ellos no hacían esto, pero para mí, era la primera vez que iba a salir del país, o incluso del estado. Así que antes de coger el avión nos pasamos a saludar a mi madre y a mi abuela.
El camino al aeropuerto se me hizo de lo más largo. Todos estaban en modo "incógnito" o modo "ir cómodo en un vuelo" como me había comentado Louis. Llevaban almohadas, gafas de sol negras, y todos los aparatos electrónicos que existían en el momento.
Por mi parte, no podía dejar de morderme las uñas. Le había prometido a Tamara que no lo haría para los premios, pero no podía parar.
Nosotros salíamos hoy para París y llegábamos allí al día siguiente. Teníamos un día entero para estar en París antes de los premios. Mientras que todo el resto del equipo llegaba la noche anterior a los premios.
Me mantuve un poco en una nube en todo el proceso del aeropuerto. Los chicos junto con Tom fueron los que me iban diciendo qué hacer y a dónde tenía que ir.
—¿Preparada? —Harry se giró en mi dirección con una sonrisa.
—¿Ya?
El castaño asintió y avanzó por el puente de embarque que daba al avión. De golpe mi pulso se aceleró y notaba como si mi corazón se fuese a salir de su lugar. Comencé a sudar y el aire tardaba más que de costumbre en llegar a mis pulmones.
Los chicos avanzaban concentrados en llegar al avión, pero yo no podía avanzar. Me apoyé en uno de los lados de la barandilla y dejé mi mochila en el suelo. Aquello hizo más ruido del que yo pensaba. Escuché unos murmullos mientras intentaba concentrarme en recuperar el máximo de aire posible.
Unos brazos me sujetaron haciendo que diera un ligero respingo. Supe quién era cuando unas hebras de su pelo me hacían cosquillas en los hombros.
—Harry no puedo, lo siento. No puedo.
—Ven aquí.
Agarró mis manos y las llevó a su pecho. Cuando me dió la vuelta me rodeó con sus brazos en un gran abrazo.
—Estás temblando, cielo...
Lo oía pero no podía escuchar lo que me decía estaba concentrada en respirar. Parecía que todo el espacio se hacía cada vez más minúsculo y no quedaba nada de aire en él.
Escuchaba las palpitaciones de mi corazón como si este fuese a salir de su lugar. La gente miraba hacia nosotros, mientras que Harry intentaba que yo volcara toda mi atención en él.
Como no lo estaba logrando, agarró mi cara con sus dos manos e hizo que mi mirada se centrará en sus ojos.
Me pidió que respirara a su compás y que me concentrase en respirar. Y eso hice.
No pasó mucho tiempo hasta que una azafata llegó a mí y me dio un vaso de agua y me ofreció algunas pastillas para tranquilizarme. Harry se negó por mí y me llevo hacia el avión.
Justo cuando íbamos a subir debió de ver cómo mi cara se llenaba de terror otra vez puesto que paró en seco.
—Dani, Dani, mírame. Jamás te haría hacer algo que te pusiera en peligro.
Sus manos agarraban con fuerza las mías y se notaba que estaba hablando con sinceridad. Aquello calentó de una forma extraña mi pecho y le hizo sonreír.
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Our Song | Harry Styles
RomanceDanielle escribe canciones desde que tiene uso de razón. Para escribirlas, siempre se ha inspirado en novelas o en historias que su abuela le contaba. Su vida dará un vuelco cuando debe decidir si dedicarse a la música por completo, aceptando las co...