RIVER Y FLAMENGO SE ENFRENTAN POR UN NUEVO TÍTULO CONTINENTAL.

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River y Flamengo, dos equipos con una historia enorme y con hinchadas abundantes, se enfrentan este 23 de noviembre por un nuevo título de Copa Libertadores de América.

El Flu es un club con una hinchada numerosa (al igual que la mayoría de equipos brasileros), y tiene como archirrival al Fluminense, un equipo originario de clase alta, aristocrática, que no ha logrado levantar su primer título internacional (fue subcampeón de Libertadores en 2008 y subcampeón de Sudamericana en 2009). Lo anterior le ha costado burlas y cargadas de los hinchas del Flamengo, un club de barrio, de pueblo, de las favelas. Fundado por trabajadores y gente de clase media/baja, y orgullosa de su historia. Han levantado una Libertadores (1981) y una Intercontinental que jugó el mismo año frente al encopetado Liverpool de Inglaterra, en Tokio. "O mais querido", como se autodenominan, y justifican esto con un cántico denominado 'festa na favela', juega este sábado una nueva final de Libertadores, y busca su segunda estrella continental frente al equipo de Núñez, "El más grande", como se autodenominan, y que busca su quinto título de Libertadores.

Flamengo y River, en idiosincrasia e historia de fundacional, no son muy similares: uno fue fundado por por familias adineradas de la capital argentina,  y el otro, tiene orígenes más populares. A los hinchas del Fla, se le denominan "malambos" (negros), a los hinchas de River "gallinas", (por una anécdota en un partido contra Banfield y su banda roja cruzada que les hacía parecer gallinas). Uno de ellos juega a orillas y ocaso del Río de la Plata, en el barrio porteño de Núñez, y el otro, nacido en cercanías al Lago Rodrigo de Freitas y las playas de Copacabana e Ipanema, y juega en el mítico Maracaná, el estadio hito del fútbol mundial.

Sin embargo, el Monumental y el Maracaná, dos templos del fútbol que han sido anfitriones de Copas del Mundo, esta vez tendrán sus tribunas vacías. Conmebol ha copiado el modelo europeo de torneos internacionales y ha decidido hacer jugar a los finalistas un solo partido, en un estadio alterno que en principio fue el Estadio Nacional de Santiago, ubicado en el barrio metropolitano de Ñuñoa (estadio que también tiene una historia, pero más dolorosa que futbolística). Sin embargo, las actuales protestas sociales en Santiago, obligaron a los suntuosos organizadores a mover la final al Monumental de Lima, casa del Universitario de Lima, con capacidad para 85.000 espectadores, y en donde se jugará una tercera final de Copa Libertadores (en 1972, el Crema jugó contra Independiente de Avellaneda, y en 1997, Sporting Cristal disputaría la final frente a Cruzeiro), y en el que posa, a la entrada de la edificación, una estatua, al mejor estilo de prócer latinoamericano, del "Lolo" Fernández, goleador e ídolo histórico del Crema.

El River de Gallardo ha disputado 15 finales en 5 años, y "Napoleón", como se le apoda cariñosamente, ha logrado reconstruirse durante su periodo como D.T. Cada final de año sufre la pérdida de jugadores importantes, pero inexplicablemente, le da vuelta a la situación. Tiene una nómina muy competitiva y cuenta con un jugador distinto en la mitad de la cancha: Juan Fernando Quintero, un hombre amado por la hinchada millonaria por desenredar aquel partido en Madrid frente a Boca Juniors y anotar uno de los goles más lindos de las finales de Copa Libertadores. River explota a sus delanteros con marcas asfixiantes: "la mejor defensa es un buen ataque", decía Sun Tzu, en el Arte de la guerra, y juega a desgastar a los defensas con Santos Borré y Pratto, quien busca siempre un socio para el gol. Juegan en un estilo "toma y dame", dinámico y altamente asociativo; Nacho Sccoco, con un poco de magia y Nacho Fernández son nombres también claves en el equipo de la banda cruzada, además, cuentan con -quizás- el mejor arquero del continente, Franco Armani.

Flamengo, por su lado, tiene buenos números en cuanto a posesión del balón, juega al pase corto, aplica la trampa del fuera de juego, y ataca desde las bandas con ferocidad. Tiene, además, a Gabriel Barbosa, de 23 años, o mejor conocido como "Gabigol", quien tiene 22 goles en el brasileirao, y a Bruno Henrique, que cuenta con 18 gritos de gol.

El 23 de noviembre se enfrentan dos grandes del futbol suramericano; no valen historias, no valen números a favor, no valen campeonatos en el escudo, no valen hinchadas: valen 90 minutos de fútbol para coronarse como campeón en la sexagésima edición de Copa Libertadores.

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⏰ Last updated: Nov 25, 2019 ⏰

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